P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
III.- FIESTA DE PENTECOSTÉS EN JERUSALÉN
102.- CURACIÓN DE UN ENFERMO EN LA PISCINA DE BEZATA
TEXTO
Juan 5,1-15
Después de esto,
hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén,
junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que se llama en hebreo Bezatá, con
cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos,
paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el Ángel del Señor bajaba
de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía
después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera.
Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole
tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: "¿Quieres
curarte?" Le respondió el enfermo: "Señor, no tengo a nadie que me
meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes
que yo." Jesús le dice: "Levántate, toma tu camilla y anda." Y
al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos
decían al que había sido curado: "Es sábado y no te está permitido llevar
la camilla." El les respondió: "El que me ha curado me ha dicho: Toma
tu camilla y anda." Ellos le preguntaron: "¿Quién es el que te ha dicho:
toma tu camilla y anda?" Pero el enfermo no sabía quién era, porque Jesús
había desaparecido entre la gente que había en aquel lugar. Más tarde, Jesús
lo encuentra en el Templo y le dice: "Mira, estás curado; no peques más,
para que no te suceda algo peor." "El hombre se fue a decir a los
judíos que era Jesús el que le había curado."
INTRODUCCIÓN
Ante todo, hemos
de aclarar por qué hemos antepuesto el capítulo seis, que ya hemos considerado
en las últimas meditaciones, al capítulo cinco. Es la opinión más generalizada
en el día de hoy entre los que han estudiado la estructura del Evangelio de San
Juan. En esta explicación seguimos particularmente a R. Schnackenburg en su
profundo comentario al Evangelio según San Juan (Herder, 1980).
Esquemáticamente
indicaremos las razones que aduce:
6,1 enlaza mal con
el cap.5, mientras que sigue lógicamente después de 4,54. Al Comienzo del cap.6
se supone que Jesús ya estaba en Galilea y no en Jerusalén.
7,1 no tiene sentido si enlaza con el cap. 6,
mientras que se entiende muy fácilmente, supuesto lo narrado en el cap. 5. Si
Jesús se encuentra ya en Galilea, es absurdo advertir "y después de esto,
andaba Jesús por Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos
trataban de matarlo." Esto último es una referencia clara a 5,18.
La contraprueba
muestra que no sólo el cap. 6 enlaza mejor con el cap.4, Sino que también el
cap. 5 fluye sin dificultad después del cap. 6. Una vez que el lector conoce la
defección de los discípulos en Galilea y la confesión de Pedro, se le hace
saber ahora que Jesús se traslada a Jerusalén para una fiesta. Tras la crisis de
Galilea, que pone punto final a la actividad de Jesús en aquella región
(prescindiendo de la breve observación de 7,1), el interés se centra en
Jerusalén.
7,21 Hace
referencia a "una obra" que indica claramente la curación del tullido
de la piscina de Bezatá. Esto hace suponer que también 7,15-24 iba
originalmente al final del cap. 5.
"Después de esto" (5,1) se refiere,
pues, a lo acontecido en Galilea, al milagro de la multiplicación de los
panes, al discurso sobre el Pan de Vida, y a la defección de los discípulos.
Después de esos acontecimientos, Jesús decide ir a Jerusalén a celebrar con sus
apóstoles la fiesta de Pentecostés. Y los hechos que acontecieron durante esa
fiesta, es lo que nos nana Juan.
El primer hecho es
la curación de un enfermo. Al narrarnos este milagro nos habla de la piscina de
Bezatá que tenía especiales propiedades curativas, que el pueblo interpretaba
como un milagro debido a que el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo y agitaba
sus aguas. El vers. 4, donde se nos da esta interpretación milagrosa, no se
halla en los mejores manuscritos. Debió de ser una glosa tardía.
La existencia de
la piscina está plenamente confirmada por la arqueología, que ha descubierto
una gran construcción de cinco pórticos, excavada en la roca hasta una
profundidad de 7 a 8 metros. La piscina parece que recogía las aguas del valle
lateral que descendían hasta el torrente Cedrón y además se alimentaba probablemente
de una fuente subterránea intermitente. La piscina se hallaba en el ángulo
nordeste de la ciudad, junto a la puerta llamada de "las ovejas".
Tomaba su nombre del hecho que por ella entraba el ganado conducido al templo
para los sacrificios y probablemente había allí un mercado de ganado. El
nombre de la piscina se ofrece en varias maneras: Bethesda, Bethzaita, Bezatá.
Hemos tomado el nombre que trae la Biblia de Jerusalén.
MEDITACIÓN
1) El Milagro
El Señor recorría
los pórticos de la piscina de Bezatá, y contemplaría lleno de compasión aquella
gente tullida y enferma que esperaba la oportunidad para poderse curar en las
aguas de la piscina. Pero de manera muy especial se fija y posa su mirada en
un tullido que llevaba ya treinta y ocho años esperando su curación. Parece
innecesaria la pregunta que le hace Jesús de si quería curarse. Pero con la
pregunta quiso mostrar su interés por él, avivar su gran deseo de curación e inspirar
en su alma el comienzo de la fe en su persona. El tullido responde a Jesús con
gran respeto al llamarle "Señor"; ha advertido que muestra un especial
interés por él, y le explica la razón de su tragedia, de por qué no se puede curar.
Contemplamos una
vez más al Señor, lleno de majestad, en ejercicio de su omnipotencia puesta al
servicio de los pobres y enfermos: "Levántate, toma tu camilla y
anda". Y al instante, aquel pobre tullido por más de treinta y ocho años,
quedó curado, cogió su camilla y se puso a caminar.
Escena admirable,
fruto de la misericordia y omnipotencia del Señor, que debió dejar al enfermo
en un profundísimo agradecimiento y causar la admiración en todos los que
presenciaron esa curación.
Los Santos Padres,
comentando este milagro, hacen una aplicación práctica al pecador que lleva
muchos años en su pecado. Animan a esos pecadores y les dicen que nunca es
tarde para convertirse al Señor; y que si acudimos a su misericordia, lo que
no hemos conseguido en años, lo conseguiremos en un momento. Todas nuestras
enfermedades y parálisis espirituales desaparecerán, si el Señor nos dice
también: "Levántate". Que mantengamos el deseo de querer ser curados
y el Señor obrará la curación.
2) "No peques más"
Puede sorprender
la advertencia que Jesús hace al tullido: "No peques más, para que no te
ocurra algo peor". Nada se había indicado anteriormente, que la causa de
su enfermedad fuera el pecado personal del mismo tullido. Y sabemos además que
Jesús no compartía la opinión del pueblo de que las enfermedades y desgracias
físicas eran fruto siempre del pecado.
Sus mismos
discípulos participaban de esta opinión. Cuando en otra oportunidad Jesús se
encuentre con un ciego de nacimiento sus discípulos le preguntarán:
"Maestro, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?"
Y es entonces cuando Jesús responde: "Ni él pecó ni sus padres; es para
que se manifiesten en él las obras de Dios". (Jn 9,2-3). Por lo tanto,
aquí se refiere Cristo a un sólo caso concreto donde en realidad la causa de
aquella enfermedad era algún pecado aunque desconozcamos cuál sería. Por eso el
Señor le dice 'no peques más" y en estas palabras podemos entender que,
por lo menos implícitamente le ha concedido el perdón de sus pecados. Junto con
la salud corporal le ha otorgado el Señor la Salud del alma. Ejemplo paralelo
lo tenemos en la curación del paralítico que fue llevado en camilla a su
presencia (Cfr. Mc 2,1-12). Además, en la palabra de Jesús aparece la
referencia a "un mal mayor". Los autores entienden por este "mal
mayor" o bien a la muerte corporal como castigo del pecado, o lo que se juzga
como más probable, la condenación eterna.
3) "Era sábado aquel día"
El Evangelista nos indica este pormenor, porque será el motivo para que vuelvan los fariseos a enfrentarse con Jesús y la ocasión para que el Señor pronuncie otro discurso de "autorevelación" de su persona. Esta será la materia de la próxima meditación.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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