ESPECIAL: SAN IGNACIO DE LOYOLA


En este mes en que se celebra la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús - Jesuitas, compartimos nuestras publicaciones dedicadas a su vida y su obra, y también enlaces a conferencias en YouTube del Canal de Jesuitas del Perú, para ello acceda a los siguientes enlaces:


En YouTube:



A. M. D. G.



Meditaciones: Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo 17


P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita


Continuamos con la publicación de las meditaciones diarias por el P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita, en esta décima séptima entrega finalizamos las meditaciones correspondientes al tema:

IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS

PASA DE NUEVO POR GALILEA

(Junio - Setiembre, año 29)

Meditaciones de la 131 a la 133

Asimismo, se presenta la Introducción y Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones presentadas por el autor, con la finalidad de dar orientaciones básicas a los ejercitantes, y se complementa con orientaciones para realizar el examen de la meditación.

Estas meditaciones se publicarán semanalmente en grupo correspondientes a un tema. Esperamos que estas publicaciones sean de provecho espiritual, con la gracia de Dios.

ACCEDA A LAS MEDITACIONES AQUÍ






 




EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - 1

 


Programa del P. Mark Link jesuita, sobre Ejercicios Espirituales para desarrollarlos en la vida diaria, en esta primera entrega, se comparten la introducción, las recomendaciones para realizar la oración y las materias para las tres primeras semanas de ejercicios.
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Doctrina Social de la Iglesia - 36. La Empresa IV


 

P. Ignacio Garro, jesuita †

6. LA EMPRESA. CONFLUENCIA DE CAPITAL Y TRABAJO

(Continuación)


6.7.2.- EL SOCIALISMO  [1]

El término "socialismo" constituye el denominador común de todos los sistemas que atribuyen a cualquier primacía a lo social por encima del interés de la persona. Fue empleado por vez primera en 1820 por R. Owen, en su manifiesto que luchaba en defensa de una reforma radical de la sociedad de su tiempo y que intentó realizar sus ideas socialistas en una colonia fundada por él en los Estados Unidos de América.

Podemos distinguir el socialismo como "doctrina" y el socialismo como "sistema". Como "doctrina" traduce la primacía de lo social sobre la persona en términos inmanentistas, es decir, el fin y la razón de ser de la persona es la sociedad o el grupo social en el cual tiene pleno predominio, ya sea el Estado como es el fascismo, ya sea la raza, como en el nacionalsocialismo alemán de Hitler, o la dictadura de clase como el Estado Comunista. El socialismo es naturalmente inmanentista y por lo tanto materialista, en el sentido de que no admite en la persona humana la presencia de una realidad espiritual por la cual ella se destine a un fin que trasciende la sociedad y la historia.

Como sistema político y social, traduce la primacía de lo social sobre los intereses de la persona, en una organización en la cual el Estado, órgano de un partido único, detenta la totalidad del poder político, económico y social.

En la historia de Occidente ha habido varios intentos de planteamientos socialistas. En la Edad Moderna, en Inglaterra, Tomás Moro, en su libro "Utopía". Socialistas franceses e ingleses como Fourier (1772-1837), Saint Simon (1760-1825). Proudhon (1809-1865). R. Owen (1771-1858), elaboraron algunos elementos de un sistema socialista e intentaron inclusive organizar comunidades socialistas. El alemán Karl Marx (1818-1883) los llamó a todos estos socialistas, socialistas románticos y él pretendió inaugurar el verdadero socialismo científico. Ya vimos anteriormente las características del sistema marxista, (Pags: 28-29).

El socialismo soñó que la raíz de la alienación del proletario era el sistema de propiedad privada de los bienes de producción, y pensó que la liberación de este sistema consistía en suprimirla. He aquí los siguientes textos:

León XIII en RN, Nº 2: "Añádase a esto que no solo la contratación del trabajo, sino también las relaciones comerciales de toda índole, se hallan sometidas al poder de unos pocos, hasta tal punto que un número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios... Para solucionar este mal los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes".

Vemos en este texto citado que así lo constata el papa León XIII en su experiencia del S. XIX.

Igualmente Pío XI, en QA, Nº 112, de 1931, hablando del bloque del socialismo que evolucionó hacia el comunismo: el cual "enseña y persigue dos cosas, y no oculta y disimuladamente, sino clara y abiertamente, recurriendo a todos los medios, aun a los más violentos: la encarnizada lucha de clases y la total abolición de la propiedad privada".

J. Pablo II, en CA, Nº 12c, quien llega a afirmar: "Al poner de manifiesto que la naturaleza del socialismo de su tiempo estaba en la supresión de la propiedad privada, León XIII llegaba de veras al núcleo de la cuestión".

Y en LE, Nº 11, comenta: "es decir, que la liberación de la injusticia consistía en expropiar a los propietarios de los bienes de producción y apropiárselos los proletarios, estableciéndose la dictadura del proletariado".

Así, según los socialistas, desaparece la sociedad de clases y aparece la sociedad monoclase o sociedad sin clases. En ella los proletarios son liberados de la injusticia, recogen el fruto íntegro de su trabajo productivo, sin que ningún dueño se lo usurpe, ellos mandan, dominan, son los señores. ¡Trabajan en su producto propio!... Pura fantasía. ¿Por qué? Porque el socialismo no llegó a superar el esquema capitalista: los ex - proletarios son (supuestamente) los amos..., pero en cuanto (supuestamente) "propietarios", no en cuanto "trabajadores".

Como hemos dicho, los trabajadores en el bloque socialista han sido más explotados que en el bloque capitalista, las diferencias de salarios, de bienestar social, etc, entre un grupo y otro son enormes. Pero, ¿por quién han sido explotados los trabajadores socialistas? No por propietarios capitalistas, que en el sistema socialista no los había, sino que fueron explotados por los trabajadores socialistas directivos de las Empresas estatales socialistas. Es decir, los trabajadores socialistas eran explotados por los mismos directivos dirigentes de empresa socialista, cambiaron la esclavitud del capitalista por la esclavitud del Estado Socialista.

Y es que la clave del problema social no está en la propiedad privada, sino en la "gestión" de dicha propiedad privada, como lo contemplamos en los siguientes textos de la DSI:

LE, Nº 14f: Describe la situación anterior, y señala su causa y raíz en que hay "personas que, aunque no tengan la propiedad (de los medios de producción), disponen de ellos", es decir, disponen de los medios de producción, no en la propiedad, sino en la gestión de los medios. Dice más adelante: "En efecto, hay que tener presente que la simple remoción de esos medios de producción (el capital) de las manos de sus propietarios privados, no es suficiente para socializarlos de modo satisfactorio. Los medios de producción dejan de ser propiedad privada de un determinado grupo social, o sea, de propietarios privados, para pasar a ser propiedad de la sociedad organizada, quedando sometidos a la administración y al control directo de otro grupo de personas; es decir, de aquellas que, aunque no tengan su propiedad, disponen de ellos a escala de la entera economía nacional, o bien local... Este grupo dirigente y responsable puede cumplir su cometido de manera satisfactoria desde el punto de vista de la primacía del trabajo; pero puede cumplirlo mal, reivindicando para sí, el mismo tiempo, el monopolio de la administración y disposición de los medios de producción y/o dando marcha atrás no siquiera ante la ofensa a los derechos fundamentales del hombre".



    [1] Cfr.-  "Socialismo", Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia, F. Bastos de Avila, SJ. Edic. Paulinas.



Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.


Para acceder a las publicaciones de esta SERIE AQUÍ.

 






Domingo XVIII del Tiempo Ordinario. Ciclo C. Cuidado con la codicia

 


Escuchar AUDIO o descargar en MP3


P. Adolfo Franco, jesuita

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12, 13 - 21):

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿Quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:

“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor.


Jesús nos da una vez más una severa lección sobre las riquezas, contándonos una parábola. La del rico que tiene una gran cosecha y se llena de satisfacción por la enorme acumulación de riquezas, que ya ni tiene dónde guardarlas.

Jesús utiliza en esta narración varias frases muy claras y alguna bastante dura: Guárdense de toda avaricia, porque la vida no queda asegurada por nuestras riquezas. Y al rico lleno de placer por sus riquezas le dice ¡insensato!

Las riquezas pueden pervertir al ser humano. Eso es claro. Por conseguir riquezas hay gente en nuestro mundo que se dedica al narcotráfico, a la venta de armas, al negocio de la prostitución. Hay gente que por conseguir dinero se enriquece con los bienes del Estado, gente que engaña, que estafa, que es capaz de asesinar por obtener dinero. En fin la diversidad de modalidades de enriquecimiento ilícito son tantas, que no se puede ni intentar enumerarlas todas. Pero hay que ir más allá en nuestra reflexión. Un cristiano debe ir más allá, porque se trata en esta enseñanza del Señor de algo más; es demasiado claro que el dinero obtenido ilícitamente, es una riqueza malvada que hace perverso al hombre.

¿Pero qué decir de las riquezas obtenidas lícitamente? En la parábola que cuenta el Señor, el hacendado que es juzgado tan duramente, no ha obtenido sus riquezas por medios ilícitos; simplemente se goza de la superabundancia de su cosecha y está pensando en ampliar sus graneros, y anticipa la buena vida que ahora se podrá dar. ¿Es que la riqueza en sí misma es mala? La respuesta es clara: la riqueza en sí misma no es mala; lo malo puede ser su uso. Pero aún así no se resuelve todo el problema de la riqueza.

La riqueza no es mala, pero puede convertirse en veneno para el corazón humano. Puede hacer avaro a un ser, o lo puede hacer materialista, sensual, egoísta. La riqueza puede manchar el corazón. La riqueza es atractiva y seductora y puede acaparar el corazón del hombre; hay que decirlo: nuestro corazón tiende a dejarse seducir por la riqueza. La riqueza puede ocupar el corazón humano. Podemos amar las cosas, la abundancia, el lujo, el despilfarro. Podemos amar las cosas, los objetos, la riqueza, en el verdadero sentido de la palabra amar. Estas cosas nos producen un atractivo y pueden seducir nuestro corazón. Y un corazón ocupado por las riquezas, es un corazón donde Dios no cabe. Desde que Jesús nació en un pesebre nos está indicando que El no puede nacer en nuestros corazones llenos de riqueza.

Y tampoco es cuestión de cantidad de riquezas; también el que tiene poco puede permitir que eso poco ocupe su corazón. Por eso el Señor en las bienaventuranzas nos habla de “pobreza de espíritu”. Es el corazón, lo que hay que vaciar de toda clase de riqueza, ser completamente libre y despegado de todas las cosas.

Y para que esta libertad del corazón sea posible no hay más remedio que emprender el camino del desprendimiento. El ideal del cristiano con respecto a las riquezas debería ser: no tener en el corazón ninguna riqueza, ningún deseo material; y fuera del corazón, en la vida corriente tener sólo lo que Dios quiere que tengamos, dada nuestra naturaleza humana; esa naturaleza humana tal como está creada por Dios tiene necesidad de algunas cosas materiales y no es posible dejarlas. Se trataría de tener sólo eso.

Ese es el ideal cristiano con respecto a las riquezas. Puede parecer una utopía, o puede parecer una meta que solo es posible para determinados escogidos, que deciden vivir perpetuamente en el sacrificio. Y no es así. Jesús en este párrafo dice una frase, que arriba he repetido: no se tiene asegurada la vida con las riquezas. O sea que hay que desenganchar esos dos términos que con frecuencia unimos: riqueza y bienestar de la vida. La calidad de vida no tiene que ver con la riqueza material. Y con frecuencia la riqueza material más bien obstaculiza la calidad de vida.

Cuando el Señor entra plenamente en la vida, y le dejamos entrar, nos trae un gran regalo; y es regalo de verdad: el deseo de la pobreza total. Esa pobreza produce una felicidad diferente de toda otra aparente felicidad. Es una felicidad que podríamos calificar de sustancial: la felicidad de la paz, de la libertad de espíritu, y de la intimidad con el Señor. Porque entonces El encuentra el corazón vacío de toda materialidad y entra plenamente a ocupar el corazón del que ha hecho esa purificación interior.



Escuchar AUDIO o descargar en MP3

Voz de audio: José Alberto Torres Jiménez.
Ministerio de Liturgia de la Parroquia San Pedro, Lima. 
Agradecemos a José Alberto por su colaboración.

...

Agradecemos al P. Adolfo Franco, S.J. por su colaboración.

Para otras reflexiones del P. Adolfo acceda AQUÍ.

 





EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - Examina y comparte la Semana 09

P. Mark Link, jesuita.


Examina y comparte la Semana 9

¿Eres consciente de tus pecados personales?       

Lectura de la escritura Salmo 51; 1-13

 

1. ¿Por qué algunos pecados de omisión pueden ser más graves que los de comisión?

2. Describe alguna ocasión especial en que hiciste un sacrificio por otra persona o lo hizo alguien por ti.

3. ¿Hasta dónde eres capaz de admitir tus errores, o tienes disposición a hacerlo? ¿Crees que “la honestidad es siempre la mejor política”?

4. ¿Cuál es el significado de la palabra “engañar” en la anécdota de la imagen del hombre que se refleja en el vidrio?

5. Piensa en algo que hiciste mal y describe cómo te sentiste después.

6. ¿Es lo mismo conocer a una persona directamente que escuchar hablar de ella? Aplica esto a tu relación con Dios.

7. Las tres preguntas delante del crucificado son básicas en la vida cristiana. ¿Cómo las respondes?

 

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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 



EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA SIETE

 P. Mark Link, jesuita.


Día siete

“Mis culpas recaen sobre mí y no hay salida, me falla el corazón” 

Salmo 40; 13

 

Ponte con la imaginación en lo que pasaba por la cabeza de la primera mujer y el primer hombre después de pecar. Visualiza todo el sufrimiento que su pecado habría originado en el mundo, no sólo en el antiguo, sino también en el actual. Imagina, siguiendo la historia del Génesis, todas las personas que han pecado desde que se cometió aquella primera falta. Date cuenta de cómo el pecado genera como un huayco de dolor sin medida en sus consecuencias. Ahí tienes un ejemplo de lo que es el pecado. No sólo un obstáculo al amor de Dios sino también un instrumento para el sufrimiento y destrucción de todos.

Imagina a Jesús cargando la cruz y sufriendo. Habla con El y pregúntale por qué El, el hijo de Dios, decidió morir por nuestros pecados, tus pecados. Luego, pregúntate:

¿Qué he hecho yo por Cristo?

¿Qué estoy haciendo por Cristo ahora?

¿Qué debo hacer por Cristo en el futuro?

 

¿Cómo responderías estas preguntas? ¿Cómo respondería Jesús estas preguntas por ti? Habla con Jesús sobre esto.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 


EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA SEIS

P. Mark Link, jesuita.

Día seis

“Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados”.       

Isaías 53; 5

 

Necesitamos admitir dos cosas de nosotros mismos. La primera, que somos pecadores. La segunda, que a pesar de eso, nuestro Padre que está en el cielo nos ama. Juliana de Norwich, escritora mística inglesa, explica que los pecados cometidos pueden transformarse en algo bueno, si los reconocemos como tales. Dice en un texto:

Si nunca caemos, no sabríamos qué tan débiles y miserables podemos ser, ni podríamos apreciar el amor inmenso de nuestro Creador. Siempre pecamos, pero por eso no dejamos de ser valiosos a los ojos de Dios. Por el simple hecho de caer, adquirimos conocimiento de lo que significa el amor de Dios.

Estas palabras son una bella ilustración de lo que Pablo decía: “Dios dispone las cosas para bien de los que ama” (Romanos 8; 28). La teóloga y escritora podría agregar al escrito de Pablo: “incluso en el pecado”.

 

¿Te has preparado para admitir tus fallas? Habla con Dios sobre cómo puedes sacar algo bueno de tus errores.

 

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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 




EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA CINCO

P. Mark Link, jesuita.

Día cinco

“Crea en mi oh Dios un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu"

Salmo 51, 12

 

Thomas Merton recién había concluido la Secundaria y hacía un tour por Europa. Su padre había muerto el año anterior, llevaba una vida desenfrenada. Una noche en su cuarto, vivió una experiencia conmovedora que lo hizo profundamente consciente de todas las tonterías que estaba haciendo. Así escribió más adelante en “La montaña de los siete círculos”:

Estaba horrorizado y todo mi ser se rebeló contra lo que había dentro de mí, mi alma deseaba escapar de todo con la necesidad y urgencia que nunca había tenido. Por primera vez en mi vida trataba realmente de pensar. Empecé a rezar a un Dios que nunca había conocido, para que me hiciera salir de la oscuridad y para que me ayudara a librarme de todas esas cosas terribles que me esclavizaban.

¿Alguna vez has tenido alguna experiencia similar? Habla con Jesús sobre qué pasos debes seguir para atenuar el pecado que hay en tu vida. 


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 



EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA CUATRO

 P. Mark Link, jesuita.


Día cuatro

“Graba en tu corazón los mandamientos que hoy te entrego” 

Deuteronomio 6; 6

 

Si consigues lo que quieres

en la lucha por la vida

y el mundo te hace rey por un día,

tan solo ve a un espejo, mira,

y escucha lo que esa imagen dirá.

 

No son tu padre, madre o hermano

quienes te van a juzgar.

El veredicto que contará más

es el de la imagen del espejo.

 

A ese le has de rogar

dejando de lado al resto.

A tu lado hasta el fin él ha de estar

y tú la prueba más ardua has de pasar

si del hombre del espejo la amistad cultivas.

 

Al mundo podrás engañar

recibiendo palmaditas al pasar,

pero tu recompensa final dolor será

si al del espejo pretendiste engañar.

(Dave Wibourn)

 

Medita este poema verso por verso. Habla con Dios después de hacerlo.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 



EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA TRES

P. Mark Link, jesuita.

Día tres

“Si decimos que no tenemos pecado, sería como decir que Dios miente” 

1 Juan 1,10

La peor maldad no es realizar la maldad, sino en realizarla pensando que se está haciendo el bien. Si reconocemos nuestros errores podremos ser felices, pero no lo seremos si hacemos lo que está mal y luego no lo admitimos para aparecer justos ante nuestros propios ojos.

Luis Evely ha escrito mucho sobre esto en su libro “En su presencia”. Allí anota: Te arrepentirás más fácilmente de haber cometido un pecado si estás seguro de ello y no si es que dudas. No ensucies las aguas en las que después volverás a pescar. También dice: Si pecas, hazlo con la misma sinceridad con que después te arrepentirás. Si eres débil para pecar, que tu orgullo no te impida reconocerlo.

¿Eres honesto y reconoces tus pecados? Habla con Dios sobre algún problema que tengas en este sentido.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 




EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA DOS

P. Mark Link, jesuita.


Día dos

“El cuerpo es uno, así también es Cristo” 
1 Corintios 12;12

 

Un crítico de música tuvo que ir a un concierto al que le invitaron a último minuto, por lo que tuvo que cancelar la cena programada con una amiga. Una hora después, la hija del solista que iba a cantar en el concierto murió en un accidente, por lo que el concierto se canceló. El crítico llamó a su amiga y le dijo: “Buenas noticias, la hija del solista murió, así que cancelaron el concierto”. Luego se dio cuenta de lo que había dicho. La muerte de una muchacha no podía ser una buena noticia para nadie.

Cuántas veces nos pasa igual que al crítico de música. Estamos tan sumergidos en nuestro pequeño mundo, que perdemos de vista lo que pasa en el mundo más grande. Estamos tan concentrados en nuestros propios intereses preferencias y gustos, que nos volvemos ciegos a las necesidades y las tristezas de otros.

“El cuerpo es uno, así también es Cristo, si un miembro sufre, todos sufren con el” 1 Corintios 12; 12,26

 

¿Qué tanto te concentras sólo en ti mismo y no ves las necesidades de los otros? Habla con Jesús sobre cómo puedes abrir tus ojos y tu corazón para las necesidades de los demás.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 


EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 09 - DÍA UNO

P. Mark Link, jesuita.


Día uno

“Tiende tus manos hacia él” Job 11; 13

 

Dos pequeños ejemplos. Al protagonista de la serie de TV “Lobos del aire” le preguntaron si estaba satisfecho con su actuación. Su respuesta fue negativa. Así respondió al periodista: Siento como si no le hubiera puesto empeño a la serie, no siento que haya dado el cien por ciento de mi capacidad. Cuando le preguntaron el porqué, respondió “sencillamente porque he sido flojo”

El otro ejemplo es de un vendedor de libros que iba por pueblos del campo. Encontró a un campesino descansando sentado en una piedra mirando el paisaje. Se presentó y dijo: “Señor, tengo un libro que vale oro. Ahí se describe cómo trabajar bien la tierra, es decir, cómo hacer diez veces mejor lo que usted está haciendo ahora”. El hombre de campo le respondió: “Joven, yo ya sé cómo trabajar mi tierra diez veces mejor de lo que lo estoy haciendo ahora. El asunto no es saber qué tengo que hacer, sino hacerlo”.

Hagamos la relación entre las dos historias y preguntemos a nuestra conciencia si somos responsables de no hacer lo que debemos hacer.


Hay pecado de comisión (hago lo que no debo hacer), y pecados de omisión (no hago lo que debía hacer). Habla con Jesús sobre en cuál de estos dos aspectos debes trabajar más.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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Programa DESAFÍO

Introducción

¿Cómo realizar la oración?

SEMANA 09 




EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana - P. Mark Link, jesuita


El domingo 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, iniciaremos la publicación del Programa Desafío del P. Mark Link, jesuita, basado en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

Este Programa de Ejercicios Espirituales está diseñado para realizarse en la Vida Cotidiana, con meditaciones diarias, se recomienda que se desarrolle bajo la dirección de un acompañante espiritual.

Las meditaciones se publicarán por semanas, es decir, meditaciones diarias para cada día de la semana.

Se publicarán las recomendaciones a tenerse en cuenta para las meditaciones diarias, y cada meditación tendrá un enlace para acceder a ellas cuando el ejercitante lo necesite.

A.M.D.G.


 


Doctrina Social de la Iglesia - 35. La Empresa III


 

P. Ignacio Garro, jesuita †

6. LA EMPRESA. CONFLUENCIA DE CAPITAL Y TRABAJO

(Continuación)


6.7.- MODELOS DE RELACIONES ENTRE EL CAPITAL Y EL TRABAJO. POSTURA DE LA IGLESIA

Una vez aclarados los términos de "capital" y "trabajo" pasemos a examinar los principales modelos de relaciones entre capital y trabajo a la luz de la DSI, presentándolos brevemente en su origen y trayectoria histórica y en su proyección hacia le futuro. especialmente estudiaremos el régimen de sociedad o "cogestión", apuntando las importantes implicaciones que contiene.

 

6.7.1.- EL CAPITALISMO LIBERAL [1]

Es el sistema económico que se basa en la supremacía del capital sobre el trabajo, esto es, que otorga la última instancia de las decisiones que controlan el proceso productivo a aquellos que poseen el capital. El surgir del capitalismo fue propiciado por la convergencia de varias circunstancias históricas, y coincidió con el comienzo de la revolución industrial. Entre estas circunstancias, las principales fueron las siguientes:

a.- Los rápidos progresos de la tecnología que reveló la posibilidad de utilizar nuevas formas de energía (energía de vapor, eléctrica, etc), dando lugar a nuevos procesos de producción, sustituyéndose la producción de tipo artesanal por la producción en serie.

b.- La enorme ampliación ofrecida a los mercados europeos, por la colonización de Asia, África y las Américas.

c.- El aplastamiento de las estructuras corporativas de la Edad Media, que reglamentaban el ejercicio de las profesiones u oficios y controlaban la competencia.

Podemos decir, que el capitalismo nació bajo el signo del liberalismo que inauguraba una total libertad de la iniciativa privada en el proceso productivo y excluía de este proceso la intervención del Estado.

Como sistema económico, el capitalismo no tenía ética alguna. Se reglamentaba exclusivamente mediante las indicaciones de mercado y, en éste, mediante mecanismos de la formación de los precios, que obedecía a la ley de la oferta y la demanda. Así pues, los comienzos del capitalismo fueron marcados por un violento espíritu de competencia, en el cual los diferentes productores veían aumentar sus ganancias, al disminuir los precios de producción. El capitalismo fue responsable de tremendas injusticias contra la clase trabajadora, obligada a trabajar a cambio de salarios de hambre, hasta quince horas diarias, incluyendo a mujeres y niños menores de edad. Como vimos anteriormente, esta situación originó la situación que se llamó la "cuestión social", como situación de verdadera injusticia de parte de los capitalistas en contra de los trabajadores.

En breve tiempo se vio que el sistema capitalista tenía defectos muy graves y de difícil solución. El mecanismo del sistema capitalista sólo es sensible a las necesidades que se traducen en dinero, es decir, en ganancia material. Son múltiples las deficiencias de este sistema. En primer lugar su carácter impersonal y anónimo, que deja la determinación de los niveles del salario al mecanismo de la ley de la oferta  y la demanda, sin ninguna consideración de tipo ético o social. En un auténtico régimen capitalista, donde la oferta de mano de obra excede la demanda, el salario debe bajar, aunque alcance niveles inferiores a los de la mera subsistencia, esto origina una auténtica situación de injusticia humana y social.

Consideraciones de tipo moral no hallan lugar en el sistema capitalista, porque, para éste, la economía como la política representan compartimentos separados cuya única regla es la eficacia. El segundo defecto económico del capitalismo reside en el hecho de que la competencia rara vez tuvo los efectos que de ella se esperaba. Los monopolios, "holdings", y todo tipo de asociación monopólica iban contra el poder adquisitivo del trabajador. Los capitalistas dominando con enorme fuerza financiera, conseguían imponer leyes que les garantizaran en la permanencia de sus privilegios. Por todo esto, el capitalismo nunca ha conseguido eliminar el tercer defecto, que es le de las crisis periódicas de la superproducción y el crecimiento, creando las condiciones para las cuales la única salida de esta crisis es la destruir enormes cantidades de bienes, yendo en contra de una humanidad necesitada y hambrienta.

¿Por qué razón semejante sistema se llama capitalismo? Porque en el proceso sociopolítico y económico se atribuye la superioridad indiscutible del capital sobre el trabajo. El capitalismo está apoyado en la filosofía liberal llamada "liberalismo", que nace de una concepción de la persona y de la sociedad de una manera individualista. Por ello, capitalismo, liberalismo e individualismo son así tres caras, orgánicamente solidarias, de la misma realidad histórica que marcó el S. XIX y cuyos residuos (algo controlados) permanecen hasta nuestros días. Es verdad que en nuestros días no existe el capitalismo primitivo del S. XIX, ya que la presión de varios factores ha originado una gran variedad de nuevos modelos neocapitalistas. Estos se distinguen por la mayor o menor intervención del Estado en los mecanismos de control en la cuestión económica, en la determinación de los precios y salarios. El neocapitalismo parte de su rudeza, si embargo, aunque haya tolerado o asimilado muchas novedades, en las relaciones de trabajo, todavía conserva el principio inamovible de que el capital es más importante que el trabajo.

Por ello la DSI desde León XIII en la RN, nº 6, demostraba que tenía una visión clara de la situación de la injusticia social que reducía a una condición casi servil a la inmensa multitud de trabajadores por la injusticia de los bajos salarios. Anota como causa de esta situación la destrucción de las corporaciones artesanales o gremios, que dejaban a las clases más pobres a merced de la ganancia y de la competencia desleal de la oferta y la demanda. León XIII no llegó a percibir que la situación se configuraba dentro de una forma y un sistema que entonces se iniciaba y cuyo nombre era "capitalismo".

Fue le papa Pío XI, cuarenta años más tarde, quien en su encíclica QA, nº 102-103,  identificó el sistema que se llamó "régimen capitalista", y que consideraba uno de los extremos que ha de ser evitado, por cualquier tipo de régimen sociopolítico. En efecto, no considera el capitalismo como un régimen "condenable por sí mismo ni vicioso por su misma naturaleza", sino que es condenable y vicioso e la medida en que "el capital esclaviza a los obreros o a la clase proletaria con tal fin y tal forma, que los negocios y por tanto, todo el capital, sirvan a su voluntad y a su utilidad, despreciando la dignidad de la persona humana de los trabajadores, la índole social de la economía y la misma justicia social y el bien común" .

Como hemos visto a través de este tratado, la Iglesia se opuso de manera determinante a este sistema económico por las injusticias a las que llevaba.



[1] Cfr.- Tema "Capitalismo" en Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia" , F. Bastos de Avila, SJ. Edic. Paulinas.


Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.


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