P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
B. SERMÓN DE LA MONTAÑA
45.- "NO SE
PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES"
TEXTOS
Mateo 6,24
"Nadie puede
servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se
entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al
Dinero".
Lucas 16,13
Ningún criado
puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se
entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al
Dinero".
INTRODUCCIÓN
En San Lucas, esta
sentencia del Señor viene al final de la exposición de la parábola del
administrador infiel, donde se trata de dar un recto uso del dinero. Es
posible que éste sea el contexto verdadero en el cual pronunció el Señor estas
palabras; San Mateo las habría sacado de su contexto verdadero para ponerlas
aquí a continuación de la enseñanza sobre los falsos tesoros y los amores
también falsos del corazón.
Señalemos también
que donde nosotros traducimos el original por la palabra "servir",
el texto verdadero alude a la servidumbre que llamamos "esclavitud",
como si dijera: "Nadie puede ser esclavo de dos señores a la vez". No
se trata de un servicio parcial, alquilar por partes el propio trabajo, sino
de esclavitud. Se trata sencillamente de un corazón esclavo de la codicia, del
dinero, y que por el mismo hecho, no puede ser siervo de Dios.
MEDITACIÓN
El que es esclavo
de la pasión de la codicia tiene el corazón tan absorbido por su apego a las
cosas y bienes materiales, que no hay cabida en su corazón para las cosas de
Dios.
En los Evangelios
y, en general, en todo el Nuevo Testamento, se repite muchísimas veces la
enseñanza de Jesús contra la codicia y con palabras bien duras. Ya en meditaciones
anteriores hemos considerado algunas de estas palabras de Cristo.
Como comentario de este pasaje, transcribimos
algunos textos más importantes: "Lo sembrado entre espinas es la persona
que oye la Palabra, pero las preocupaciones materiales y la ceguera de la
riqueza ahogan la Palabra y no puede producir fruto" (En la parábola de Sembrador,
Mt 13,22) "Eviten con gran cuidado toda clase de avaricia, porque aunque
uno tenga todo, no son sus pertenencias las que dan la vida" (Después de
esta sentencia, el Señor expone la parábola del rico insensato, Lc 12,15-21)
"Pobres de
ustedes, los ricos, porque ustedes tienen ya su consuelo. Pobres de ustedes los
que ahora están satisfechos, porque después tendrán hambre" En
contraposición a la primera bienaventuranza: "Bienaventurados los pobres,
porque de ellos es el Reino de Dios". (Lc 6, 24-25) "Créanme, que a
un rico se le hace más difícil entrar en el Reino de los cielos, que a un
camello, pasar por el ojo de una aguja" (Después de la escena del joven rico,
Mt 19,23-24)
"Los avaros
que sirven al dios dinero, no tendrán parte en el Reino de Dios." (Efes
5,5)
"Hagan morir
esa codicia, que es una manera de servir a los ídolos" (Col 5,5)
"En realidad,
la raíz de todos los males es el amor al dinero" (1 Tim 6,9)
La esclavitud al
dinero, además de torturar a la misma persona, es clarísimo, que según la
enseñanza de Cristo, es un obstáculo insalvable para entrar en el Reino de
Dios.
Nuestra única
obligación y que, además, en ella consiste nuestra verdadera felicidad y
nuestra verdadera gloria, es ser "siervos de Dios", "siervos de
Jesucristo".
El título de
gloria para San Pablo es éste únicamente: "Siervo de Jesucristo"
(Rom 1, 1)
El Señor rechaza
las tentaciones de Satanás en el Desierto, trayendo el mandamiento más
fundamental del Antiguo Testamento: "Al Señor tu Dios adorarás y a EL sólo
servirás."
El Servir a Dios
es el fruto de la Redención. Sólo quien está liberado del pecado, puede
acercarse a Dios, sentirse hijo suyo y servirle con un corazón sincero. Aquí está
nuestra salvación.
"Cuánto más
la Sangre de Cristo que por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha
a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para servir a Dios
vivo." (Hebr 9,14)
"Han sido
comprados por Dios a gran precio; por eso no se hagan esclavos de los
hombres." (1 Cor 7,23)
"El amo a
quien servís es Cristo" (Col 3,24).
La liturgia de la
Iglesia nos recuerda en varias oportunidades que "servir a Cristo es
reinar"; y es reinar aquí en la tierra y es reinar, para siempre, en la
eternidad. Compartiendo la realeza con Cristo, no nos envilezcamos haciéndonos
esclavos de las creaturas.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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