ESPECIAL SANTA ROSA DE LIMA

 


Fiesta: 30 de agosto

Compartimos nuestras publicaciones sobre Santa Rosa de Lima, la primera santa del continente americano, Patrona de Perú, América y las Filipinas, acceda al Especial AQUÍ



Domingo XXI del Tiempo Ordinario Ciclo A - Profesión de fe de Pedro

 



DOMINGO XXI (ciclo A)

Jesús pregunta también a los apóstoles ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Y a nosotros podría preguntarnos ¿tú qué sabes de mí?

Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

ACCEDA AQUÍ



 









Catequesis del Papa. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente 18. El anuncio en la lengua materna: San Juan Diego, mensajero de la Virgen de Guadalupe


 PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 23 de agosto de 2023

[Multimedia]



¡Señoras, señores!

En nuestro camino para redescubrir la pasión por el anuncio del Evangelio, para ver cómo el celo apostólico, esta pasión por anunciar el Evangelio se ha desarrollado en la historia de la Iglesia, en este camino miramos hoy a las Américas. Aquí la evangelización tiene un manantial siempre vivo: Guadalupe. Es una fuente viva. ¡Los mexicanos están contentos! Por supuesto, el Evangelio ya había llegado allí antes de esas apariciones, pero desafortunadamente también había sido acompañado por intereses mundanos. En lugar de la vía de la inculturación, se había recorrido con demasiada frecuencia el apresuramiento de trasplantar e imponer modelos preestablecidos —europeos, por ejemplo—, faltando al respeto a los pueblos indígenas. La Virgen de Guadalupe, en cambio, aparece vestida con las ropas de los autóctonos, habla su idioma, acoge y ama la cultura del lugar: María es Madre y bajo su manto encuentra lugar cada hijo. En Ella, Dios se hizo carne y, a través de María, sigue encarnándose en la vida de los pueblos. La Virgen, de hecho, anuncia a Dios en la lengua más adecuada, es decir, la lengua materna. Y también a nosotros la Virgen nos habla en lengua materna, la que nosotros entendemos bien. El Evangelio se transmite en la lengua materna. Y me gustaría dar las gracias a las muchas madres y abuelas que lo transmiten a sus hijos y nietos: la fe pasa con la vida, por eso las madres y abuelas son las primeras anunciadoras. ¡Un aplauso para las madres y abuelas! Y el Evangelio se comunica, como muestra María, en la sencillez: siempre la Virgen elige a los sencillos, en la colina del Tepeyac en México como en Lourdes y Fátima: hablándoles, les habla a cada uno, con un lenguaje adecuado para todos, con un lenguaje comprensible, como el de Jesús.

Detengámonos entonces en el testimonio de San Juan Diego, que es el mensajero, es el muchacho, es el indígena que recibió la revelación de María: el mensajero de la Virgen de Guadalupe. Él era una persona humilde, un indio del pueblo: sobre él se posa la mirada de Dios, que ama realizar prodigios a través de los pequeños. Juan Diego había llegado a la fe ya adulto y casado. En diciembre de 1531 tiene unos 55 años. Mientras está de camino, ¿ve en un alto a la Madre de Dios, que lo llama tiernamente, y cómo lo llama la Virgen? «hijo mío el menor, Juanito» (Nican Mopohua, 23). Luego lo envía al obispo a pedirle que construya un templo allí mismo, donde se había aparecido. Juan Diego, sencillo y servicial, va con la generosidad de su corazón puro, pero tiene que hacer una larga espera. Finalmente habla con el obispo, pero no se le cree. A veces nosotros, los obispos... Se encuentra de nuevo con la Virgen, que lo consuela y le pide que vuelva a intentarlo. El indio vuelve al obispo y con gran esfuerzo lo encuentra, pero éste, después de escucharlo, lo despide y envía hombres a seguirlo. He aquí la fatiga, la prueba del anuncio: a pesar del celo, llegan los imprevistos, a veces de la propia Iglesia. De hecho, para anunciar no basta con dar testimonio del bien, hay que saber soportar el mal. No olvidemos esto: es muy importante para anunciar el Evangelio no basta con dar testimonio del bien, sino que hay que saber soportar el mal. Un cristiano hace el bien, pero soporta el mal. Ambos van juntos, la vida es así. También hoy, en muchos lugares, para inculturar el Evangelio y evangelizar las culturas se necesita constancia y paciencia, no hay que temer a los conflictos, no hay que desanimarse. Estoy pensando en un país donde los cristianos son perseguidos, porque son cristianos y no pueden practicar su religión bien y en paz. Juan Diego, desanimado, porque el obispo lo devolvía, pide a la Virgen que lo dispense y encargue a alguien más estimado y capaz que él, pero es invitado a perseverar. Siempre existe el riesgo de una cierta docilidad en el anuncio: una cosa no funciona y uno retrocede, desanimándose y refugiándose tal vez en las propias certezas, en pequeños grupos y en algunas devociones íntimas. La Virgen, en cambio, mientras nos consuela, nos hace seguir adelante y así nos hace crecer, como una buena madre que, mientras sigue los pasos de su hijo, lo lanza a los desafíos del mundo.

Juan Diego, tan animado, vuelve al obispo que le pide una señal. La Virgen se lo promete, y lo consuela con estas palabras: «No se turbe tu rostro, tu corazón: […] ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? (ibíd., 118-119). Esto es bello, la Virgen tantas veces cuando estamos en desolación, en la tristeza, en la dificultad, nos lo dice también a nosotros, en el corazón: «¿No estoy aquí yo que soy tu madre?» Siempre cerca para consolarnos y darnos fuerzas para seguir adelante. Luego le pide que vaya a la árida cima de la colina a recoger flores. Es invierno pero, a pesar de ello, Juan Diego encuentra unos preciosos, los pone en su manto y los ofrece a la Madre de Dios, quien lo invita a llevarlos al obispo como prueba. Él va, espera su turno con paciencia y finalmente, en presencia del Obispo, abre su tilma; —que es lo que usaban los indígenas para cubrirse— abre su tilma mostrando las flores y he aquí: en el tejido del manto aparece la imagen de la Virgen, aquella extraordinaria y viva que conocemos nosotros, en cuyos ojos todavía están impresos los protagonistas de entonces. He aquí la sorpresa de Dios: cuando hay disponibilidad, cuando hay obediencia, Él puede hacer algo inesperado, en los tiempos y en las formas que no podemos prever. Y así se construye el santuario pedido por la Virgen y hoy se puede visitar.

Juan Diego deja todo y, con el permiso del obispo, dedica su vida al santuario. Acoge a los peregrinos y los evangeliza. Es lo que sucede en los santuarios marianos, meta de peregrinaciones y lugares de anuncio, donde cada uno se siente en casa —porque es la casa de la madre, es la casa de la madre— y siente la nostalgia del hogar, es decir, la nostalgia del lugar donde está la Madre, el Cielo. Allí la fe se acoge de modo sencillo, la fe se acoge de modo genuino, de modo popular, y la Virgen, como le dijo a Juan Diego, escucha nuestros llantos y cuida nuestras penas (cf. ibíd., 32). Aprendamos esto: cuando hay dificultades en la vida, vamos a la Madre; y cuando la vida es feliz, vamos a la Madre a compartir también esto. Necesitamos ir a estos oasis de consuelo y de misericordia, donde la fe se expresa en lengua materna; donde se depositan las fatigas de la vida en los brazos de la Virgen y se vuelve a vivir con la paz en el corazón, quizás con la paz de los niños.

...

Tomado de:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2023/documents/20230823-udienza-generale.html

Para anteriores catequesis del Papa AQUÍ

Accede a la Etiqueta Catequesis del Papa AQUÍ







Doctrina Social de la Iglesia - 53. El Sindicato IV


 

P. Ignacio Garro, jesuita †


9. EL SINDICATO

Continuación...


9.9.- La huelga como medio lícito de presión. 

Por "huelga" se entiende: "el abandono del trabajo por parte de los obreros que trabajan en una empresa". Modernamente se entiende por huelga: "la paralización voluntaria y temporal del trabajo, por parte de la totalidad o por un gran número de empleados de una empresa o de una determinada actividad profesional, con el propósito de obtener mejoras en las condiciones de trabajo, o por la defensa de intereses profesionales".

La huelga se presenta, pues, como una forma directa y primaria de ejecución de justicia, esto es, equivale a hacer justicia con las propias manos. Como tal, tiende a restringirse, en la medida en que se perfecciona la legislación laboral, mediante normas que orientan y solucionan eficazmente la solución de los conflictos entre patrones y empleados. El ejercicio del derecho a la huelga debe ser reglamentado en tal forma que ella quede como un recurso del cual puedan valerse los obreros para conseguir sus demandas salariales, o, laborales justas. [1]

El tema de la huelga en la DSI al principio no fue muy bien comprendido. Así en León XIII, se advierte la repulsa instintiva al empleo de este medio de presión social que ejercen los obreros contra la patronal. Destaca ante todo que es un mal social. Pero no llega a excluir su uso; la primera obligación del Estado, antes que prohibir las huelgas, es remover sus causas, es decir, las injusticias que las originan, RN, nº 29. Su sucesor y comentador de su encíclica social, Pío XI, en QA, nº 94, no trató directamente de este problema.

Hay que llegar hasta el Concilio Vat. II para encontrar una reflexión moral sistemática sobre la huelga. No es demasiado extraño: hasta entonces se había acudido implícitamente a las condiciones que la tradición moral había establecido en general para legitimar, en determinados casos, el empleo de la violencia. Estas condiciones eran:

  • Que exista una causa justa
  • Que el empleo de la violencia sea el último medio que se utiliza; antes debe de intentarse una solución pacífica.
  • Que los males que presumiblemente van a derivarse del empleo de la violencia sean previsiblemente menores que la injusticia que se pretende remediar.
  • Que tome la decisión quien legítimamente pueda y deba tomarla: la autoridad competente[2]

A la luz de estos principios se habían intentado solucionar moralmente los conflictos interpersonales o grupales. En concreto, basándose en ellos, se justificaba la posibilidad de que, en algunos casos, la guerra fuese justa. Con estos mismos principios, exceptuando el último de ellos, la referencia a la autoridad legítima, los moralistas sociales abordaron el problema de la huelga. G et S, nº 68, se mueve en esta óptica, aunque sin hacer mención expresa de las dos últimas condiciones: reconoce que en las circunstancias presentes  la huelga puede ser un medio de presión necesario, aunque extremo, y exhorta a que se empleen preferentemente la negociación y el diálogo: "En caso de conflictos económico-sociales hay que esforzarse por encontrar soluciones pacíficas. Aunque se ha de recurrir siempre primero a un sincero diálogo entre las partes,

Sin embargo, en la situación presente, la huelga puede seguir siendo un medio necesario, aunque extremo, para la defensa de los derechos y el logro de las aspiraciones justas de los trabajadores. Búsquense, con todo, cuanto antes, caminos para  negociar y para reanudar el diálogo conciliatorio".

Planteadas así las cosas, los documentos sociales postconciliares han subrayado sobre todo la tercera condición, supuesta aunque no explicitada en G et S. En este sentido, OA, nº 14, deduce que la huelga de servicios necesarios para la vida de una comunidad es difícilmente justificable[3], pues: los males que se derivan de una huelga de este tipo, piénsese en una huelga total del personal sanitario, donde, por ejemplo, la  sección de "emergencias" no atiende absolutamente a nadie, o el área de telecomunicaciones, servicio de bomberos etc, donde por no atender debidamente se pueden poner en peligro la vida de los ciudadanos y difícilmente serán los males menores que las injusticias que se pretenden remediar. Lo mismo repite la encíclica LE, nº 20.

Ambos documentos, en los mismos pasajes, abordan también un tema que nos es ya conocido: supuesta la creciente politización de la vida socioeconómica, es clara la tentación de utilizar la fuerza de la huelga con finalidad política. Tanto Pablo VI como J. Pablo II se oponen a esta manipulación política de la huelga.

Los principios expuestos hasta aquí se pueden sintetizar en dos afirmaciones de la DSI:

  • La huelga es un medio de presión lícito, siempre que cumpla las condiciones requeridas.
  • Hay dos excepciones a esta norma general: la huelga de servicios necesarios para la vida humana de una comunidad y la huelga con finalidad política.

Esta claridad es compatible con una mayor necesidad de concreción. No se encuentra ésta en los grandes documentos de la DSI, pero sí en los documentos magisteriales del ámbito local más concreto, como son los documentos de las Conferencias Episcopales, u Obispos particulares, y en la reflexión más reciente de teólogos y creyentes católicos. Podríamos hacer algunas reflexiones:

  • Las condiciones que la tradición moral católica exige para que una huelga sea lícita son las mismas que se piden para justificar moralmente el empleo de cualquier tipo de violencia. Evidente se trata de requisitos razonables y proporcionados.
  • Sin causa justa no se puede emplear la fuerza contra nadie. Esto es obvio moralmente hablando.
  • Pero, ¿Quién determina la justicia de la causa que se defiende? En el caso de la huelga normalmente lo decide el mismo que se siente agraviado. Y no parece justo que una misma persona (o grupo) sea, a la vez juez y parte de dicha causa. Por eso, es de lamentar que se haya suprimido la condición que hacía referencia a la autoridad legítima, que lo que pretendía precisamente era evitar que cada presunto agraviado decidiese que era justa una represalia. ¿No sería más conveniente que se instituyesen tribunales o instancias ajenas a los grupos en litigio y que declarasen que es lícita la propuesta de una huelga porque la causa es justa?
  • Menor dificultad ofrece el que sea  el último medio que se emplea: al menos puede saberse objetivamente si se han intentado medios pacíficos y menos gravosos que la misma huelga.
  • Respecto a al condición restante, que los males derivados sean menores que la injusticia que se quiere remediar, es claro que Dios no nos pide adivinar el futuro. Pero sí nos invita a considerar previamente las consecuencias previsibles de nuestros actos, a no proceder, inconsideradamente, sin mirar  los efectos de lo que hacemos.

A.- Siguiendo con las condiciones que han mantenido como norma moral, se trata también de requisitos mínimos. Sin ellos la huelga es moralmente ilícita. Con ellos queda abierta la pregunta de si es moral o inmoral comenzar una huelga concreta. Porque no puede olvidarse que el cristiano está llamado a superar los mínimos de exigencia. Y ciertamente seguir el ejemplo de Jesús, como ocurrió en el huerto de Getsemaní, en que se daban las condiciones requeridas para responder a la violencia con violencia al intentar apresar a Jesús que era inocente. Y cuando Pedro saca la espada, Jesús le dice que ése no es el camino cristiano. En cualquier caso, el empleo de la violencia podrá estar en algunas ocasiones permitido. Pero nunca se excluye la renuncia a este medio de presión realizada por amor, no por comodidad, insolidaridad o cobardía.

B.- Es también claro que cada uno puede renunciar a defender sus derechos por la fuerza. Pero el caso es distinto si se trata de derechos al grupo al que pertenezco, o de otro grupo que me pide solidaridad con él. O de los derechos de alguien que tengo obligación de tutelar. Porque en cada una de estas situaciones se ventilan distintos valores morales.

  • Si se trata de un derecho exclusivamente mío, puedo dar primacía a la renuncia a mi derecho mientras se base no en el miedo o la pereza, sino en auténtico amor cristiano que lleva a practicar la no-violencia activa.
  • Al estar en juego los derechos de un grupo al que pertenezco, como es el caso habitual de las huelgas laborales, es obvio que yo no puedo renunciar unilateralmente a un derecho que no es exclusivamente mío. Debo hacer  ver mi postura antes de que el grupo tome una decisión. Una vez tomada, si no va contra mi conciencia, el valor de la solidaridad debe primar en primer lugar.
  • La situación es totalmente distinta cuando tengo obligación de tutelar los derechos de otros. En este caso mi obligación es defenderlos, dentro de los límites morales.

C.- Volviendo al tercer requisito, es importante preguntarse, antes de declarar una huelga, quiénes van a ser los perjudicados. Determinadas huelgas de servicios necesarios para parte de la sociedad, como son sanidad, comunicaciones, perjudican a ciudadanos que no tienen que ver con el conflicto laboral ni pueden remediar sus causas. Emplear las huelgas en estos casos es utilizar como arma de presión el perjuicio a personas e intereses que no debían entrar en juego. Es utilizar una táctica de la que tradicionalmente se ha deducido la inmoralidad del capitalismo: la utilización de personas indefensas para los fines de una minoría. Y lleva ciertamente a un enrarecimiento de la convivencia social, al imponer de hecho las reivindicaciones por la fuerza de los hechos, no por el convencimiento de la razón o de la fuerza de la moral.

 D.- Por todo lo anterior, es preciso regular, en estos casos los servicios mínimos que deben en todo caso ser respetados. Es urgente también regular por ley las condiciones legales en las que la huelga es lícita.

  • Cuando la decisión de ir a la huelga la toma el grupo de trabajadores, es difícil para cada trabajador tomar una decisión en conciencia. Además de su propio análisis de la situación y de las condiciones concretas de esta huelga, debe valorar también los intereses del grupo que utiliza esta forma de presión.
  • Dada la cada vez más extensa competencia del Estado en la economía, es difícil en la práctica deslindar las huelgas políticas de las que no los son. Pueden resultar aclaratorias las siguientes precisiones:

-Ciertamente son políticas las que pretenden metas que pueden y deben alcanzarse por cauces políticos.

-Una huelga general, que es una protesta contra la política general de la economía del Estado, difícilmente deja de tener siempre un color político.

-También es difícil que no tenga color político una huelga que utilice como elemento pretendido de presión crear problemas de orden político o que dañe seriamente la economía de uno o varios sectores, o que pretenda desgastar al partido político que es ese momento gobierna el país.

-No tienen, e cambio, por qué ser políticas las huelgas que promueven funcionarios públicos, aunque sus quejas se dirijan contra la Administración Pública, es decir, el Estado.

Esta es una breve selección de algunos problemas morales que plantea el empleo de la huelga en el momento presente. Parece que su número tiende a reducirse últimamente, aunque esta afirmación puede verse desmentida en cualquier momento.

La DSI ha expuesto los principios generales, sin pretender dar soluciones universales: toca a las comunidades cristianas "discernir, con la ayuda del Espíritu Santo, en comunión con los Obispos responsables, en diálogo con los demás hermanos cristianos y todos los hombres de buena voluntad, las opciones que se deben de tomar en cada caso", OA, nº 4.

 

9.10.- Reflexiones finales:

Es claro que el sindicalismo actual ha sufrido dos modificaciones que de hecho han condicionado su influjo y su misma entidad

a.- Reorientación de sus fines: Sin abandonar sus planteamientos reivindicativos, el hecho de que el Estado haya asumido buena parte de las peticiones que históricamente han presentado los sindicatos y la doble conciencia de que la "concertación"[4] es precisa para la buena marcha de la economía y de que ésta favorece los intereses de los trabajadores, han obligado a los sindicatos a ampliar el abanico de sus fines y a moderar su afán reivindicativo.

b.- Politización de su actividad: El Estado ha ido asumiendo cada vez más competencias dentro del ámbito económico. Esto conlleva una cierta politización inevitable de buena parte de la actividad económica, y también de la sindical. Aunque quedan campos donde los sindicatos pueden actuar independientemente de los partidos, buena parte de sus decisiones más importantes no pueden dejar de tener color político. Esto puede aplicarse también a la huelga, como ya indicamos anteriormente. Sigue en pie la llamada de la encíclica LE: los sindicatos deben evitar, en lo posible, hacer política directa; ésta debe de hacerse por otros cauces: partidos políticos, elecciones democráticas, etc. Sustituirlos por los sindicatos crea confusión y daña la convivencia social. Por otra parte, la historia enseña que un partido y un sindicato, aun perteneciendo a la misma corriente ideológica, pueden tener y de suyo tienen intereses divergentes. Esta es una razón más para mantener la separación entre ambas instituciones.

Por otro lado, no estará de más señalar algunos aspectos en la actuación práctica de los sindicatos hoy día. Hay unanimidad en reconocer que, aunque el sindicato debe "velar" por los intereses de sus afiliados, no puede "prescindir" de su intereses, por ejemplo:

De la misma forma que las ideologías de la clase proletaria han modificado sus planteamientos sobre el sindicato, también han cambiado su planteamiento los "teóricos del capitalismo liberal". Pues, no sólo aceptan la existencia libre del sindicato, sino que la desean; y propician la concertación asidua con él, esto con o sin el apoyo del gobierno de turno.

La Iglesia, ya desde la RN, defendió la necesidad de contar con los sindicatos en la ordenación de la vida económica de cada nación, mirado siempre al bien común. Los sucesivos documentos de la DSI se han ido haciendo eco de la evolución de los planteamientos sindicales que ha ido imponiendo la historia y han defendido los derechos básicos del sindicalismo desde sus comienzos. Los documentos sociales de la Iglesia han seguido de cerca y con simpatía las vicisitudes del sindicato como institución legítima y libre y han estimulado a los creyentes a colaborar en sus fines y en la mejora de la calidad de su actuación.

Por esto, la historia demuestra que no hay razón para mirar con complejo de culpa la actuación de la DSI de la Iglesia en el campo de la industrialización y su efectos sociales, como ya lo hemos visto a lo largo de todo el curso; aunque hay habido algunas lagunas, o deficiencias, estos son explicables, y el saldo puede decirse que es altamente positivo.

Desde diferentes ámbitos cristianos se sigue instando a reorientar la actividad sindical. Se proponen para el sindicato año 2000 los siguientes objetivos:

- Basarse en valores (morales, espirituales, culturales y sociales)

- Tener una dimensión política diferente de  los partidos políticos

- Potenciar la solidaridad con el mundo rural, los parados, los trabajadores eventuales

- Abrir esa solidaridad, sobre todo, con el Tercer Mundo, desde la convicción de que los trabajadores y sindicatos del primer mundo industrial están entre los grandes beneficiarios de un orden internacional injusto y que por lo tanto obliga a restituir.

En estos objetivos no se puede negar la inspiración de la DSI y también su acierto social y político.

               



    [1] Cfr.-  "Huelga" en Pequeña enciclopedia de la doctrina social de la Iglesia" . Fernando Bastos de  Avila, SJ. Edic. Paulinas.

    [2] El Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por J. Pablo II, (8,12,1992) incluye algunas páginas sobre la DSI. Respecto a la huelga, además de potenciar la negociación anterior con la participación de los sindicatos, nº 2430, resume las condiciones tradicionales: "La huelga es moralmente legítima cuando constituye un recurso inevitable, si no necesario, para obtener un beneficio proporcionado. Resulta moralmente inaceptable cuando va acompañada de violencias o también cuando se lleva a cabo en función de objetivos no directamente vinculados a las condiciones de trabajo o contrarios al bien común, nº 2435.

    [3] "Cuando se trata en particular de los servicios públicos, necesarios en la vida diaria de una comunidad, se deberá saber medir los límites más allá de los cuales los perjuicios causados son absolutamente reprobables".

    [4] "Concertar". En el aspecto laboral sindical es: "ajustar o acordar algún negocio en base a una decisión que satisface a ambas partes".


...


Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.


Para acceder a las publicaciones de esta SERIE AQUÍ.






Domingo XX del Tiempo Ordinario Ciclo A - La fe medicina del alma


DOMINGO XX (ciclo A)

La fe en Jesús es una medicina que cura las profundidades de nuestra alma.

Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

ACCEDA AQUÍ



 




Ofrecimiento Diario - Orando con el Papa Francisco en el mes de AGOSTO 2023: Por la Jornada Mundial de la Juventud

 

 



RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

INTENCIONES DEL PAPA PARA EL MES DE AGOSTO




OFRECIMIENTO DIARIO

Padre Bueno, sé que estás conmigo.
Aquí estoy en este nuevo día.
Pon una vez más mi corazón
junto al Corazón de tu Hijo Jesús,
que se entrega por mí y que viene a mí en la Eucaristía.
Que tu Espíritu Santo me haga su amigo y apóstol, 
disponible a su misión de compasión.
Pongo en tus manos mis alegrías y esperanzas,
mis trabajos y sufrimientos, todo lo que soy y tengo,
en comunión con mis hermanos y hermanas de esta red mundial de oración.
Con María te ofrezco mi jornada por la misión de la Iglesia y por la intención de Oración del Papa para este mes:

«Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con su propia vida.»
AMÉN




ORACIÓN

Señor Jesús, a tu Corazón misericordioso
 encomendamos a todos los jóvenes que,
 a pesar de sus caídas, anhelan seguirte.
 El mundo necesita de su fuerza,
 de su entusiasmo y pasión.
 Que, abrazando la nueva vida
 que les fue dada en el Bautismo,
 sean profetas de tiempos nuevos,
 capaces de levantarse llenos de esperanza
 y salir por los “caminos de Damasco”
 a testimoniar las obras que Tú
 has comenzado a realizar en ellos.
 Amén
   



Padre Nuestro…

Ave María...

Gloria...

Amén




VIDEO DEL PAPA





LUEGO DEL OFRECIMIENTO DIARIO
RECEMOS DURANTE LA MAÑANA, EL DÍA Y POR LA NOCHE


ENLACES AQUÍ

DESCARGUE EN PDF LAS ORACIONES
Revista virtual RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, AGOSTO 2023, Nº82.
AQUÍ.



INTENCIÓN DEL MES

Francisco: Me gustaría ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro

Se ha publicado el video del Papa con la intención de oración para agosto de 2023. El Pontífice nos invita a rezar para que "la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con nuestra propia vida".
Sebastián Sansón Ferrari - Vatican News

A cinco días de la JMJ Lisboa 2023, este jueves 27 de julio la Red Mundial de Oración del Papa ha divulgado el Video del Papa con la intención de oración para el mes de agosto. El tema es, precisamente, la Jornada Mundial de la Juventud y tiene una particularidad: el Santo Padre responde a algunos jóvenes, que le interrogan en varias lenguas y desde varios continentes.

Desde Filipinas, Brasil y Costa de Marfil, jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil -la sección juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa, que cuenta con 1.700.000 miembros en 60 países- plantean a Francisco preguntas sin filtro: si la Iglesia se está reduciendo a “cosas de viejos”; por qué se eligió a María como tema de la Jornada Mundial de la Juventud; qué espera el propio Papa de este encuentro mundial de jóvenes en Portugal.

El Obispo de Roma recuerda que "la Iglesia no es un club para la tercera edad, como tampoco es un club juvenil. Si se convierte en algo de viejos, va a morir. San Juan Pablo II decía que si vivís con los jóvenes también vos te volvés joven, y la Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer".

Respecto al motivo de la elección del lema para la JMJ, "María se levantó y partió sin demora”, Bergoglio explica que "María, en cuanto sabe que va a ser la madre de Dios, no se queda allí tomándose un selfie o presumiendo". "Lo primero que hace es ponerse en camino, a toda prisa, para servir, para ayudar. También ustedes tienen que aprender de ella a ponerse en camino para ayudar a los demás", continúa.

Por último, al consultarle su expectativa, Francisco desea ver "en Lisboa una semilla del mundo del futuro". Es decir, "un mundo donde el amor esté en el centro, donde nos podamos sentir hermanas y hermanos".

"Estamos en guerra, necesitamos otra cosa. Un mundo que no tenga miedo a testimoniar el Evangelio", precisa. "Un mundo con alegría, porque los cristianos si no tenemos alegría, no somos creíbles, no nos cree nadie", añade.

"Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa nos ayude a los jóvenes a ponernos en camino, dando testimonio del Evangelio con nuestra propia vida", concluye el Video del Papa.


Tomado de:
https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2023-07/video-papa-catolicos-pongan-centro-vida-celebracion-eucaristia.html



ACTITUDES PARA LA VIDA COTIDIANA


Vivir el Evangelio. “¡Qué peligroso y qué dañino es este acostumbramiento que nos lleva a perder el asombro, la cautivación, el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad y la justicia!” (Papa Francisco). Haz un propósito concreto para salir de la rutina y vivir concretamente el Evangelio


Acoger al Señor en mi vida. “En la oscuridad de la historia, Él es la luz que ilumina las noches del corazón y del mundo, que derrota las tinieblas y vence toda ceguera. También nosotros (…) tenemos cegueras en el corazón (…). También nosotros (…) somos viajeros a menudo inmersos en la oscuridad de la vida. Lo primero que hay que hacer es acudir a Jesús” (Papa Francisco). ¿Me encierro en la oscuridad de la melancolía, que reseca las fuentes de la alegría, o voy al encuentro de Jesús y le ofrezco mi vida? ¿Sigo a Jesús, lo “persigo”, le grito mis necesidades, le entrego mis amarguras?


Dejarse encontrar por Él. “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso.” (Papa Francisco). Haz un propósito concreto de renovar con frecuencia, durante este mes, tu encuentro personal con Jesucristo


Levantarse y ponerse en camino.

  “¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el mundo digital, en todas partes”. (Papa Francisco).
  Medita sobre tu forma de testimoniar con tu vida que Cristo vive.



Servicio a la misión. “Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar a que le den muchos cursos o largas instrucciones” (Papa Francisco). Muchos, a tu alrededor, necesitan de tu testimonio. ¿Estás disponible para la misión? ¿Cómo puedes hacer llegar el anuncio de Jesucristo a tu alrededor?


Fuente: ClickToPray




RECURSOS EN LA RED

A. Cada Primer Viernes en Youtube, se pude buscar "El Video del Papa".

B. "Click To Pray" es una aplicación para teléfonos inteligentes (iOS y Android) en donde puedes unirte cada día a la red Mundial de Oración del Papa. Descarga ClickToPray [App Store] [Google Play]

C. Para comunicarnos:
apostolado.oración.peru@gmail.com


  



Domingo XIX del Tiempo Ordinario - A: Jesús camina sobre las aguas


 DOMINGO XIX   (ciclo A)

La fe en Jesucristo nos permite caminar firme por encima de las olas.

Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

ACCEDA AQUÍ





La transfiguración de Jesús



LA TRANSFIGURACIÓN

La transfiguración de Jesús, que se recuerda en el evangelio en este domingo, da un significado a la conversión cuaresmal: conversión es transfiguración.

Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

ACCEDA AQUÍ