P. Mark Link, jesuita.
Día seis
“¿Qué le daré al Señor por todos los favores que me ha hecho?”
Salmo 116; 12
Los ejercicios
espirituales de San Ignacio presentan una base fundamental llamada “Principio y
fundamento” orientada a que los que hacen la experiencia busquen hacerla
realidad en su vida. Como está en castellano del siglo XVI, podemos
“traducirla” así:
Hombre y mujer son creados; su finalidad es alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma.
Lo demás que hay sobre la tierra también es creado, pero para ellos, con la finalidad de que sean una ayuda para conseguir el fin para el que son creados.
La consecuencia es que deben usar de lo creado en tanto en cuanto ayude a cumplir la finalidad, y debe abstenerse de lo creado en tanto en cuanto lo impiden.
A ese tomar distancia se le llama “hacerse indiferente” ante las creaturas, en la medida que cae en el campo de la libertad y no está prohibido.
De este modo, la decisión propia será no querer más salud que enfermedad, más riqueza que pobreza, más honor que deshonor, más vida larga que corta, y así en todo lo demás, solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce al fin para el que hemos sido creados”.
¿Serías capaz de
adoptar “el principio y fundamento” como norma en tu vida? Si no, haz un
esfuerzo para aceptarlo. Habla con Dios sobre esto.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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