Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
E. ULTERIOR MINISTERIO EN GALILEA: HASTA LA FIESTA DE PENTECOSTES
(Hasta fines de mayo del Año 29)
83.- CURACIÓN DE DOS
CIEGOS Y UN MUDO
TEXTO
Mateo 9,27-34
Cuando salía Jesús
de allí, dos ciegos le siguieron gritando: "¡Ten piedad de nosotros, Hijo
de David!” Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice:
"¿Creéis que puedo hacer eso?" Dícenle: "Sí, Señor". Entonces
les tocó los ojos diciendo: "Hágase en vosotros según vuestra fe." Y
se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: "¡Mirad que nadie lo
sepa!" Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella
comarca.
Aun estaban ellos saliendo, cuando le presentaron un mudo endemoniado.
Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, maravillada, decía:
"Jamás se vio cosa igual en Israel." Pero los fariseos decían:
"Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios."
INTRODUCCIÓN
San Mateo es el
único evangelista que nos narra estos milagros y los sitúa inmediatamente
después de la resurrección de la hija de Jairo.
En varias
oportunidades el Señor hizo el milagro de dar vista a los ciegos y habla a los
mudos, y estos milagros forman parte de las señales que Jesús dio a los
discípulos de Juan el Bautista para indicar que había llegado ya el Mesías y
con él el Reino de Dios. (Cfr. Lc 7,22)
La narración de
Mateo nos señala que los dos ciegos fueron siguiendo a Jesús por el camino de
vuelta de la casa de Jairo hasta la casa donde vivía Jesús en Cafarnaúm, que
sabemos era la casa de Pedro. Al llegar Jesús a su casa es cuando los atiende y
realiza el milagro.
Con respecto al
milagro del endemoniado mudo, la mayoría de autores cree que se trata del mismo
milagro contado en Mateo 12, 22. Las circunstancias en que se realiza, la
reacción del pueblo, y las calumnias de los fariseos contra Jesús que le
acusan de expulsar los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios, son
iguales en ambos pasajes. Para la explicación y sentido de este milagro nos
remitimos a la meditación 64.
MEDITACIÓN
En el milagro de
la curación de los ciegos, como en todos los demás milagros que realiza Jesús, se
muestra su gran bondad y su gran poder; pero cada milagro tiene sus
características y mensajes especiales.
La manera como el
Señor realiza este milagro nos enseña que quiere probar la fe de los que le
piden. Los dos ciegos le siguen por el camino y Jesús parece desentenderse de
ellos, no hace caso de sus gritos. Pero ellos continúan en su fe, no se
desaniman, y siguen pidiendo al Señor que tenga misericordia de ellos. Al
llegar Jesús a su destino, al oír a entrar en su casa, los ciegos se le acercan
y le invocan con nuevo fervor llamándole "Hijo de David", que era un
título mesiánico. Le reconocen y confiesan como el verdadero Mesías. Y le
ruegan su curación apoyándose en su misericordia: "Ten misericordia de
nosotros."
Ante la
insistencia en la oración de los ciegos, Jesús se vuelve hacia ellos y les
pregunta: "¿Creéis que puedo hacer eso?" Jesús quería que manifestasen
su fe públicamente. La respuesta es inmediata: "Sí, Señor". Jesús toca
sus ojos y se abren a la luz. Jesús ha acompañado su acción de tocar los ojos
con las palabras: "Que se haga según vuestra fe".
Estas palabras del
Señor deben animar a todos los cristianos a incrementar su fe. Depende de
nuestra fe, del grado de fe que tengamos, de la confianza que tengamos en el
poder y bondad de Cristo, para que él pueda realizar en nosotros milagros de
todo orden, para que pueda concedernos lo que le pedimos. La fe llena de
confianza es la llave que abre la omnipotencia del Señor para que nos atienda
en nuestras necesidades y miserias. Y los ciegos nos enseñan a no desanimarnos,
si vemos que el Señor no nos atiende inmediatamente. El Señor nos enseña la
necesidad de la oración perseverante.
La curación de
ciegos en el Evangelio siempre tiene otro significado profundo. En otras
ocasiones en que el Señor da la vista a un ciego, nos dirá que él es "la
Luz del mundo". En esta oportunidad no pronuncia esas palabras, pero
comprendemos que la curación de cualquier ciego por Jesús, es una manifestación
de su persona como verdadera Luz del mundo.
Jesús es la luz
que ilumina a todo aquel que quiere recibir esa luz; es luz que ilumina todos
los misterios de Dios, los misterios del hombre, e ilumina el camino de
nuestra vida para que podamos ver el sentido de todas las cosas y avanzar, sin
extraviarnos, hasta llegar a contemplarle a él cara a cara.
El gran peligro
del hombre es dejarse conducir y guiar por las luces del mundo, que son luces
que engañan, y que en vez de llevarnos a la claridad, nos llevan a la oscuridad
y tinieblas. Pidamos al Señor ser siempre iluminados por su luz y que toda
tiniebla que se oponga a la luz de Cristo, la rechacemos enérgicamente. Que
Jesús toque también nuestros ojos, los purifique, quite de ellos toda tiniebla,
y podamos gozar siempre de su luz.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
1 comentario:
Muchas gracias al blog
porque me han enseñado oraciones hermosas para tener unos días bellos.
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