P. Mark Link, jesuita.
Día tres
“Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan frutos y esos frutos permanezcan”
Juan 15;16
Hay una vieja
leyenda judía que explica por qué Dios escogió a Moisés para tenerlo al mando
de su pueblo, Israel. Un día, Moisés estaba apacentando las ovejas que le
pertenecían a su suegro Jetró. De pronto, vio un cordero que se iba por la
maleza. Moisés lo siguió, temeroso de que se perdiera o de que algún animal
salvaje lo cazase. Finalmente, lo alcanzó cerca de un riachuelo, lo cargó, lo
abrazó y le dijo: “Ovejita, no sabía que escapaste porque tenías sed. Tus
pequeñas piernas deben estar cansadas”. Luego, colocó el cordero sobre sus
hombros, caminó y lo devolvió al rebaño. Entonces, viendo Dios lo bondadoso que
era Moisés, dijo: Al fin encontré esa persona especial a la que estaba
buscando; haré que sea el pastor de mi pueblo.
Si le preguntaras a
Dios sobre tu preocupación actual o sobre las preocupaciones de las personas de
tu entorno, ¿qué le dirías? Habla con Dios acerca de esta pregunta.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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