P. Mark Link, jesuita.
Día siete
“Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo” Isaías 43,2
Un miembro de la parroquia murió después de una larga batalla contra el
cáncer. Él se resignó y lo aceptó como un regalo de Dios. Antes de su muerte
escribió: Dios se ha vuelto tan real.
Siento que me ama más que nunca. Puedo sentir su poder, siempre está aquí, me
siento amado.
Después de su muerte, el párroco comentaba a un amigo: Algún día nos daremos cuenta de que Dios nos ama como a hijos suyos, y
que su amor es infinito. Cuando lo hagamos, cambiarán nuestras vidas en el
sentido de que nunca soñaremos con nada imposible.
Dios nos ama más de lo que nosotros nos amamos. Esa increíble verdad está
esperando brotar en nuestros pequeños corazones. Cuando sea así, nunca
volveremos a ser los mismos.
¿Por qué te cuesta creer que Él te ama infinitamente? Habla con Dios sobre
esto, como si un niño le preguntara a su cariñoso padre.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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