P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
I.- LOS COMIENZOS DE LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS
(Fines del Año 27 - Principios del Año 28)
A. - PREDICACIÓN DE JUAN BAUTISTA Y PRIMERA ACTIVIDAD APOSTÓLICA DE JESÚS
7.- VOCACION DE LOS
PRIMEROS DISCIPULOS: ANDRES, JUAN, PEDRO
TEXTO
Juan 1, 35-42
Al día siguiente, se encontraba de nuevo allí
Juan con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: "He
ahí el Cordero de Dios". Los dos discípulos le oyeron hablar así y
siguieron a Jesús. Jesús se vuelve, y al ver que le seguían les dice:
"¿Qué queréis?" Ellos le respondieron: "Rabbí -que quiere decir
Maestro- ¿dónde vives?". Les respondió: "Venid, y lo veréis".
Fueron, pues, vieron donde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o
menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
había oído a Juan y había seguido a Jesús. Este se encuentra al amanecer con su
hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías, que quiere decir
Cristo" Y le llevó donde Jesús. Jesús fijando su mirada en él, le dijo:
"Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas, que quiere decir,
Piedra".
INTRODUCCIÓN
Entre los
discípulos de Juan Bautista se encontraban algunos de los que habían de ser
los primeros discípulos del Señor. Entre ellos estaban ciertamente Andrés y
Juan, y es muy probable que también estuviesen Pedro y Santiago. La narración
nos dice solamente que Juan Bautista, al día siguiente del testimonio que
había dado sobre Cristo como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,
de nuevo repite el mismo testimonio al ver pasar a cierta distancia a Jesús que
iría caminando por las orillas del Jordán.
Entre los que oyen
este segundo testimonio están Andrés y, sin duda alguna, Juan el Evangelista,
quien es el que nana con tanto detalle toda la escena, y hasta se acuerda de la
hora exacta de su encuentro con Jesús. Era la hora décima, equivalente a las
4.00 p.m.
Eran ya varias
veces que habían escuchado los testimonios del Bautista sobre Jesús, y esta
vez, iluminados y movidos por la gracia del Señor, sienten deseos ardientes de
ir en busca de Jesús, y de hecho le siguen. El mismo Bautista los animaría a
tomar esta decisión de seguir a Jesús. Con qué alegría vería a Andrés y a Juan
desprenderse de su lado para empezar su seguimiento a Jesús.
MEDITACIÓN.
1) "¿Qué queréis?"
El Señor ha notado
que estos dos jóvenes vienen detrás de él, y conoce perfectamente que su deseo
es conocerle a él. Pero quiere que se lo manifiesten. La respuesta de Andrés y
Juan es clara. Le preguntan dónde vive, porque desean una cita con él. Su gran
deseo era conocer a Jesús, y para eso, tener una cita a solas con él, en su
morada, sin prisas. Tienen ya una fe incipiente en Jesús, que ha sido
suscitada por el Bautista; ahora quieren que esa fe sea plenamente confirmada y
aumentada con el trato personal con el Señor.
Aquí ya podemos
aprender una gran lección: el deseo sincero y eficaz de conocer a Jesús es
origen y fuente de todas las gracias. Y el Señor jamás se negará a ofrecernos
su trato íntimo, si de verdad lo deseamos.
2) "Venid y lo veréis".
Es la respuesta de
Jesús que no es otra cosa sino una invitación a entrar en su morada y a
participar de su amistad. Y el Señor no tiene prisas en deshacerse de esos
huéspedes que podrían parecer inoportunos, sin cita previa. No. Juan nos dice
que "se quedaron con él todo el día". Tampoco tenían ninguna prisa
los discípulos.
Es una escena que
será ejemplo y modelo para todos los que quieren ser discípulos de Cristo. El
deseo de conocer a Cristo tiene que ir acompañado con largos ratos de trato
íntimo con el Señor. El Señor siempre nos está invitando a pasar mucho tiempo
en intimidad con él. El nunca se cansará de nosotros, y solamente a través de
una profunda experiencia de Cristo tratado íntimamente en la soledad de la oración,
será como profundicemos en nuestra fe en él y crezcamos en un amor sin medida
hacia su persona.
Aquellos dos
discípulos tuvieron un encuentro largo con el Señor, y en él llegaron a tener
una experiencia inolvidable, el comienzo de su seguimiento radical a Jesús
hasta la muerte.
3) "Hemos encontrado al Mesías".
La experiencia
íntima de Cristo lleva a estos discípulos a comunicarla a los de su contorno.
Andrés se encuentra con su hermano Simón y siente la necesidad de trasmitirle
la experiencia profunda de fe que había tenido en el trato con Jesús. Le dice a
su hermano Simón: "Hemos encontrado al Mesías"; y no se contenta con
comunicarle su experiencia, sino que además, "lo llevó donde Jesús".
También esta
escena, a los comienzos mismos de la vida pública de Cristo, será paradigma
para toda vida apostólica. Sólo desde la experiencia íntima de trato con Jesús,
podemos comunicarlo a los demás; y sólo quien vive en la intimidad con el Señor
puede llevar a otros al conocimiento, amor y seguimiento de Cristo.
4) Encuentro de Jesús con Pedro.
Se acerca Andrés
llevando a Pedro para presentárselo. Y se nos dice en el Evangelio que el Señor
fijó la mirada en Pedro. Qué misterios de amor y de predilección encerró esa
mirada de Jesús. Fruto de esa mirada de Jesús fue una vocación y una misión.
Desde aquel primer encuentro el Señor ya ha elegido a Simón como el futuro jefe
de su Iglesia, la piedra fundamental sobre la que fundaría su Iglesia.
No se nos dice
nada de los sentimientos de Pedro en aquél su primer encuentro; pero a juzgar
por los hechos posteriores podemos concluir que debió impactarle de tal manera
que él también salió convencido de que había encontrado al Mesías. Y ya
también le seguirá hasta que muera mártir en Roma.
Concluyamos: Sólo
de nosotros depende que Cristo nos invite a su intimidad, que nos mire con una
mirada cargada con toda clase de bendiciones, que nos haga apóstoles suyos, y
que experimentemos la inmensa felicidad de conocerle, amarle y seguirle.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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