P. Mark Link, jesuita.
Día
seis
“Los pecados de algunas personas son notorios aun antes de que sean investigados; en cambio los de otras, lo son solamente después”
1 Timoteo 5,24
El doctor Penfield
del Instituto Neurológico de Montreal, Canadá, operaba a un paciente con
anestesia local. Así lo reporta la revista Time:
El cirujano Wilder Penfield por casualidad descubrió que
partes del cerebro, estimuladas eléctricamente, despiertan en el paciente a
audición de una vieja melodía, el recuerdo detallado de una experiencia
emocionante de la infancia, y aún más, el volver a vivir la experiencia de dar
a luz a un bebé.
El descubrimiento
de Penfield convenció a algunos científicos de que cada acción de nuestra vida queda
grabada en el cerebro. Algo más: los sentimientos sobre esas acciones también
están grabados. En otras palabras, hay un sólido soporte neurológico para pensar
en el significado de un juicio final.
“Les diré un secreto, dice el escritor francés Albert Camus, no esperen el juicio final, porque más bien tiene lugar cada día”.
¿Cuál es la reflexión de Camus? Habla con Dios sobre el juicio que tendría lugar hoy en tu vida.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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