P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
IV. JESÚS REGRESA A GALILEA Y MARCHA A TIERRAS DE PAGANOS PASA DE NUEVO POR GALILEA
PASA DE NUEVO POR GALILEA
(Junio - Setiembre, año 29)
112.- LA LEVADURA DE
LOS FARISEOS
TEXTOS
Mateo 16, 5-12
Los discípulos, al
pasar a la otra orilla, se habían olvidado de tomar panes. Jesús les dijo:
"Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y
saduceos." Ellos hablaban entre si diciendo: "Es que no hemos traído
panes." Mas Jesús, dándose cuenta les dijo: "Hombres de poca fe,
¿por qué estáis hablando entre vosotros de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis,
ni os acordáis de los cinco panes de los cinco mil hombres, y cuántos canastos recogisteis?
¿Ni de los siete panes de los cuatro mil hombres, y cuántas espuertas recogisteis?
¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes? Guardaos, sí, de la levadura
de los fariseos y saduceos." Entonces comprendieron que no había querido
decir que se guardasen de la levadura de los panes, sino de la doctrina de los
fariseos y saduceos.
Marcos 8, 14-21
Se habían olvidado
de tomar panes, y no llevaban consigo en la barca más que un pan. El les hizo
esta advertencia: "Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los
fariseos y de la levadura de Herodes". Ellos hablaban entre sí que no
tenían panes. Dándose cuenta Jesús, les dice: "¿Por qué estáis hablando de
que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada?
¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de cuando partí
cinco panes para cinco mil? ¿Cuántos canastos llenos de trozos
recogisteis?" "Doce", le contestan. "Y cuándo repartí los
siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?"
Le contestaron: "Siete". Y continuó: "¿Aún no entendéis?".
Lucas 12, 1
En esto,
habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se
puso a decir primeramente a sus discípulos: "¡Guardaos de la levadura de
los fariseos, que es la hipocresía!".
INTRODUCCIÓN
Terminado el
enfrentamiento de Jesús con los fariseos y saduceos, que consideramos en la
meditación anterior, el Señor sube de nuevo a la barca y ordena a los apóstoles
que se dirijan a la costa oriental. Desembarcan en Betsaida y allí tendrá lugar
la curación de un ciego.
Pero de camino
hacia Betsaida, el Señor mantiene un diálogo con sus apóstoles sobre la
levadura de los fariseos. Aconseja a sus apóstoles que se guarden de la levadura
de los fariseos y saduceos. San Marcos añade que deben guardarse de la levadura
de Herodes. Conocemos la vida tan inmoral que llevaba Herodes y cómo también lo
único que le interesaba de Jesús era verle hacer algún gran milagro.
Lucas trae el
pasaje en otro contexto muy distinto y concretiza la mala levadura de los
fariseos en su hipocresía.
MEDITACIÓN
1) Los apóstoles
Los apóstoles, al
subir a la barca con el Señor, se habían olvidado de llevar pan. Cuando el
Señor les habla de guardarse de la levadura de los fariseos y saduceos,
interpretan sus palabras como referidas al pan material con levadura; la única
preocupación que ellos tenían era la falta de pan para la comida.
El Señor les hace
ver que no se trata del pan material y que tampoco deben preocuparse por la
falta de pan, y les recuerda los grandes milagros de las dos multiplicaciones
de los panes. Y el Señor quiere mostrarles su extrañeza ante la actitud de
incomprensión de los apóstoles y la actitud de poca fe, después de haber visto
y experimentado tantas veces su omnipotencia y su bondad. Y deberían haber
entendido también el sentido de su advertencia de guardarse de la levadura de
los fariseos y saduceos. No era la primera vez que el Señor usaba esta
comparación de la levadura para expresar enseñanzas divinas (Cfr. la parábola
de la levadura, Cfr. Mt 13, 33)
En otros pasajes
el Señor también reprenderá la poca fe de sus apóstoles y la falta de
comprensión para entender sus enseñanzas. El Señor conoce mejor que nadie la
rudeza de los apóstoles que él mismo ha escogido para colaboradores de su obra
de redención. Les reprenderá algunas veces, pero lo que prevalece en todo el
trato del Señor con los apóstoles es su gran paciencia, su gran cariño y
ternura, y una pedagogía divina que llegará a transformar esa rudeza, esa
falta de fe, en inteligencia clara de los misterios del Reino de Dios y en
fidelidad hasta la muerte del martirio.
¡Cuántas veces
nosotros también somos bien rudos para entender las enseñanzas de Cristo y sus
verdaderas exigencias! Necesitamos muchas gracias del Señor para quitar de
nuestro corazón tanto prejuicio y tanto apego a las cosas materiales, que son
las que nos hacen tener el entendimiento cenado para comprender al Señor y su
mensaje de salvación.
2) "Guardaos de la levadura de los fariseos
y saduceos"
El Señor se
refiere al mal espíritu, a las malas intenciones que habían mostrado, los
fariseos y saduceos al pedirle "una señal del cielo". Es probable que
ni los mismos apóstoles hubiesen caído en la cuenta de toda la maldad que suponía
esa petición y de la peligrosa doctrina que encerraba la exigencia y reclamo a
Dios de un gran milagro para poder creer.
Con frecuencia las
doctrinas e ideas que más pueden perjudicar a las almas, no son las que con
claridad exponen doctrinas ateas o claramente inmorales. El cristiano se daría
cuenta en seguida de la maldad de esas doctrinas y no las aceptaría. Pero
cuando son doctrinas que aparentemente son buenas y que parecen justificarse
por las situaciones concretas de la existencia; y más aún, si son presentadas
por personas que se consideran espirituales y buenas; entonces, el peligro de
la mala influencia de esas doctrinas es mucho mayor y son fácilmente
aceptadas, aunque encierren grandes errores y sean muy perjudiciales para la vida
cristiana.
Los fariseos y sus
doctrinas fueron un caso concreto de esto que intentamos explicar. Eran
tenidos por todos como los verdaderos guías del pueblo de Israel y las
acusaciones que hacían contra el Señor parecían fundarse en doctrinas sanas y
verdaderas: quebrantaba los sábados, no ayunaba, no cumplía con las
prescripciones de las purificaciones, etc. Y su influencia en el pueblo judío
era enorme; de aquí las consecuencias trágicas que siguieron al magisterio de
los escribas y fariseos. Por eso, el Señor advierte a los apóstoles que no se
dejen influenciar por ellos que son como una levadura mala que hace fermentar
toda la masa, pero la convierte no en pan verdadero, sino en veneno para quien
lo coma.
A través de la
historia de la Iglesia se ha dado con frecuencia este tipo de "levaduras
malas"; muchas herejías y muchos desvíos en la práctica de la vida
cristiana se han presentado por personas que eran juzgadas como buenos
cristianos, e incluso pertenecían a la jerarquía de la Iglesia; y el contenido
de esas doctrinas se decía que era contenido del mismo Evangelio y de las
enseñanzas de Cristo. La fidelidad al Magisterio de la Iglesia evitará siempre
caer en esas trampas y apartarnos del verdadero Evangelio, del seguimiento
verdadero a Cristo.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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