P. Mark Link, jesuita.
Día uno
“¿Dónde estabas cuando cimenté la tierra?” Job 38,4
En una revista publicaron un escrito anónimo donde se afirmaba que los creyentes son simplones. Una mujer respondió a la publicación con este texto:
Tú que no puedes poner una estrella en movimiento,
¿Quién podría construir una montaña fuera de la tierra,
o diseñar el modelo de un solo copo de nieve?
¿O entender el milagro del nacimiento?
¿Mortal presumido que no puede
alterar el universo de la más mínima manera?
¿O hacer que algo muy pequeño brote,
lanzar una gota de agua
o sacudir una nube en un día soleado?
¿O pintar una puesta del sol
o hacer brillar un amanecer?
Hombre débil que no puedes
hacer un sólo milagro:
¡Cómo te atreves a dudar del que sí puede!
Albert Einstein escribió que cualquier científico serio “se convence de que un espíritu se revela en las leyes del universo, un espíritu muy superior al hombre. Quien reconoce lo modesto de su propio poder debe sentirse humilde en su presencia”.
Cuando miras alrededor al mundo, ¿Ves lo que la poeta ve? ¿Sientes lo que Einstein sintió? Habla con Dios acerca de ello.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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