P. Mark Link, jesuita.
Día dos
“Digan a los cobardes: “sean fuertes, no teman’” miren a su Dios que trae el desquite, viene en persona, los resarcirá, los salvará”
Isaías 35,4
Víctor Frankl, famoso psiquiatra judío, en tiempos del dominio de los nazis
en Alemania fue arrestado y enviado a un campo de concentración. En su libro
“La búsqueda del significado”, describe los sufrimientos que tuvieron que pasar
los judíos en esos campos. Uno de los más atroces era la espera por saber qué
había pasado con los seres queridos, indagar por el destino de cada uno,
aguardar a ser ejecutados, soñar con ser rescatados. Esta espera afectó a los
prisioneros de muchas maneras. Algunos perdieron la esperanza y otros la fe;
pero hubo quienes continuaron rezando y esperando. Estos nunca desesperaron.
Nunca perdieron la fe.
Lo que era verdad para los judíos en la Alemania nazi también lo fue para los judíos en el antiguo Israel. Ellos también sufrieron opresiones políticas. También sufrieron el dolor de esperar, esperar al Mesías. Algunos perdieron fe y la esperanza. Otros continuaron rezando y esperando.
Esto nos lleva a preguntarnos acerca de la llegada de Dios a nuestras vidas. ¿Por qué algunos cristianos son capaces de esperar y de rezar mientras que otros no? ¿Cómo responderías esta pregunta?
Habla con Jesús sobre la “espera” de su llegada a tu vida personal.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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