P. Mark Link, jesuita.
Día cuatro
“Yo estoy contigo, yo te guardaré adonde quiera que vayas”
Génesis 28,15
El 28
de abril de 1947, a bordo de una balsa, la famosa Kon Tiki, Thor Heyerdahl
partió del Callao rumbo a los mares del Sur en compañía de cinco
tripulantes y un loro. Navegó
alrededor de siete mil kilómetros en 101 días. Aunque parezca extraño, Thor le
tenía miedo al agua, pero lo superó cuando viajando en un bote, éste se volcó
en un río de Canadá, cerca de una catarata. Mientras la corriente lo envolvía,
un pensamiento extraño llenó su mente: pronto entendería cuál de sus padres
tenía razón sobre Dios y la vida después de la muerte. Su padre era creyente,
su madre no. Lo cierto es que empezó a rezar y sintió un arrebato de energía.
Empezó a luchar contra la corriente y en sólo unos momentos ya había alcanzado
el otro lado del río. Aunque después se manifestó ateo, en ese momento aceptó que su papá era
el que tenía razón.
¿Alguna vez has experimentado la ayuda de Dios en una situación similar? ¿Qué
significó en ese momento de tu vida? Habla con Dios sobre esto.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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