P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
III.- FIESTA DE PENTECOSTÉS EN JERUSALÉN
DISCURSO DE AUTOREVELACIÓN
105.- LA CULPA MORAL DE
LA INCREDULIDAD DE LOS JUDIOS
TEXTOS
Juan 6,41-47
"No recibo de
los hombres gloria. Ya se yo que no tenéis en vosotros el amor de Dios. Yo he
venido en nombre de mi Padre y no me recibís; si otro viene en su propio
nombre, a éste le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros que aceptáis gloria
unos de otros, y no buscáis la gloria que viene de solo Dios? No penséis que os
voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quien habéis
puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí,
porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer
en mis palabras?"
Juan 7, 15-24
Los judíos, asombrados, decían: "¿Cómo
entiende de letras sin haber estudiado?" Jesús les respondió: "Mi
doctrina no es mía, sino del que me ha enviado. El que quiera cumplir su
voluntad, verá si mi doctrina es de Dios o hablo yo por mi cuenta. El que habla
por su cuenta, busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le
ha enviado, ese es veraz, no hay impostura en él. ¿No es Moisés el que os dio
la Ley? Y ninguno de vosotros cumple la Ley. ¿Por qué queréis matarme?".
Respondió la
gente: "Tienes un demonio, ¿quién quiere matarte?" Jesús les respondió:
"Una sola obra he hecho y todos os maravilláis. Moisés os dio la
circuncisión (no que provenga de Moisés, sino de los patriarcas), y vosotros
circuncidáis a uno en sábado. Se circuncida a un hombre en sábado, para no
quebrantar la Ley de Moisés, ¿y os irritáis contra mí porque he curado
totalmente a un hombre en sábado? No juzguéis según las apariencias. Juzgad
con juicio recto".
INTRODUCCIÓN
En la introducción
al cap. 5 de San Juan ya indicamos las razones por las que añadimos al final de
ese capítulo los versículos 15-24 del capítulo 7. Ha habido una
transpolarización en el texto. En estos versículos se nos habla de la reacción
de los oyentes al discurso de Jesús y se hace mención del milagro realizado por
Jesús en día Sábado, el milagro de la curación del tullido. Y el contenido de
estos versículos tiene relaciones internas y objetivas con el cap. 5, sobre
todo, con los versículos 41-47.
MEDITACIÓN
1) El orgullo de los fariseos es la razón de su
increencia
Jesús termina su
discurso con una acusación grave contra los judíos, contra los fariseos y
escribas. Es la acusación que repetirá el Señor en otros enfrentamientos con
los fariseos (Cfr. Mt cap. 23). Los fariseos y escribas en realidad no se
interesan por la verdadera gloria de Dios; solo buscan su propia gloria humana,
el ser alabados y glorificados por los hombres. Y aún en las obras estrictamente
religiosas, como son la oración, el ayuno y las obras de caridad, sólo buscan
el aplauso del pueblo (Cfr. Mt 6, 1-6; 6, 16-18). Por eso, en su corazón no
existe el verdadero amor a Dios.
Y esta es la causa
del rechazo a Cristo. Admitir a Cristo suponía para ellos pasar a segundo
término en la estima del pueblo, perder muchos de sus intereses personales, y
corregir una serie de vicios en su conducta que tanto criticaba el Señor. Todo
esto era la causa más profunda de su rechazo a Cristo. La gloria de Dios se
manifestaba claramente en la persona y obras de Cristo, pero a ellos no les
interesaba la gloria de Dios, sino su propia gloria; por lo tanto, dentro de su
sicología de pecado, era lógico que no aceptasen al Enviado de Dios, y más aún,
que quisieran terminar con él. Les era un personaje molesto.
Cristo, por el
contrario, se manifestaba siempre como el Enviado del Padre, que sólo busca su
gloria, y cumplir su voluntad. Jamás Cristo buscó su propia gloria, y mucho
menos antepuso su gloria a la gloria de su Padre. Ya sólo este ejemplo de
Cristo debía haber abierto los ojos de los fariseos y escribas para ir a él,
creer en él. Jesús prueba, con sus obras y su misma doctrina, que viene de
parte de su Padre; que no habla por su cuenta, sino que habla sólo la doctrina
que es de Dios; y todo aquel que busque de verdad la gloria de Dios y cumplir
su voluntad conocerá necesariamente que Cristo es el que comunica y enseña esa
doctrina de su Padre.
Tremenda acusación
contra los judíos; pero que en cierto sentido tiene realidad concreta también a
lo largo de la historia. Cuántos ha habido que han intentado luchar contra
Cristo, hacer que su mismo nombre desapareciese de la sociedad, quitar la fe
del pueblo; la razón verdadera no eran dificultades teóricas, raciocinios
especulativos, sino el corazón soberbio y apegado a todos los honores de la
tierra, y de ordinario, una vida muy alejada de los mandamientos de Dios. Para
ellos, Cristo y su enseñanza eran incompatibles con sus valores y su modo de
vida.
Es lo que El Señor
dijo a Nicodemo: "Y la condenación está en que vino la luz al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas".
(Jn 3, 19).
2) Moisés mismo será quien les acuse
Los judíos se
gloriaban de Moisés, el intermediario entre Yahvé y su pueblo, que les había
dado la Ley. Y esperaban en él como en un abogado intercesor ante Yahvé, ahora
y en el día del juicio.
Jesús les dice que
esa esperanza es completamente ilusoria. No sólo no será su abogado intercesor,
sino que será quien les acuse delante de Dios. Y esta acusación se basará en
dos motivos principales; primero, que Moisés es testigo de Jesús a través de sus
escritos; en ellos se ha referido muy concretamente al futuro Mesías y Profeta
(Cfr. Dt 18, 15.18). Los judíos atribuían a Moisés todo el Pentateuco y todo él
no es sino una promesa del futuro Mesías. Al no aceptar ahora al Prometido por
Moisés, merecen toda su acusación.
Y, en segundo
lugar, Jesús les acusa de que confían en Moisés, pero no cumplen con su Ley,
con los mandamientos que él comunicó de parte de Yahvé al pueblo de Israel. En
otras oportunidades, el Señor desarrollará esta acusación contra los escribas y
fariseos, deteniéndose en casos muy concretos. De nuevo citamos el cap. 23 de
San Mateo donde encontramos las principales acusaciones de Jesús contra ellos.
Y una prueba más de que no cumplen con la Ley de Moisés es que siendo él inocente,
sin haber cometido nada malo, ningún delito, pretenden matarlo; y, se
sobrentiende, violentamente y sin un juicio correcto.
El Evangelista
añade aquí una observación sobre la multitud de los oyentes. La acusación de
Jesús de que pretenden matarlo, es inconcebible para ellos; no conocían las
maquinaciones homicidas de los fariseos. De ahí, que la expresión "tienes
un demonio", podría significar solamente: "estás loco".
3) "No juzguéis según las apariencias"
¿En qué se basa el
juicio que los fariseos dan de Jesús? En aspectos externos y superficiales.
Conocen que Jesús
es un hombre de origen humilde, de un pueblo llamado Nazaret, totalmente
desconocido en toda la Historia del pueblo de Israel; no ha hecho estudios
especiales, y consiguientemente, es un ignorante. ¿Cómo es posible que se
ponga a enseñar a otros? ¿Cómo podían aceptar lecciones de ignorantes, ellos
que eran los doctos en el estudio de las Escrituras?
Y juzgan también a
Cristo por el hecho de haber realizado un milagro en día Sábado, sin ponerse a
pensar en profundidad, que nadie puede realizar esos milagros, si Dios no está
con él.
Jesús viene a
decirles lo absurdo de su juicio. Ya ha indicado anteriormente que la
credibilidad de su doctrina, de que Dios está con él, es el testimonio que el Padre
da de su Hijo a través de sus obras y de la misma Escritura. Jesús no pretende
defender su credibilidad por los estudios que ha realizado, sino simplemente
El mismo, sus obras y su misma doctrina certifican que el Padre le ha enviado.
En cuanto a la transgresión
del Sábado, les hace ver que su juicio es también equivocado. La circuncisión
estaba permitida en día sábado. Si el acto de circuncidar estaba permitido en
ese día, ¿por qué no se va a permitir el acto de caridad de hacer bien, de
sanar a un enfermo? En vez de condenar a Cristo deberían reconocer en su
persona al enviado de Dios, que realiza tales prodigios.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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