P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, jesuita
1. Creo en ti, Jesús, como el Cristo, el Hijo de Dios vivo (Mt 16,16) en
quien el Padre ha puesto todas sus complacencias. (Mt 3, 17)
2. Creo en ti, Jesús, como el Verbo del Padre, que te hiciste hombre y
habitaste entre nosotros, y manifestaste tu gloria, gloria del Unigénito del
Padre, lleno de gracia y de verdad (Jn 1, 14)
3. Creo en ti, Jesús, Imagen de Dios invisible (Col. 1, 14). Creo que Tú y
tu Padre sois una misma cosa (Jn 10, 30), que todo cuanto tiene el Padre es
tuyo y todo cuanto Tú tienes es del Padre (Jn 16, 15; 17, 10).
Creo que eres amado del Padre
desde toda la eternidad, desde antes de la creación del mundo. (Jn 17, 24).
Creó que Tú eres el Enviado
del Padre para que todo el que crea en ti no perezca, sino que tenga vida
eterna. (Jn 3, 16)
4. Creo en ti, como el manantial de toda la vida (Jn 5,16), quien crea en ti,
Jesús que, aunque muera vivirá, porque tú eres la Resurrección y la Vida. (Jn 11,25-26).
5. Creo en ti, como Verdad y Luz del mundo, y que todo el que crea en ti
no quedará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida. (Jn 8,12; 12,46).
6. Creo en ti, Jesús, como mi único Camino para llegar al Padre (Jn 14,
6), y que en todo nos has dado ejemplo para que siguiendo tus huellas hagamos
siempre como Tú has hecho. (Jn 13, 15).
7. Creo en ti, Jesús, como mi Redentor, que viniste al mundo para entregar
tu vida en rescate de todos los hombres (Mc 10, 45).
8. Creo en ti, Jesús, como la manifestación de la misericordia infinita de
Dios, como el Cordero que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29), como el Hijo
del hombre que vino a buscar y salvar a los pecadores (Lc 19,10), como el
Salvador que vas repitiendo sin cesar: hijo, tus pecados están perdonados (Mt 9,2)
9. Creo en ti, Jesús, como el Príncipe de la Paz (Is 9, 6), en quien tenemos
plena reconciliación con el Padre y entre los hombres en virtud de tu sangre
(Col. 1,20)
10.
Creo en ti, Jesús; espero en ti,
Jesús: te amo a ti, Jesús, porque me amaste hasta el extremo de tu Pasión (Jn 13,
1), porque me amaste con el mismo amor con que el Padre te ama a ti (Jn 15, 9),
porque me amaste y te entregaste a la muerte por mi (Gal 2, 20), porque lavaste
mis pecados con tu sangre (Apoc. 1, 5).
11.
Creo en ti, Jesús; espero en ti,
Jesús; te amo a ti, Jesús, porque quisiste que tu Sacratísimo Corazón fuera
traspasado con una lanza (Jn 19, 14), para que a través de tu Corazón abierto,
donde habita la plenitud de la Divinidad (Col. 1, 19), pudiésemos conocer la
profundidad, la altura, la longitud y la anchura de tu amor a los hombres
(Ef.3, 18, 19).
12.
Creo en ti, Jesús; te amo a ti,
Jesús te amo a ti, porque en el triunfo definitivo de tu Resurrección y Ascensión
a los Cielos, no te olvidaste de nosotros y nos prometiste que volvías al Padre
para prepararnos un lugar junto a ti en la Gloria Eterna (Jn 14, 3).
13.
Creo en ti, Jesús; espero en ti,
Jesús; te amo a ti, Jesús, porque lleno de Gloria y Majestad en el Cielo,
también te has quedado en la tierra como Pan Vivo que me alimenta, que me
transforma en ti, que me une a tu Divinidad y a todos los hombres por la
caridad, que renueva diariamente tu Alianza Sacrifical, y que me garantiza
alcanzar la Vida Eterna (Jn 6, 46-58;1 Cor 10, 16-17; 11,23-25)
Referencia: Meditaciones Vida, Muerte y Resurrección de Jesucristo - P. Fernando Basabe Manso de Zúñiga, SJ.
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