Ofrecimiento Diario - Orando con el Papa Francisco en el mes de MAYO 2019




APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

INTENCIONES PARA EL MES DE MAYO





OFRECIMIENTO DIARIO

Dios, Padre nuestro, yo te ofrezco toda mi jornada: 
mis oraciones, pensamientos, afectos y deseos, palabras, obras, alegrías y sufrimientos en unión con el Corazón de tu Hijo Jesucristo que sigue ofreciéndose a Ti en la Eucaristía para la salvación del mundo.
El Espíritu Santo, que condujo a Jesús, me guíe y sea mi fuerza en este día para que pueda ser testigo de tu amor.
Con María, la Madre del Señor y de la Iglesia, pido especialmente por la intención del Papa para este mes:


«Recemos para que, a través del compromiso de sus miembros, la Iglesia en África sea un fermento de unidad entre los pueblos, un signo de esperanza para este continente.»




VÍDEO DEL PAPA
INTENCIONES DEL MES



ORACIÓN

Dios de bondad,
creaste a tus hijos para que vivas unidos a Ti,
en comunión unos con otros.
En este mes, te pedimos por los cristianos de África,
para que se abran a tu presencia y a tu acción reconciliadora
en medio de las divisiones de este mundo.
Que tu gracia mueva los corazones al perdón y a la misericordia,
con un deseo sincero de construir la paz
y alimentar la esperanza en el futuro,
en particular de los más pobres y los jóvenes.
Padre Nuestro… 




PROPUESTA PARA EL MES

Interiorízate y da a conocer sobre el trabajo de instituciones de médicos y de personal humanitario que realizan su misión en zonas de guerra, colaborando con lo que sea necesario.

Promueve, en tu comunidad, un momento de oración por todos los que ponen su vida en riesgo para ayudar a las víctimas de la guerra.

Personalmente, o en grupo, reflexiona sobre cómo poner al servicio los talentos de formación académica y profesional en favor de los hermanos, en especial los más pobres y los que sufren.

Fuente: ClickToPray





PARA REFLEXIONAR SOBRE LA INTENCIÓN DEL PAPA PARA EL MES DE MAYO

IGLESIA EN ÁFRICA


P. José Enrique Rodríguez S.J.

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RECURSOS EN LA RED

A. Cada Primer Viernes en Youtube, se pude buscar "El Video del Papa".

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C. Para comunicarnos:
apostolado.oración.peru@gmail.com



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Si desea contribuir con la difusión de las Intenciones del Papa Francisco para los desafíos de la humanidad, puede descargar el afiche para el mes de Mayo (PDF A3):






Intención del Papa Francisco para el mes de Mayo: Iglesia en África




IGLESIA EN ÁFRICA

P. José Enrique Rodríguez, jesuita.
Párroco de San Pedro, Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú.

La Iglesia en África, fermento de unidad:
“Para que, a través del compromiso de sus miembros, la Iglesia en África sea un fermento de unidad entre los pueblos, un signo de esperanza para este continente”.


África está en camino a convertirse en el futuro del catolicismo. La población católica ha crecido en 23,2% según las últimas estadísticas del vaticano. Para el año 2050, la mitad del crecimiento de la población mundial tendrá lugar en África y representarán el 25% de los católicos. Asia subirá del 11% actual al 12%. América descenderá del 49% actual 40%. Por ejemplo, la República Democrática del Congo es el décimo país del mundo con más católicos (44 millones), seguido de Nigeria (28 millones). Mientras el número de seminaristas ha descendido en otras regiones del mundo, África por el momento no se ve afectada por la crisis de vocaciones.

Las iglesias cristianas tradicionales (católicos, anglicanos y evangélicos o protestantes) se ven amenazadas por el avance de comunidades “no tradicionales” (neopentecostales). Cada día más cristianos abandonan sus congregaciones y se unen a ellas. Ante este desafío tan difícil de comprender para nosotros, la Iglesia tiene que proclamar su fe, la fe de Pedro que, respondiendo a la pregunta de Cristo: « ¿También ustedes quieren irse? », dice: « Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios » (Jn 6, 67-69).

Hoy la Iglesia en África quiere creer verdaderamente en lo que anuncia, vivir lo que cree, predicar verdaderamente lo que vive. Más que nunca, el testimonio de vida se ha convertido en la condición esencial en vista a una eficacia real de la predicación. Los creyentes pueden decir que se hacen responsables del Evangelio que la Iglesia proclama. Como en la antigüedad lo hicieron Cipriano, Felicidad y Perpetua, y Agustín, en tiempos modernos los nombres de los santos mártires de Uganda Carlos Lwanga, Matías Mulumba Kalemba y sus veinte compañeros, de los mártires de Zaire Clementina Anwarite e Isidoro Bakanja, de Victoria Rasoamanarivo en Madagascar, de Josefina Bakhita en Sudán, son anuncio del nuevo tiempo para el Evangelio.

Hoy la Iglesia en África se siente interpelada por el deber preciso de superar gracias a la sincera práctica del diálogo, las divisiones heredadas de las potencias coloniales dentro de las fronteras, las que provienen de la coexistencia de grupos étnicos, tradiciones, lenguas e incluso religiones diversas, las oposiciones tribales que ponen a veces en peligro, si no la paz, al menos la búsqueda del bien común para el conjunto de la sociedad, creando así dificultades a la vida de las Iglesias y a la acogida de pastores de otro origen étnico.

Ser signo de unidad y de esperanza da relieve e importancia al diálogo ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales, así como al diálogo con las religiones tradicionales africanas y con el Islam. Que la oración de este mes esté presidida por estas intenciones y nos lleve a tener nuestras mentes y corazones lejos de intereses inmediatos, abriéndose a los intereses del Corazón de Cristo.


...

Agradecemos al P. José Enrique Rodríguez por su colaboración.





Jesús el Buen Pastor



P. Adolfo Franco, jesuita.

Tiempo de PASCUA.

Domingo IV.

Juan 10, 27-30.

Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Palabra del Señor.

Jesús se llama a sí mismo el Buen Pastor, y con esto nos dice la relación que tiene con nosotros, lo que El es para nosotros. Jesús nos cuida, nos protege, nos defiende, nos da la vida, nos da seguridad; y todo esto mientras estemos cerca de El y oigamos su voz y sigamos sus pasos.

La enseñanza de Jesús es clara, y supone una relación mutua, relación de ambas partes. En el párrafo de hoy se nos dice: Mis ovejas escuchan mi voz. Aquí se nos está diciendo cómo debe ser nuestra actitud con el Buen Pastor. Escuchar su voz significa más que obedecer a la voz del pastor. Por supuesto que eso también; pero además supone un conocimiento de la misma persona del Pastor que guía a las ovejas. El sonido de la voz del Pastor les da seguridad y alegría porque les hace sentir su presencia y las características de su persona. Saben que las cuida y que las alimenta. Se fían de El porque les ha dado muestras de mucho amor. Incluso a veces las ha defendido arriesgando su propia vida, cuando ha venido el lobo a atacarlas. Por eso escuchan su voz, esa voz tiene el sonido del amor y así le prestan atención. Y obedecen a lo que esa voz les enseña. El seguimiento de Jesús es eso: no se trata solo de obedecer sus mandamientos, lo que El nos ha enseñado, sino conocerlo a El mismo con mucho amor, porque de El brota un manantial de vida que son sus enseñanzas, que nos manifiestan también lo que El nos ama. Es importante esto: escuchar sus enseñanzas nos debe llevar a conocer que todo en El es amor: conocer el amor que hay en su enseñanza.

Por eso continúa diciendo: Yo las conozco y ellas me siguen. Qué importante es saber esto; que somos conocidos por el Señor. El me conoce personalmente. Y nos conoce amorosamente: es la forma de conocer que tiene Jesús: su conocimiento es a la vez amistad, comprensión y acogida. Y esto dirigido inequívocamente a mi propia persona. Me conoce personalmente a mí como soy, me acepta así, y se alegra de tenerme cerca como se alegran los amigos de estar cerca el uno del otro. Y por eso sus ovejas le siguen: no se pueden desprender de El: hay una corriente interior que surge en las ovejas, y que las arrastra para que nunca se separen del Buen Pastor. Ese es el seguimiento: saber que sin El no podemos hacer nada, que sin El estamos perdidos. Seguirlo a El es la única manera que esas ovejas encuentran de vivir. Y seguirlo es también imitarlo: recorrer sus mismos caminos interiores: el camino del servicio, el camino de la entrega, el camino del perdón, de la pureza y de la confianza en Dios. Escuchar su voz es seguirlo a El, es vivir su propia vida y tener sus mismos sentimientos.

Y así El les da la vida eterna. y así no perecerán jamás. El nos da la vida: significa muchas cosas: primero que dio su propia vida por nosotros: amar hasta la muerte, amar con toda la sangre. Ese es el amor y la vida que El nos da. Y así nos hace participar de su propia vida. Hasta lo máximo, porque El se convierte en el alimento de nuestra vida. Y nos da una vida diferente, que se le llama la vida eterna, pero que no es sólo para después de la muerte, sino que es una vida ya desde ahora plena y cabal: todo lo que se puede desear de vida, de vitalidad, de paz, de esperanza y de elevación, de ideales, está encerrado en el don vital que nos da. Este don maravilloso es la vida de la gracia que es una vida que no termina, y por eso se añade que sus ovejas no perecerán jamás. Tienen una vida que no se extingue; además con su protección, la del Buen Pastor, nadie las puede hacer perecer.

Y así nadie las arrebatará de su mano. No habrá fuerza capaz de arrebatarle a Jesús ni una sola de sus ovejas, de las que le siguen y que conocen su voz. Y esto porque el Padre está con Jesús (son uno y mismo Dios), y el Padre es más fuerte que todo, y El es el que ha dado a Jesús estas ovejas, entre las que esperamos contarnos nosotros. Que nadie las pueda arrebatar de Jesús, quiere decir que nadie hay más fuerte, nadie es más poderoso. Que no hay ni enemigos externos, ni circunstancias, que puedan arrebatarlas de sus poderosas manos. Y también quiere decir que no nos separaremos nunca de El. Que nunca nos separemos de este Buen Pastor. Y esto se debe, no a nuestra debilidad, sino a su fuerza. El deseo de seguir siempre a este Buen Pastor, produce en nosotros una adhesión irrompible, porque es la fuerza de la atracción del Corazón del Señor, la que nos mantendrá unidos, si escuchamos siempre su voz.



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Agradecemos al P. Adolfo Franco, S.J. por su colaboración.
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