P. Mark Link, jesuita.
Día siete
“Mis culpas recaen sobre mí y no hay salida, me falla el corazón”
Salmo 40; 13
Ponte con la
imaginación en lo que pasaba por la cabeza de la primera mujer y el primer
hombre después de pecar. Visualiza todo el sufrimiento que su pecado habría
originado en el mundo, no sólo en el antiguo, sino también en el actual. Imagina,
siguiendo la historia del Génesis, todas las personas que han pecado desde que
se cometió aquella primera falta. Date cuenta de cómo el pecado genera como un
huayco de dolor sin medida en sus consecuencias. Ahí tienes un ejemplo de lo
que es el pecado. No sólo un obstáculo al amor de Dios sino también un
instrumento para el sufrimiento y destrucción de todos.
Imagina a Jesús
cargando la cruz y sufriendo. Habla con El y pregúntale por qué El, el hijo de
Dios, decidió morir por nuestros pecados, tus pecados. Luego, pregúntate:
¿Qué he hecho yo por Cristo?
¿Qué estoy haciendo por Cristo ahora?
¿Qué debo hacer por Cristo en el futuro?
¿Cómo responderías estas preguntas? ¿Cómo respondería Jesús estas preguntas por ti? Habla con Jesús sobre esto.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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