P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
Breves indicaciones para hacer con fruto las meditaciones
Acto de fe, esperanza y amor a Jesucristo
II MINISTERIO DE JESÚS EN GALILEA
(Mayo 28 - Mayo 29)
A.- HASTA LA ELECCIÓN DE LOS APÓSTOLES
26.- ELECCIÓN DE LOS
APÓSTOLES
TEXTOS
Mateo 10, 1-4
Y llamando a sus
Doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y
para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Los nombres de los
Doce apóstoles son: primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés;
Santiago, el de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe, Bartolomé; Tomás y Mateo,
el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote,
el mismo que le entregó.
Marcos 3, 13-19
Subió al monte y
llamó a los que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que
estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los
demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el
de Zebedeo y a Juan, hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges,
es decir, hijos del trueno; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago
el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó.
Lucas 6, 12-16
Por aquellos días se
fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de
día, llamó a sus discípulos y eligió a Doce de entre ellos, a los que llamó
también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a
Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y
Simón, llamado Zelotes, a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que fue el
traidor.
INTRODUCCIÓN
Jesucristo
llevaría ya algunos meses, por lo menos ciertamente algunas semanas,
predicando el Reino de Dios, y cree que ha llegado el momento de elegir a
aquellos que han de ser sus colaboradores en su ministerio apostólico aquí en
la tierra, y después el fundamento de la Iglesia que iba a instituir y donde se
iba a perpetuar su obra redentora. Pasaje de extraordinaria importancia para
toda la historia de Salvación. Jesucristo quiere y necesita discípulos que
continúen su obra en la tierra. La suprema vocación del hombre será su vocación
a colaborar en la obra redentora del Señor.
MEDITACIÓN
1) Jesús se prepara para la elección de sus
apóstoles.
San Lucas es quien
recalca de manera especial la oración del Señor. Nos dice: "Salió al monte
a orar y se pasó toda la noche en oración". Ciertamente que la vocación
de los apóstoles era un momento transcendental en la vida de Cristo y en su
obra redentora. Y en estos momentos aparece Cristo siempre en oración. Pero notemos
que no se trata de un momento, ni siquiera de un rato largo de oración.
"Se pasó toda la noche en oración".
Cómo nos enseña
Cristo a orar sin prisas y a consagrar muchas horas a la oración.
Pero podemos ver
otro misterio en esta oración de Jesús en esa noche previa a la elección de
los apóstoles. Es el misterio de la vocación apostólica, que es fruto del
diálogo de Cristo con su Padre. Toda vocación de entrega radical a Cristo, para
consagrar toda la vida al servicio de Cristo y de su obra, viene del Padre por
intercesión de la oración de su Hijo. En esa oración de toda la noche uno por
uno de los apóstoles fueron pasando en el diálogo entre el Hijo y el Padre. Tal
es la importancia de la vocación apostólica y la gratuidad de esa vocación,
puro regalo y don del Padre a través del Hijo.
2) "Llamó a los que él quiso".
No se nos da otra
razón de esta vocación apostólica, sino la libérrima voluntad del Señor.
"A los que él quiso", que muchos interpretan "a los que él
amó", y se entiende con un amor de predilección. No son los méritos ni las
cualidades de aquellos hombres la razón de la elección. Es pura gratuidad que
nace del corazón de Cristo, porque se ha fijado en ellos, ha puesto su mirada
en ellos con amor de predilección.
Y esa gratuidad
total de la vocación de los apóstoles se extiende a toda vocación de
consagración total al Señor. Es su bondad, su misericordia, su amor, el origen
de toda vocación. Por eso, la respuesta debe ser una respuesta generosa, llena
de confianza en él. El que te llamó a esa vocación, él te dará todas las
gracias y toda la fuerza necesaria para cumplir con la vocación, a pesar de
nuestras limitaciones, imperfecciones e incluso miserias.
3) "Para que estuviesen con él".
Es la primera
finalidad del llamado del Señor. Es un llamado a una muy especial intimidad
con él. Lo más fundamental en toda vocación apostólica es el trato íntimo y
diario con el Señor. Si no se da ese trato, fracasa cualquier vocación
apostólica. Y la experiencia cotidiana confirma esta enseñanza. Las muchas
defecciones en la vida sacerdotal y religiosa que presenciamos en nuestros
días, podríamos decir que todas tienen su origen en un gran descuido e incluso
en un abandono total de la oración personal, de dedicar la vida a toda clase de
actividades olvidando la más importante, la de estar largos ratos diariamente
en la presencia del Señor dialogando con él y meditando su Evangelio.
Y además, es una consecuencia
lógica de la misión a la que les va enviar el Señor: a que den testimonio de su
persona y prediquen su enseñanza.
Sólo quien tiene
experiencia de trato con el Señor y que medita constantemente su palabra, es
capaz de cumplir con esa misión que consideramos a continuación.
4) "Y para enviarlos a predicar".
Es la misión
esencial del Apóstol. Ser testigo de Cristo y mensajero de su enseñanza ante
todos los pueblos. (Cfr. Mt 28, 19-20; Mc 16, 15-16)
Esto supone,
primero, haber asimilado la doctrina de Cristo. Haberla meditado
continuamente. Conocerla, amarla y practicarla. Y segundo, exponer con toda
verdad y en su totalidad la Palabra de Cristo; no otra palabra, ni otra
doctrina.
La vocación
apostólica no tiene sentido sino es para predicar a Cristo y consagrar toda la
vida a esa predicación.
5) "Les dio poder para arrojar a los
espíritus inmundos y para curar toda dolencia".
Es la doble misión
que Cristo mismo practicó y que quiere que sus apóstoles continúen. La misión
de enseñar, santificar las almas, y la misión de llevar a cabo toda obra de
caridad para aliviar las miserias del hambre, de la pobreza, de toda injusticia
que padece gran parte de la humanidad.
La liberación que
trae Cristo, como ya hemos explicado en meditaciones anteriores, es la
liberación total de almas y cuerpos, y el apóstol debe ser un instrumento del
Señor para llevar a cabo esa liberación.
6) "Y los denominó apóstoles".
La palabra Apóstol
es traducción de la palabra "Schaliach". Expresa una realidad, creada
por Cristo, en la estructura de la futura Iglesia que iba a fundar.
La palabra
"Apóstol" aparece 79 veces en el Nuevo Testamento: 1 Mateo; 1 Marcos;
1 Juan: 29 en Pablo; 28 Hechos; 6 Lucas.
Significado:
Procede de una institución jurídica del judaísmo tardío. El "Schaliach"
es el mandatario de otra persona, con plena autorización de esa persona. Es
siempre representante del mandante y defiende su persona y sus derechos. Un
principio jurídico decía: ''El enviado (Schaliach) de un hombre es como él
mismo". Y sólo puede justificar su responsabilidad cuando se subordina a
la voluntad del mandante. El "Schaliach" está obligado a cumplir
exactamente su misión.
Jesucristo
transforma a sus fines esta institución del Schaliach y pasa del campo
meramente jurídico al campo religioso y al campo de la revelación. Los
apóstoles llamados por Cristo no tienen más misión que representarle a él en su
triple misión de Maestro, Santificador y Pastor del pueblo de Dios. Más
adelante les irá confiriendo los poderes concretos para que puedan cumplir con
esta misión.
Y Cristo llegará a
decirles: "El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha
a mí me desecha" (Lc 10,16) "El que a vosotros recibe a mí me
recibe" (Mt 10,40)
7) "Instituyó a los Doce".
Es evidente que la
elección de los Doce indica la formación de una comunidad nueva.
"Doce" no es un número casual. Indica los Doce Patriarcas que forman
el pueblo elegido por Dios, el pueblo sagrado de Israel, el pueblo de las Doce
Tribus.
Cuando Cristo
elige a los Doce, implícitamente está diciendo que ha llegado el tiempo de que
nazca un nuevo pueblo, un nuevo Israel, el Israel del Espíritu que sustituirá
al Israel de la carne, el pueblo del Nuevo Testamento que fue profetizado por
Isaías y Jeremías. Nace un nuevo pueblo de Dios y son instituidos los nuevos
Patriarcas de este pueblo, los Doce apóstoles.
El Nuevo Pueblo
nace del Antiguo y crece sobre él y lo transciende; y así resulta que en el
Reino de Dios los Doce se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de
Israel. (Mt 19,28)
Los Doce apóstoles
forman el primer núcleo de la nueva comunidad y se sentirán unidos por lazos
estrechísimos en el cumplimiento de su misión. El Apóstol de Cristo no puede
vivir ni cumplir su misión sino insertado en la comunidad y formando comunidad,
y trabaja para formar comunidad.
8) "Los nombres de los apóstoles
son..."
Después de la
narración de la elección de los apóstoles vienen indicados los nombres de cada
uno de los apóstoles.
La vocación y
elección del Señor no es genérica, sino muy individual y particular. Pleno
conocimiento de todos y cada uno de aquellos a quienes llama al Apostolado.
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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Siéntete en libertad de compartir en los comentarios el fruto o la gracia que el Señor te ha regalado en esta meditación.
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