P. Mark Link, jesuita.
Día cuatro
“No estén con el alma en un hilo buscando qué comer y qué beber; son los paganos quienes ponen su afán en esas cosas; ya sabe su Padre qué necesitan. Más bien busquen que él reine y lo demás se les dará por añadidura” Lucas 12,29-31
Un taxista fue a
una estación de servicios y tres trabajadores lo atendieron. El primero limpió
las ventanas, el segundo chequeó el capó, y el tercero las llantas. Cuando
terminaron, el taxista pagó por diez galones de gasolina y se marchó.
Tres minutos
después, volvió, y se dirigió hacia los tres trabajadores. Me da vergüenza preguntarles, pero ¿alguno de ustedes puso gasolina a
mi carro? Los griferos se miraron las caras; en todo el tiempo que dedicaron
a las cosas del auto se olvidaron de echar gasolina.
Este gracioso
incidente es un buen ejemplo de lo que nos pasa a veces. Nos involucramos tanto
en nuestro diario quehacer que olvidamos por qué Dios nos dio la vida. Nunca
nos detenemos lo suficiente para preguntarnos si lo que estamos haciendo con
nuestra vida es lo que realmente deberíamos hacer.
Menciona una cosa
que hayas pensado hacer con tu vida. Habla con Dios sobre qué le gustaría hacer
con tu vida.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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