P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA
PASA DE NUEVO POR GALILEA
(Junio - Setiembre, año 29)
127.- LA CORRECCIÓN
FRATERNA
TEXTO
Mateo 18, 15-18
"Si tu
hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha
habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos,
para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si no
les hace caso a ellos, díselo a la comunidad. Y si ni a la comunidad hace
caso, considéralo ya como al gentil y al publicano. Yo os aseguro: todo lo que
atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la
tierra quedará desatado en el cielo."
INTRODUCCIÓN
Haremos notar algo
importante para poder entender la enseñanza del Señor sobre la corrección
fraterna. Se trata de la corrección fraterna dentro de comunidades cristianas,
grupos apostólicos, movimientos laicales, cualquier tipo de asociaciones con
fines religiosos. Pero no tiene aplicación referida a las comunidades de masa,
a los pueblos y ciudades cristianas. Solo es aplicable en grupos reducidos
donde todos se conocen y comparten en algún sentido una vida comunitaria. Este
fue el caso de todas las comunidades de la Primera Iglesia en los tiempos
apostólicos; y se repiten, esas comunidades reducidas, en el día de hoy, en
todos los grupos que hemos indicado.
MEDITACIÓN
1) Finalidad de la corrección fraterna
Forma parte esencial
del verdadero celo apostólico y amor al prójimo. Se debe hacer todo lo posible
para ayudar a un hermano a abandonar la vida de pecado y volverle al camino del
Señor. Y de tal manera estima el Señor este celo apostólico que por medio de su
Apóstol Santiago nos dirá: "Si alguno de vosotros, hermanos míos, se
desvía de la verdad y otro le convierte, sepa que el que convierte a un
pecador, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados."
(Sant 5, 19-20)
Tal es el fin de
la corrección fraterna: "Ganar al hermano", como nos dice el Señor:
"Si te escucha habrás ganado a tu hermano."
La obligación de
corregir se da de manera muy especial cuando se tiene alguna responsabilidad
con relación a ese hermano, o nos une a él una sincera amistad, o tenemos con
él otros vínculos especiales. Pero notemos que la corrección obliga siempre que
podamos esperar que vaya a haber alguna acogida o, por lo menos, que el efecto
de la corrección no va ser más perjudicial, y hacer que el hermano se entregue
más a sus pecados como reacción soberbia y de despecho contra el que le
corrige.
2) Manera de hacer la corrección fraterna
El Señor quiere
que se intente primero una corrección fraterna amigable. El que corrige y el
pecador, a solas, dialogan fraternalmente, de manera que aparezca claro que la
intención del que corrige no es satisfacer su enojo ni buscar sus intereses,
sino exclusivamente el bien del pecador. Se procede con prudencia, comprensión
y caridad.
La materia de
corrección es claramente el pecado o los pecados cometidos por el hermano, pero
no se trata de cualquier pecado o imperfección. Por lo que el Señor dirá
después, que si no escucha la corrección amigable, se traigan testigos y que
incluso se denuncie a la comunidad, indudablemente se trata de pecados graves
que van en perjuicio del prójimo, ya sean por el escándalo que producen, o
porque son contra la justicia o la caridad.
Si la corrección
privada y amigable no es eficaz, todavía hay que intentar otros medios para
conseguir su conversión. Se trata de llamar a uno o dos de la comunidad para,
juntos, al mismo tiempo que se manifiestan como testigos del pecado del
hermano, colaboren con más autoridad en la amonestación del pecador. Sigue
siendo todavía una corrección amigable, aunque más severa que la primera.
Si con la primera
corrección y con la segunda, el hermano se ha convertido, se ha arrepentido de
su pecado, se ha conseguido el fruto deseado, y los que han corregido olvidarán
la ofensa y mantendrán el secreto con toda caridad cristiana.
3) Corrección oficial de la Iglesia
En caso de
ineficacia en las dos primeras correcciones, y supuesto, como hemos señalado
anteriormente, que se trata de un pecado escandaloso y nave, hay que
denunciarlo a la Comunidad. La palabra "comunidad" es traducción de
la palabra original "Iglesia". Habría pues que decir: "Hay que
denunciarlo a la Iglesia".
Y por Iglesia hay
que entender a las autoridades de la comunidad. Se trata de una acusación
oficial hecha a quien tiene autoridad en la Iglesia para juzgar y sentenciar. Y
esta interpretación queda confirmada cuando el Señor dirá a continuación que:
"todo lo que atéis en la tierra quedará atado In el cielo, y todo lo que
desatéis en la tierra, quedará desatado en el cielo." Autoridad que es
solamente propia de los apóstoles. Lo que significa esta metáfora de atar y
desatar ya lo explicamos en la meditación 114.
La autoridad de la
Iglesia hará todos los esfuerzos posibles para que se convierta el pecador,
pero si éste se muestra rebelde y se trata de un pecado muy grave de escándalo
y de daño a otras personas, tiene la obligación de dar un juicio ejemplar de
exclusión de la comunidad cristiana. Tenemos un caso de excomunión de la
Iglesia en la comunidad de Corinto fundada por San Pablo. Había en esa
comunidad un incestuoso contumaz y San Pablo manda que se le expulse de la comunidad.
Y como nos dice el mismo San Pablo, la finalidad no es el castigo por el
castigo, sino para que su mal ejemplo no sea "levadura que fermenta toda
la masa", no contagie a los demás; y también para que tal castigo haga
reflexionar al pecador y se convierta: "para que el espíritu se salve en
el Día del Señor."
La Iglesia sigue
hoy día usando de esa autoridad, y en el Derecho Canónico se concretizan
algunos de los pecados más graves que merecen la pena de excomunión. Entre
ellos se encuentra el pecado del aborto voluntario.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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