P. Mark Link, jesuita.
Día seis
“Lo que existía desde el
principio, lo que oímos, lo que vieron nuestros ojos, lo que palparon nuestras manos” 1 Juan 1,1
Lee el siguiente poema. En él se describe una persona que está buscando frenéticamente algo. Busca en las colinas, en las casas, en los techos e incluso hasta en los libros.
Cierto día un amigo le pregunta: ¿Por qué siempre estás buscando algo? ¿Qué buscas? La persona responde: Estoy buscando a Dios. Luego agrega:
No me digas que lo encontraré en mi corazón
(a pesar de que en algún sentido sea cierto)
No me digas que lo encontraré en cierta clase de personas
(a pesar de que en algún sentido sea cierto)
Lo que estoy buscando es a Dios
con los cinco sentidos de mi humanidad.
Esos “cinco sentidos de mi humanidad” es precisamente lo que hace a Dios nacer en una noche histórica en Belén hace dos mil años.
¿Has sentido tú o sientes una insatisfacción como la del poeta que no estaba tranquilo con un Dios a quien podía encontrar en su corazón o en el de otros? Habla con Dios pensando qué puede significar eso de escoger despertar los cinco sentidos de toda la humanidad.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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