P. Fernando Martínez Galdeano, jesuita
Nos referimos a la llamada verdad del evangelio: “Era necesario que la verdad del Evangelio permaneciera integra entre vosotros” (Gal 2,5); “Vosotros queréis matarme a mí, que os he dicho la verdad que aprendí de Dios mismo” (Jn 8,40); “La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad por Cristo Jesús” (Jn 1,17).
Cristo en persona es la verdad, la revelación del Padre entre los hombres, su mensaje: “Yo les he enseñado lo que aprendí de tí, y ellos han aceptado mi enseñanza. Ahora saben con absoluta certeza, que yo he venido de tí y han creído que fuiste tú quien me envió” (Jn 17,8). Cristo es la verdad porque es la palabra, el Verbo cuyo origen es el Padre: “Si os mantenéis fieles a mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; así conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,31-32).
Lo primordial del Espíritu Santo que se posa en nosotros, consiste en hacernos presente la verdad de la persona de Cristo: “Yo rogaré al Padre para que os envíe otro Paráclito (ayudador), para que esté siempre con vosotros. Es el Espíritu de la verdad que no puede recibir el mundo, porque ni lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis porque vive en vosotros y está en vosotros” (Jn 14,16-17).
Agradecemos al P. Fernando Martínez SJ por su colaboración.
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