P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
A.- HASTA LA ELECCIÓN DE LOS APÓSTOLES
23.- VOCACIÓN DE LEVÍ
TEXTOS
Mateo 9.9
Cuando salía de
allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de
impuestos, y le dice: "Sígueme". El se levantó y le siguió.
Marcos 2, 13-14
Fue de nuevo por
la orilla del mar. Toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar, vio
a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice:
"Sígueme". El se levantó y le siguió.
Lucas 5, 27-28
Después de esto,
salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos y
le dijo: "Sígueme". Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
INTRODUCCIÓN
Jesús había vuelto
de su expedición apostólica por Galilea y había continuado su predicación
apostólica en casa de Simón, en Cafarnaúm. Y es allí donde había obrado la
curación del paralítico que consideramos en la meditación anterior.
Es probable que al
día siguiente saliese Jesús temprano a dar un paseo por la orilla del Lago;
pero en cuanto la gente lo advirtió, se acercó a él, y el Señor los acogió y
"les enseñaba". Así nos dice San Marcos. Una vez más se pone de
manifiesto el celo de Cristo que no perdía ninguna oportunidad de predicar la Palabra.
Ya hemos visto
anteriormente la importancia que tenía la ciudad de Cafarnaúm, y que era un
centro aduanero de capital importancia en el norte de Palestina. Es en uno de
estos puestos de aduanas donde Jesús encuentra a Leví.
Notemos que Marcos
y Lucas ponen el nombre de Leví, que no volverá a aparecer en el Evangelio. En
cambio Mateo, en su evangelio, pone el nombre de Mateo que será el que aparezca
en todas las nóminas de los apóstoles. Sin duda alguna, Leví y Mateo son la
misma persona. Probablemente tuvo dos nombres, cosa que era relativamente
frecuente entre los judíos. Algunos creen que Leví era el nombre más usado
mientras ejercía su profesión de publicano o recaudador de impuestos.
"Mateo", que significaría "don de Dios", debió de ser el nombre
usado después de su seguimiento a Cristo.
MEDITACIÓN
San Lucas es el
que indica el gesto de que Jesús "vio" a Mateo. La verdadera
traducción sería mas bien "miró" lo que está indicando una mirada
detenida del Señor sobre Mateo. Esa mirada de Jesús sería fuente de bendiciones
para Mateo.
Es muy probable
que Mateo fuese como eran la mayoría de los publicanos que estaban
acostumbrados a extorsionar al pueblo y a cometer otros abusos para
enriquecerse. Pero es también probable que hubiese tenido la oportunidad de
oír alguna vez la predicación de Cristo, y hubiese sido testigo de alguno de
sus milagros. Y quizá también habría comenzado a sentir cierta intranquilidad
de conciencia, preludio de su arrepentimiento.
Lo que es cierto,
es que Jesús conocía a fondo lo que había en el corazón de Mateo, y vio en ese
corazón disposición a la conversión, una actitud positiva hacia su persona,
comienzo de una actitud de fe. Incluso, el mismo Mateo tendría deseo de
acercarse a Cristo, pero no se atrevía, no se consideraba digno por ser
"pecador público".
El paso de Jesús
por donde estaba Mateo, su mirada posada sobre él, y su palabra de invitación:
"Sígueme", fueron suficientes para que aquel hombre dejase todo su
trabajo su oficio de publicano, y levantándose siguiese inmediatamente al
Señor. No temió ni las críticas, ni las murmuraciones, ni las burlas de sus
compañeros de oficio, y de otras personas. Jesús es quien ha dado el primer
paso en salir al encuentro de Mateo y de llamarle a formar parte del grupo de
sus discípulos preferidos. Sabía el escándalo que esto produciría en el grupo
de los fariseos, pero Cristo quiere demostrar que para él no hay ninguna discriminación
con respecto a ningún hombre, por pecador que haya sido, cuando hay una
conversión sincera y generosidad para seguirle.
Notemos una vez más la vocación gratuita del Señor, y la fuerza del llamado del Señor, que con una sola palabra "sígueme" hizo de aquel hombre pecador, un Apóstol incondicional que llegaría a dar la vida por él.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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