EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - Introducción

 



Maestro: Así como el pez muere en la tierra, tú también mueres en el medio mundano. Para vivir otra vez, el pez vuelve al agua; tú debes volver a la soledad.

Discípulo: ¿Debo por lo tanto dejar mis negocios y entrar en un monasterio?
Maestro: Ciertamente no. Prosigue con tus negocios, pero entra en tu corazón.

 

Los ejercicios físicos –nadar, escalar, caminar- son maneras de mejorar la circulación, respiración y tonicidad muscular, mejorando con ello nuestro estado físico y salud corporal.

Los Ejercicios Espirituales –toda manera de meditar, contemplar, orar- son formas de hacer lo mismo, pero con nuestro espíritu. Estos Ejercicios tienen que ver directamente con nuestra fortaleza y salud espiritual.

 

El programa Desafío está diseñado para ayudarte de una manera sencilla para que entres en tu corazón, siguiendo con tu vida de familia, sin interrumpir trabajos o estudios. Los ejercicios de meditación que proponemos están basados en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Él mismo explica que las meditaciones pueden ser hechas sin “retirarse”, en la propia casa, aunque por un período de tiempo más largo. Este programa está diseñado de esta manera.

Lo ideal es experimentarlo con un grupo de cuatro a seis participantes que se reúnan semanalmente, acompañados de una persona con experiencia en los Ejercicios Espirituales, una persona que haga de acompañante o garante de los procesos personales (“Si deseas saber cómo llegar a una montaña, pregúntale a alguien que la suba y la baje a menudo”).

Como no siempre es posible lo anterior, una segunda manera de llevar el programa es uno solo, acompañado de un guía espiritual.

La tercera manera es hacerlo también solo, pero tratando de convalidar la experiencia cada cierto tiempo con un acompañante espiritual.


Alguien dijo: Algunos libros son para ser probados, otros para ser probados y saboreados. Pero sólo algunos son para probarlos, saborearlos y digerirlos. Desafío pertenece a este último grupo. Sus meditaciones son para ser probadas, saboreadas y digeridas. Nos referimos a que las meditaciones de Desafío deben ser:

- Exploradas con tu mente

- Reflexionadas con tu corazón

- Escuchadas en tu alma, porque Dios quiere decirte algo a través de ellas.


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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio


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