P. Mark Link, jesuita.
Día cinco
“Hagan el bien sin esperar nada a cambio”
Lucas 6,35
Un
taxista con largos años de experiencia contaba que en una ocasión encontró un
anillo de esmeralda en su taxi. Trataba de recordar a quién le podía pertenecer,
hasta que recordó haber ayudado a una señora elegante con varios paquetes. Volvió
al lugar donde la señora bajó del taxi y le hizo guardia dos días. Cuando al
final la encontró, le devolvió el anillo. Ella no le dio recompensa alguna, ni
siquiera le agradeció su honradez. El comentario del taxista fue: “Me siento
bien porque sé que hice lo correcto”. Difícil decir qué es más impresionante,
si la ingratitud de la señora o la entereza moral del taxista.
Sople, sople el viento del invierno, nunca tan desagradable como la ingratitud del hombre.
¿Has tenido alguna vez una experiencia similar? ¿Has olvidado agradecer a alguien o por algo?
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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