P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA
PASA DE NUEVO POR GALILEA
(Junio - Setiembre, año 29)
126.- SOBRE LA SAL
TEXTOS
Marcos 9, 50
"Buena es la
sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en
vosotros y tened paz unos con otros."
Lucas 14, 34-35
"Buena es la
sal; mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la sazonará? No es útil ni para la
tierra ni para el estercolero; la tirarán fuera. El que tenga oídos para oír,
que oiga."
INTRODUCCIÓN
En el Sermón del Monte, el Señor había dicho a
sus discípulos: "Vosotros sois la sal de la tierra" (Mt 5, 13) Y el
sentido que tenía esta frase del Señor era que los discípulos tenían que
preservar de la corrupción al mundo y dar sabor cristiano en sus relaciones con
todos los hombres.
En Marcos y Lucas
el sentido de la sal es diferente. La sal entre los antiguos judíos tenía un
valor y un simbolismo muy grande. Sabemos que la sal es condimento de los
alimentos, de ahí pasó a significar el alimento en general. Por eso se llegaba
a decir "comer la sal con alguno" en el sentido de ser su invitado en
la comida. Y de este sentido pasó a simbolizar la amistad y la fidelidad en esa
amistad. La sal era señal de paz y reconciliación, y por eso en todos los
pactos que se hacían se derramaba la sal y, como vimos en la meditación
anterior, las víctimas de los sacrificios que se ofrecían a Yahvé, que todos
ellos simbolizaban la renovación de la alianza, tenían también que estar impregnados
de sal.
MEDITACIÓN
Los autores
interpretan estas sentencias del Señor como la exhortación a sus discípulos de
que en sus relaciones de convivencia debe reinar siempre la amistad, la
fidelidad, la paz.
"Tened sal en
vosotros": para ser discípulo de Cristo es fundamental que exista esa
armonía entre ellos. Al final de su vida nos dejará como testamento el
mandamiento de su amor. Sin este amor, sin esta armonía y paz, el discípulo se
convierte en algo completamente inútil, es decir, deja de ser discípulo de
Cristo, deja de ser sarmiento unido a la vid y, por supuesto, es completamente
inútil para todo apostolado. Por lo tanto, como algo que no es útil para nada
será arrojado fuera.
Tal es la
importancia que el Señor da a las relaciones fraternas entre sus discípulos. Y como
una señal de esta importancia el Señor dirá: "El que tenga oídos para oír,
que oiga", sentencia que usa varias veces el Señor para recalcar lo que ha
dicho y que los oyentes caigan en la cuenta de la enseñanza que quiere darles.
La garantía del fruto apostólico será siempre la unión de caridad entre los apóstoles. "Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo pueda creer que tú me has enviado." (Jn 17, 21)
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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