EJERCICIOS ESPIRITUALES en la vida cotidiana. Programa DESAFÍO - SEMANA 06




P. Mark Link, jesuita.

SEMANA 6 - EL PLAN DE DIOS

¿Cuál es el plan de Dios para ti?

 

“Yo conozco mis designios sobre ustedes; designios de prosperidad, no de desgracia, de darles un porvenir y una esperanza”          

Jeremías 29,11

 

En su libro “Sí, creo”, el entrenador de fútbol de la universidad de Texas, Grant Teaff, cuenta un incidente que pasó al principio de su carrera. Un sábado por la noche regresaba con su equipo a la ciudad después de un partido fuera. De pronto, el avión comenzó a perder altura y el piloto alertó a los pasajeros porque tendrían un aterrizaje forzoso. Minutos después, el avión se precipitó y cayó a tierra. Milagrosamente no explotó y nadie resultó herido. Él confiesa que después del accidente, arrodillado en el camarín, rezó así:

Dios mío, ahora sé que tienes un plan, un propósito para mí y para estos muchachos. No sé cuál es, pero trataré de guiar a los jóvenes que entreno este año. Siempre les recordaré que hay algo más que solo jugar fútbol y que tú tienes un propósito para nuestras vidas.

 

Las meditaciones de esta semana están hechas para ayudarte a percibir que Dios tiene un plan para ti. Lo que le dirás a Dios antes de empezar cada meditación será:

Señor, ayúdame a darme cuenta de que si me creaste, es con un propósito.

 

Algunas personas se desaniman conforme van pasando las semanas de meditación. Posiblemente han imaginado o pensado que ocurrirían algunas cosas que no se dan, por lo menos como ellas quisieran. No ayuda que nos aproximemos a las meditaciones con expectativas más o menos concretas. ¿No te ha pasado alguna vez que topaste con algo en la oscuridad pensando que era una cosa y al final era otra?

Aproximarte a ideas preconcebidas puede terminar decepcionándote; en cambio, aproximarte a ideas que surjan espontáneas puede llevarte a todo lo contrario. Si es así, disfrutarás tus meditaciones. Meditar es como plantar semillas. Pueda que no veas los resultados inmediatamente, pero al final, todo aquello crece, como un árbol.


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