Doctrina Social de la Iglesia - 36. La Empresa IV


 

P. Ignacio Garro, jesuita †

6. LA EMPRESA. CONFLUENCIA DE CAPITAL Y TRABAJO

(Continuación)


6.7.2.- EL SOCIALISMO  [1]

El término "socialismo" constituye el denominador común de todos los sistemas que atribuyen a cualquier primacía a lo social por encima del interés de la persona. Fue empleado por vez primera en 1820 por R. Owen, en su manifiesto que luchaba en defensa de una reforma radical de la sociedad de su tiempo y que intentó realizar sus ideas socialistas en una colonia fundada por él en los Estados Unidos de América.

Podemos distinguir el socialismo como "doctrina" y el socialismo como "sistema". Como "doctrina" traduce la primacía de lo social sobre la persona en términos inmanentistas, es decir, el fin y la razón de ser de la persona es la sociedad o el grupo social en el cual tiene pleno predominio, ya sea el Estado como es el fascismo, ya sea la raza, como en el nacionalsocialismo alemán de Hitler, o la dictadura de clase como el Estado Comunista. El socialismo es naturalmente inmanentista y por lo tanto materialista, en el sentido de que no admite en la persona humana la presencia de una realidad espiritual por la cual ella se destine a un fin que trasciende la sociedad y la historia.

Como sistema político y social, traduce la primacía de lo social sobre los intereses de la persona, en una organización en la cual el Estado, órgano de un partido único, detenta la totalidad del poder político, económico y social.

En la historia de Occidente ha habido varios intentos de planteamientos socialistas. En la Edad Moderna, en Inglaterra, Tomás Moro, en su libro "Utopía". Socialistas franceses e ingleses como Fourier (1772-1837), Saint Simon (1760-1825). Proudhon (1809-1865). R. Owen (1771-1858), elaboraron algunos elementos de un sistema socialista e intentaron inclusive organizar comunidades socialistas. El alemán Karl Marx (1818-1883) los llamó a todos estos socialistas, socialistas románticos y él pretendió inaugurar el verdadero socialismo científico. Ya vimos anteriormente las características del sistema marxista, (Pags: 28-29).

El socialismo soñó que la raíz de la alienación del proletario era el sistema de propiedad privada de los bienes de producción, y pensó que la liberación de este sistema consistía en suprimirla. He aquí los siguientes textos:

León XIII en RN, Nº 2: "Añádase a esto que no solo la contratación del trabajo, sino también las relaciones comerciales de toda índole, se hallan sometidas al poder de unos pocos, hasta tal punto que un número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una muchedumbre infinita de proletarios... Para solucionar este mal los socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos, tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes".

Vemos en este texto citado que así lo constata el papa León XIII en su experiencia del S. XIX.

Igualmente Pío XI, en QA, Nº 112, de 1931, hablando del bloque del socialismo que evolucionó hacia el comunismo: el cual "enseña y persigue dos cosas, y no oculta y disimuladamente, sino clara y abiertamente, recurriendo a todos los medios, aun a los más violentos: la encarnizada lucha de clases y la total abolición de la propiedad privada".

J. Pablo II, en CA, Nº 12c, quien llega a afirmar: "Al poner de manifiesto que la naturaleza del socialismo de su tiempo estaba en la supresión de la propiedad privada, León XIII llegaba de veras al núcleo de la cuestión".

Y en LE, Nº 11, comenta: "es decir, que la liberación de la injusticia consistía en expropiar a los propietarios de los bienes de producción y apropiárselos los proletarios, estableciéndose la dictadura del proletariado".

Así, según los socialistas, desaparece la sociedad de clases y aparece la sociedad monoclase o sociedad sin clases. En ella los proletarios son liberados de la injusticia, recogen el fruto íntegro de su trabajo productivo, sin que ningún dueño se lo usurpe, ellos mandan, dominan, son los señores. ¡Trabajan en su producto propio!... Pura fantasía. ¿Por qué? Porque el socialismo no llegó a superar el esquema capitalista: los ex - proletarios son (supuestamente) los amos..., pero en cuanto (supuestamente) "propietarios", no en cuanto "trabajadores".

Como hemos dicho, los trabajadores en el bloque socialista han sido más explotados que en el bloque capitalista, las diferencias de salarios, de bienestar social, etc, entre un grupo y otro son enormes. Pero, ¿por quién han sido explotados los trabajadores socialistas? No por propietarios capitalistas, que en el sistema socialista no los había, sino que fueron explotados por los trabajadores socialistas directivos de las Empresas estatales socialistas. Es decir, los trabajadores socialistas eran explotados por los mismos directivos dirigentes de empresa socialista, cambiaron la esclavitud del capitalista por la esclavitud del Estado Socialista.

Y es que la clave del problema social no está en la propiedad privada, sino en la "gestión" de dicha propiedad privada, como lo contemplamos en los siguientes textos de la DSI:

LE, Nº 14f: Describe la situación anterior, y señala su causa y raíz en que hay "personas que, aunque no tengan la propiedad (de los medios de producción), disponen de ellos", es decir, disponen de los medios de producción, no en la propiedad, sino en la gestión de los medios. Dice más adelante: "En efecto, hay que tener presente que la simple remoción de esos medios de producción (el capital) de las manos de sus propietarios privados, no es suficiente para socializarlos de modo satisfactorio. Los medios de producción dejan de ser propiedad privada de un determinado grupo social, o sea, de propietarios privados, para pasar a ser propiedad de la sociedad organizada, quedando sometidos a la administración y al control directo de otro grupo de personas; es decir, de aquellas que, aunque no tengan su propiedad, disponen de ellos a escala de la entera economía nacional, o bien local... Este grupo dirigente y responsable puede cumplir su cometido de manera satisfactoria desde el punto de vista de la primacía del trabajo; pero puede cumplirlo mal, reivindicando para sí, el mismo tiempo, el monopolio de la administración y disposición de los medios de producción y/o dando marcha atrás no siquiera ante la ofensa a los derechos fundamentales del hombre".



    [1] Cfr.-  "Socialismo", Pequeña Enciclopedia de la Doctrina Social de la Iglesia, F. Bastos de Avila, SJ. Edic. Paulinas.



Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.


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