Sectas de origen científico: Nueva Era - 2º Parte: Sus fuentes.

Las Sectas
en
Latinoamérica


34º Parte



P. Ignacio Garro, S.J.
Profesor del Seminario Arquidiocesano de Arequipa, ex profesor del Seminario de Trujillo.





3.- SUS FUENTES


Todo el mundo reconoce que Nueva Era es un movimiento casi carente de originalidad, dado su carácter sincretista y acumulativo y beber en muchas fuentes del conocer, del creer y del saber humanos. Entre las fuentes antiguas hay que recordar a las grandes religiones orientales, como el hinduismo, budismo, taoísmo; todas las tradiciones esotéricas del mundo occidental, el gnosticismo con todas sus variantes, la apocalíptica judía, elementos de mitología y elucubraciones astrológicas, principios de psicología profunda, fenómenos parapsicológicos, ciertos conocimientos y leyes de la naturaleza y de la medicina, biología, etc.

La estructura ideológica de la Nueva Era son las siguientes:


a.- Esoterismo - Gnosticismo


El movimiento Nueva Era se sitúa una atmosfera gnóstica y esotérica. Intenta integrar ciencia, poderes mágicos y fuerzas ocultas, con el fin de lograr la liberación espiritual del hombre, pero ya no como antaño con horóscopos y amuletos, sino con medios más científicos.

Tradicionalmente lo esotérico (del griego "esoterikós" = interno, oculto), indicaba aquello que estaba excluido del conocimiento general para ser solamente reservado a un número reducido de personas. Hoy día ha perdido su carácter exclusivista, ha abandonado su aspecto oculto, para hacerse accesible a todos los hombres, poniéndose a disposición de los vivientes como única solución para la supervivencia de la humanidad. Nueva Era cultiva tanto el esoterismo en el terreno del saber filosófico y especulativo (cosmogonía, teogonía) como en el de la vivencia religioso-mágica, (meditación, magia, etc.).

Esta actitud lleva como de la mano al gnosticismo. Nueva Era está tan permeada de ambiente gnóstico que algunos la denominan "neo-gnosis", como un "nuevo renacer de la eterna gnosis en nuestro mundo". 24 Sabemos que los gnósticos dividían a sus gentes entre los "iluminados", la élite, constituida por un grupo muy restringido, eran los perfectos, los elegidos, lo conocedores, los sabios, que dirigían al resto de la comunidad gnóstica. A éstos se les llamaba "pneumáticos", o poseedores del espíritu, para diferenciarlos de los demás, de los "psíquicos", que de suyo eran ignorantes y no habían alcanzado la iluminación de la "gnosis". Las comunidades gnósticas, por tanto, eran bipolares y elitistas.

El gnosticismo también penetró en el cristianismo primitivo y sus seguidores dividían así mismo a la comunidad cristiana en dos polos: los sabios y los ignorantes. Creó divisiones que afectaban a la convivencia fraternal y a la sencillez evangélica que Cristo había puesto como modelo. Fueron duramente combatidos en el S. II y III poro los Santos Padres, pero es una tendencia que nunca ha desaparecido del todo.


b.- Astrología


Nueva Era comparte también con el esoterismo la esperanza de la próxima llegada de una gran era cósmica, para lo cual se apoya en enseñanzas de la astrología. Siempre ha sido el hombre aficionado a observar las estrellas y a querer interpretar el sentido de su parpadeo. La lectura de los astros ha sido una asignatura a la que siempre se ha sentido aficionada la humanidad y todavía no ha perdido esta afición. Como podemos observar a diario, la moda de los horóscopos lejos de decrecer va en aumento. A ello está contribuyendo mucho la televisión ya que tiene entrada libre en los hogares y va empapando de sus predicciones pseudocientificas las mentes de los ciudadanos. Las masas despersonalizadas por el exceso de trabajo, el stress, la dinámica violenta e insegura de la sociedad quieren y esperan inconscientemente que haya algún medio que les dé seguridad y que les digan qué es lo que les va a ocurrir cada día o cada semana. Algunos confunden astrología (especulación pseudocientífica acerca de la influencia de los astros en la vida de los humanos), con la astronomía (ciencia que estudia, observa la leyes del universo cosmos, su relación e interdependencia, es un estudio serio aunque no exacto, pues no tiene todos los datos empíricos para sostener tesis fijas).

La astrología, que no se basa en ninguna ciencia exacta es una tendencia cultivada por muchos hombres con el fin de predecir el futuro e influencia de los astros en las criaturas humanas y en la marcha del universo. No tiene ningún fundamento científico, aunque los que cultivan esta rama del saber aseguran que sí es un saber científico, pero la realidad cotidiana nos dice que no es así.

Nueva Era es un movimiento que bebe en estas fuentes de astrología y partiendo del hecho de que nos hallamos en un instante de profunda crisis, se preguntan a que es debido este movimiento convulsionista por el que atraviesa la humanidad entera. M. Kelh tomándolo de J. Ruppert, en su obra "La Nueva Era" lo explica del modo siguiente:

"Estamos pasando de la era Piscis a la de Acuario. ¿Qué quiere decir esto? En cuanto podemos deducirlo de las diversas explicaciones, esta manera de hablar tiene sus antecedentes en la idea esotérica del gran "Año Cósmico", es decir, el tiempo que tarda la prolongación ideal del eje de la tierra (o según otras explicaciones, el Sol) en recorrer los doce signos del zodíaco. "Un año cósmico" en el gran ritmo del universo, dura 25,268 años. Dividido por los 12 signos del zodíaco, (un años cósmico tiene 12 meses cósmicos), y un mes cósmico dura aproximadamente 2.100 años; es decir, el tiempo que tarda en transcurrir un signo del zodíaco. Actualmente, nos encontramos de nuevo en el "tránsito de un mes cósmico a otro mes cósmico"; estamos pasando a un nuevo signo del zodíaco, concretamente estamos pasando del signo Piscis al signo Acuario. A este ciclo se le atribuye una significación simbólica para la humanidad: así ocurriría también - aunque de manera oculta - con ese gran ciclo, que influiría en el rito vital de las culturas y de pueblos enteros". 25

Según el movimiento Nueva Era, nos encontramos en un momento importantísimo para el futuro de la humanidad. Pasamos del signo Piscis, caracterizado, según ellos, por el dogmatismo, la intolerancia, la dureza de corazón, el fanatismo del islamismo y del cristianismo, al signo de Acuario, que será un tiempo del postcristianismo, nada dogmático y, por tanto, abierto al universalismo y anheloso de la paz y de la unidad. Acuario será como un chorro de agua fresca, una llamarada de luz interior, de paz y de bienestar. El mundo del microcosmos será engullido por el macrocosmos, lo individual por lo total, lo personal por lo universal.


c.- Teoría científica universalizada


El tercer punto de apoyo de la Nueva Era está en una subestructura científica que tiene diversas ramificaciones. Y ésta es una de las principales razones de su éxito, sobre todo entre gente cultivada científicamente. Se trata de lo que los entendidos llaman "teoría científica universalizada", cuyo concepto principal y central es la "totalidad integrada", que algunos de los seguidores de Nueva Era explican diciendo que:

"Para explicar las observaciones efectuadas por las ciencias naturales, no se echa ya mano únicamente del esquema unilineal de causa y efecto, sino que se hace más hincapié en la captación de "las correlaciones de los elementos entre sí, dentro del marco de la totalidad". Pequeñas oscilaciones en esas acciones recíprocas pueden dar origen a cualidades completamente nuevas de los sistemas, a cualidades impredecibles y que no pueden deducirse de los diversos elementos de dichos sistemas".

Y para explicarlo acuden a casos concretos de la física. A esta teoría añaden otra llamada "Filosofía holística de la Naturaleza" que utiliza F. Capra, considerado, hoy día, como el ideólogo del movimiento Nueva Era. Conforme a esta teoría, se contempla el universo en su conjunto como un solo gran sistema "holístico", total, como "una unidad indivisible y dinámica, cuyos elementos están estrechamente vinculados y pueden comprenderse solamente como modelos de un proceso cósmico". Según él, todo está unido entre sí, básicamente, por una red; más aún, no existen en último términos "partículas", "cosas", "sustancias", "unidades" en sí, sino "una compleja red cósmica de relaciones entre las diferentes partes", un universo que representa "una red de relaciones vinculadas entre sí". "Cada partícula está compuesta de todas las demás partículas". F. Capra, gran físico atómico, aporta una explicación a la nueva física:

"El Universo no es una máquina sino un gran cuerpo viviente único, sostenido por la mecánica sino por relaciones cualitativas. Todos los seres son parientes unos de otros, y forman una misma familia. El hombre forma parte íntimamente de este tejido, como parte de un todo: participa, simplemente, de la vida orgánica del conjunto. No puede mantenerse afuera como un observador neutro o un sujeto independiente. Debe pertenecer a la familia". 26

La crítica que se ha hecho a estas teoría de F. Capra, es que sus explicaciones, que pueden tener validez en el campo de la física y aún de la biología, su extrapolación, sin fundamento serio al mundo de los humanos, al de la filosofía y la concepción del mundo y de la vida del ser humano, es una pretensión poco científica y muy ingenua.

"En consecuencia, el hombre, según F. Capra, no es realmente libre ni responsable de sus actos; simplemente participa del universo, aunque este no sea su sentimiento. Todo es uno (monismo); aun Dios es una parte del cosmos (panteismo). No existe la cuestión de la creación de todas las cosas por Dios de la nada. Si todo es uno, todas las distinciones están pegadas entre sí; entre alma y cuerpo, Dios y mundo, inteligencia y sentimiento, interior y exterior, zonas conscientes e inconscientes; entre el cielo y la tierra". 27

La cosmovisión que ofrece la filosofía del movimiento de Nueva Era, extrapolando principios físicos y cuánticos a realidades teológicas y humanas, difícilmente se pueden compaginar con la teología, cosmología y antropología cristianas.


d.- Religiones Orientales


Nueva Era mira constantemente a las religiones y a las filosofías orientales, las cuales apuntan hacia el "panteísmo". Utiliza en parte el libro de la sabiduría china, llamado "Libro de las Transformaciones" y su doctrina sobre el constante ascenso y descenso entre el "yin" y el "yan", que son los dos polos fundamentales de la realidad existente. F. Capra dice:

"Los filósofos chinos veían la realidad como última esencia del "Tao", como un proceso de fluctuación y cambio permanente. En su opinión todos los fenómenos que se observan participan de este proceso cósmico; de ahí que su naturaleza sea intrínsecamente dinámica. La principal característica del "Tao" es la naturaleza cíclica del movimiento continuo. Todos los fenómenos de la naturaleza, tanto en el orden físico como en el orden psicológico o social, siguen el modelo cíclico. Los sabios chinos definieron la estructura de este concepto mediante el simbolismo de dos polos opuestos, el "yin" y el "yan", dos puntos extremos, que limitan lo ciclos de transformación. Al llegar a su punto culminante, el "yan" retrocede en favor del "yin"; al llegar a su punto culminante, el "yin" retrocede en favor del "yan". 28

Las características de cada uno de esos polos que son como los dos platillos de la balanza en la que se pesa la historia de la humanidad y también la del cosmos, es la siguiente: el "yin" es femenino, receptivo, conservador, intuitivo, relacionado con el medio ambiente, ecologista; el "yan" es masculino, agresivo, activo creador, extrovertido, analítico, competitivo y egocéntrico. Hemos estado y continuamos estando bajo el dominio del "yan". Hemos llegado a un punto de decadencia. Necesitamos el relevo y nos hallamos precisamente a las puertas del momento en que éste tiene que realizarse. Se necesita una nueva visión del mundo y una nueva religión.

Uno de los temas preferidos de la filosofía de Nueva Era es la "reencarnación". Para ellos es como una determinada forma de la doctrina de la evolución. Al respecto de la reencarnación M. Kelh dice:

"Todo ser existente comienza a existir en un nivel evolutivo muy bajo (por ejemplo como piedra), para ir ascendiendo en el transcurso de millones de años y pasar a los reinos vegetal y animal hasta llegar al ámbito de los humanos. Eso, claro esta, se consigue únicamente mediante multitud de "reencarnaciones" que no terminan ni siquiera cuando se llega al final del estadio de lo humano. Mediante incesantes reencarnaciones, el hombre, más exactamente la chispa divina e inmortal de lo absoluto que hay en él, va perfeccionando sus facultades, se eleva a niveles superiores de conciencia, y va poniendo cada vez más en orden los permanentes desórdenes de sus vidas diversas ... Al final de esta larga evolución hay una espiritualización y divinización cada vez mayor, el hombre, una vez ya eliminado su "Karma", puede elevarse a un plano que trasciende lo material y terreno y seguir evolucionando allí de una manera nueva, espiritual y cada vez más cerca de lo divino. Se alcanza la meta final cuando el hombre retorna a su punto de partida y llega de nuevo a unirse enteramente con lo divino". 29

Así, la teoría de la reencarnación no es más que un simple desarrollo de la teoría de la evolución. La creencia en la reencarnación que es una de sus enseñanzas más llamativas de la Nueva Era, la ha heredado en parte de las religiones orientales y en parte de la gnosis, del esoterismo, de la teosofía y del espiritismo y la utiliza como un gran arco de entrada sumamente atractivo para la humanidad actual. La idea de la reencarnación está asociada a una serie de sentimientos o creencias difusas, de experiencias vitales y pseudoreligiosas que dicen vivir o haber vivido no pocos de nuestros contemporáneos. Hay quienes tienen una vaga convicción de haber vivido otras existencias. Quienes con la ayuda de "mediums", han realizado el famoso "viaje astral". Hay quienes aseguran haber vivido anteriormente en otros niveles de existencia, en una planta, en un animal, o en otro planeta.

Para un hombre materialista, enclaustrado en el único horizonte del "aquí y el ahora", la doctrina de la reencarnación le abre horizontes nuevos y dimensiones distintas de su existencia. Le lleva, a demás, a la convicción de que nuestros muertos no han desaparecido del todo sino de que viven en nuevos planos de existencia. No se trata de una creencia mediocre, todo esto responde a determinadas aspiraciones del ser humano. Por lo menos es como un rayo de esperanza, es como decir: "Todo no ha terminado". Abre la puerta a la posibilidad de compensar en el futuro las injusticias cometidas en el presente y pretende acabar con la injusticia y el mal.

La reaparición de la doctrina de la reencarnación viene a llenar, por otra parte, uno de los vacíos que dejado últimamente las iglesias cristianas, las cuales se han mostrado demasiado recelosas en hablar de la resurrección de la carne, del juicio final, de la escatología, no dando respuesta a unas preguntas que necesariamente ha de tener el hombre en la punta de la lengua, es decir, las cuestiones del más allá. Es menester hablar e instruir al pueblo de Dios con convicción y con la claridad que permite la oscuridad en la que necesariamente está envuelto el tema, en la revelación de la Sagrada Escritura, en las enseñanzas de Jesús en los Evangelios. Es decir, instruir bien acerca del misterio del hombre iluminado a la luz del Misterio de Cristo y que se nos ha dado en la revelación. Si no hablamos, si no predicamos lo que ha de ocurrir al final de nuestras vidas y al final de los tiempos, los cristianos estarán a la expectativa de otras filosofías y teorías para llenar los huecos que no le han sido debidamente enseñados.


e.- La Psicología Trascendente


Este es uno de los pilares más sólidos de la Nueva Era y quizá el que la reviste del mayor halo de modernidad. La psicología trascendente o transpersonal, intenta hacer desaparecer la dualidad: "yo - mundo", saltando por encima de la mente para alcanzar las esferas de la iluminación interior. El yo se va exaltando a medida que se va van alcanzando niveles de conciencia más altos y al mismo tiempo se hace desaparecer al yo cuando se le hunde en la olla de la gran conciencia cósmica, de la que el yo no será ya más que una pequeña porción. Esto tendrá lugar de una manera plena en el instante en que la Era de Piscis dé paso a la Era Acuario.

Medard Kelh comenta este fenómeno de la siguiente manera:

"Según Nueva Era hay un inconsciente colectivo presente en todos los hombres. Es como un depósito de la experiencia de la humanidad desde sus orígenes: imágenes, representaciones, experiencias, modos de pensar. Normalmente, estos materiales no son conscientes, pero se accede a ellos, por lo menos parcialmente, en ciertos sueños, cuentos de hadas, leyendas míticas.

La psicología transpersonal es un paso más sobre la "psicología humanística", llamada también "Movimiento para el Desarrolllo del potencial humano", la cual se concentra principalmente en el desarrollo de la personalidad y en la autorrealización; en cambio, la psicología transpersonal realza como elemento esencial de la autorrealización las llamadas "necesidades trascendentales del hombre", la cual tiene su centro más en el cosmos que en las necesidades e intereses humanos, y que va más allá de la humanidad, la autorrealización y otras necesidades parecidas. Esta psicología puede desarrollarse hasta constituir una filosofía de la vida, es decir, el "sustituto de la religión" ... Este nuevo compromiso religioso se manifiesta, por ejemplo, en experiencias místicas, en vivencias de la trascendencia, éxtasis, meditación, vivencias parapsicológicas, etc, por medio de las cuales tenemos acceso a aquellos fenómenos que trascienden nuestra realidad espacial temporal, cognoscible por los sentidos y por la racionalidad científica. De ahí el nombre de "psicología trascendental". 30

F. Capra describe estas experiencias de la "psicología transpersonal" diciendo:

"Las experiencias transpersonales implican una expansión de la conciencia más allá de los límites convencionales del organismo y, correspondientemente, un sentido de identidad más amplio. El nivel transpersonal es el nivel del inconsciente colectivo y de los fenómenos con él relacionados como los describe la psicología junguiana. Es un tipo de conciencia en la que el individuo se siente vinculado a la totalidad del cosmos y por ello puede identificarse con el concepto tradicional del espíritu humano. Esta forma de conciencia suele escapar del razonamiento lógico y el análisis intelectual, acercándose a una experiencia mística directa de la realidad.

Al final del espectro de la conciencia, las capas transpersonales se funden en el nivel del espíritu ... Es el nivel de la conciencia cósmica, en el que uno se identifica con todo el universo. En todos los niveles transpersonales se puede "percibir" la realidad esencial, pero sólo en el nivel del espíritu "se vuelve" uno esta realidad. A este nivel, la conciencia corresponde al verdadero estado místico, en el que todos los límites y dualismos han sido superados y la individualidad se disuelve en la unidad universal y única. El nivel del espíritu ha sido el punto de mayor interés para las tradiciones espirituales o místicas tanto en Oriente como en Occidente, Pese a que muchas de estas tradiciones conocen perfectamente los otros niveles y muchas veces los han descrito con gran abundancia de detalles, siempre han puesto de relieve que las identidades relacionadas con estos niveles de conciencia son ilusorias, a excepción del último nivel del espíritu, donde uno se encuentra su propia identidad suprema". 3
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Este modo de pensar de F. Capra facilitaría algunas experiencias que preocupan a un gran número de nuestros contemporáneos: el poder revivir el hecho del propio nacimiento, o, por el contrario, situarse en las fronteras de la vida y de la muerte. Traspasar los umbrales de la muerte para volver nuevamente a la vida, eso son los llamados "viajes a las puertas de la muerte", 32, o la toma de contacto con las cosas y los seres del más allá, mediante determinados "mediums", para dialogar tranquilamente y a la "carta" con el mundo de los espíritus. 33 Mediante las vías de la psicología trascendental, se llegaría al encuentro del "sí mismo", el cual estaría "muy cerca de Dios, si no es Dios mismo". Si fuera así, dice el cardenal Danneels, podríamos descender a los más profundo de nosotros mismos y encontrar a Dios: El estaría en nosotros. Ahora bien, esto puede ser comprendido de dos maneras. Una Dios vive en nosotros, pero es distinto de nosotros, es nuestro Creador y Señor. Esto es perfectamente cristiano, (en el cristianismo decimos que Dios está presente en nosotros por esencia, presencia y potencia). Otra manera (tal y como lo entiende la filosofía de Nueva Era): Dios es lo más profundo de nosotros mismos. No es distinto de nosotros: nosotros somos Dios. Esto es una herejia, no es cristiano y es puro panteismo.


f.- Sincretismo


Sincretismo es una palabra que significa: "Sistema filosófico o religioso que tiende a fundir varias doctrinas diferentes, creando una nueva teoría filosófica". Esta es la cara y cruz del movimiento de Nueva Era y de su filosofía. Es a la vez su gran atractivo y su punto flaco. Resulta sumamente gratificante comer de todas las mesas, picar en todos los platos, fundirse en todas las religiones, bañarse en la piscina o en el océano de todas las creencias, tocar todos los temas: ecología, espiritualidad, medicinas alternativas, terapias de todos los géneros, viajes astrales, contactos con el más allá, viajar hasta las regiones más alejadas de la propia conciencia, la que desemboca en la montaña de la totalidad y todo ello se identifica con Dios, y yo también soy Dios. Pasar de la fe mal formada (fe del carbonero) a la visualización creadora, de la religión a la espiritualidad, del trinomio infierno - purgatorio - paraíso a la reencarnación de las almas hasta desembocar en un mismo viaje en el "nirvana", pasar de lo humilde al "mantra", de la sumisión a la voluntad de Dios a ser el mismo Dios. Dejar atrás todo lo que suponga dogma, autoridad, reverencia a libros sagrados, prescindir de toda mediación material y humana y darse cuenta de que uno no necesita de nadie que nos revele nada, pues somos nosotros mismos los que, al identificarnos con el Todo, tenemos en nuestro campo las fuentes de la Verdad y de la Vida. Este es el gran atractivo y la gran mentira de la filosofía sincretista, pues todo lo que promete la filosofía sincretista de Nueva Era es mera especulación y sugestión filosófico-mística sin ningún fundamento con la realidad.



Referencias


24 J. Ruppert, "Ne Age", Wiesbaden, Germany, 1985, Pag. 18.
25 M Kelh, Op. Cit. Pag. 18
26 G. Danneels, Op. Cit. Pag. 303. M. Kelh, Op. Cit. Pags: 39-40.
27 G. Danneels, Op. Cit. Pag. 303.
28 F. Capra, "El Punto crucial. Ciencia, Sociedad y Cultura nacientes". Barcelona, 1985, Pag. 37.
29 M. Kelh, Op. Cit. Pag. 60.
30 M. Kelh. Op. Cit. Pags: 51-52.
31 F. Capra. Op. Cit. Pag 437.
32 Raymond : Moody, "Vida después de la vida". Edit. Edaf. Madrid. 1977
33 F. Caudet, "Conozca el espiritismo", Hospitalet, 1989.

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Para leer la 1º Parte:
Sectas de origen científico: Nueva Era - 1º Parte


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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.



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