Las Sectas
en
Latinoamérica
Una vez que hemos expuesto algunas de las sectas protestantes y de los NMR nos toca sacar alguna conclusión práctica.
Al comienzo de la exposición veíamos el problema de las Sectas y de los NMR como una amenaza o como un desafío. Las dos perspectivas son reales, y se pueden afrontar con lucidez y valentía.
Amenaza, porque realmente están amenazando la integridad de la fe cristiana de tantos hermanos nuestros católicos, (8.000 fieles católico que diariamente se pasan a las filas de las sectas o de los NMR), que por falta de preparación o de atención o de vivencia auténtica cristiana abandonan su fe católica y se pasan a las sectas.
Desafío, porque en Latinoamérica, hace 50 o 60 años en la Iglesia Católica, se vivía la fe católica con paz y no había una amenaza seria en la vida doctrinal de los fieles católicos; ahora tenemos un gran reto con las sectas y los NMR. Desafío que no nos debe de llevar ni a apresurarnos incontroladamente en una actividad pastoral apresurada, o a la defensiva, ni tampoco dejar pasar el tiempo sin hacer nada por mejorar la actual situación. Es preciso tomar conciencia de la gravedad del problema y ver las posibles soluciones correctas.
Acerca de las Sectas protestantes, propiamente hablando, tenemos que tomar conciencia del problema real y saber instruir, guiar y formar más profundamente al pueblo de Dios en su fe cristiana y a la vez debemos de saber qué son las sectas, quién la ha fundado, cuáles fueron sus orígenes, cuál es su doctrina, su visión de Dios, de Cristo, del hombre, etc. Una vez que tomemos en serio el problema de las sectas protestantes y de los NMR, y sabiendo bien quienes son y cómo trabajan, estaremos capacitados para poder orientar al pueblo de Dios y ver cómo nos defendemos de su proselitismo y frenamos su expansión.
Con los NMR es necesario discernir los diversos niveles de religiosidad verdadera y auténtica de este tipo de movimientos. Las sectas pseudocristianas, habrá que desenmascarar sus falsos planteamientos (Niños de Dios, Moonitas); con las sectas orientales, (Hare Krihsna, Mahikari) habrá que conocer bien sus doctrinas y sus prácticas religiosas, para prevenir posibles engaños y que no se dé el posible cambio. En los NMR como, Nueva Era y Gnósticos etc., todo ese mundo esotérico, sincretista, misterioso, ocultista etc., hay que conocer bien sus doctrinas para descubrir sus falsas filosofías. Con la masonería, rosacruces, espiritistas, teósofos, etc., habrá que estar alerta cuando dicen, con sentido proselitista, que es posible ser católico y masón, católico y rosacruz, católico y espiritista, y teósofo. No es cierto, si una persona es católica y quiere pertenecer a algunos de los movimientos o asociaciones antes mencionadas se acaba abandonando la fe cristiana y se pone en peligro la fe cristiana y por lo tanto su salvación eterna. A lo largo de esta exposición ya ha quedado claro cuál es la postura de la Iglesia Católica.
A toda esta amplia problemática de las sectas protestantes y de los NMR hay que responder con preparación, lucidez, con estudio serio y prepararnos con profundidad y saber afrontar la nueva evangelización como nos lo pide el papa J. Pablo II, en la XIX Asamblea del CELAM celebrada en 1983 en Haití, cuando propuso para el continente de AL una NUEVA EVANGELIZACION, nueva en su ardor, nueva en sus métodos, nueva en su expresión. Es a partir de estas directrices orientadoras del Papa J. Pablo II desde donde tenemos que responder al problema de las Sectas y de los NMR.
Nueva Evangelización: es la respuesta de la Iglesia Católica a la realidad pastoral, a la situación religiosa y social de Latinoamérica, y uno de los problemas más graves, entre otros, es este de las Sectas y los NMR.
Nueva en su ardor: con nuevo celo apostólico, hay que retomar como tarea principal recuperar el sentido de evangelizar las culturas, el mundo del trabajo, la familia, la cultura, denunciar las situaciones de injusticia, etc. Requiere tener un sentido más amplio de nuestra Misión apostólica en el medio ambiente en que vivimos. Parroquias, Movimientos o Grupos apostólicos, la educación en colegios católicos, la pastoral social, las Universidades, etc. Todo ello con un nuevo ardor apostólico y con deseos sinceros de dar a conocer a todos los hombres el misterio de Dios manifestado en Cristo.
Nueva en sus métodos: Hay que retomar el celo apostólico con nuevos métodos de evangelizar. Como tarea principal y urgente tenemos que volver a la Catequesis bien planificada y que llegue a los diversos niveles de la vida cristiana, es decir a la enseñanza básica de nuestra fe católica. El Catecismo para aprender qué es lo que creemos (Credo), cómo lo practicamos (moral y costumbres), cómo lo oramos (Oración, piedad, devoción), como lo celebramos (Liturgia y Sacramentos), cómo lo vivimos (caridad fraterna).
En esta área de nuevos métodos podemos incluir la enseñanza de los grandes acontecimientos de la Historia de la Salvación. La Creación, El pecado Original, Abraham, el padre en la fe, Isaac y las doce tribus de Israel, la estancia opresora en Egipto, Moisés y el Éxodo, la conquista de la tierra prometida, David, y por fin, Jesucristo el Mesías de Dios, el Revelador del Misterio de Dios Padre; el Redentor, cómo realizó la redención, la Iglesia como sacramento de salvación y continuadora de la obra de Cristo, la Escatología, donde se explica el sentido final y último de toda la creación y de la redención.
También tenemos que impartir cursos sencillos pero bien llevados sobre estudios de la Biblia, a la luz de la revelación la Tradición y el Magisterio de la Iglesia para evitar lecturas e interpretaciones subjetivas y erróneas de la Biblia. Cursos de Introducción a la Biblia: qué es inspiración, la canonicidad de los libros revelados, géneros literarios, la hermenéutica, la exégesis, etc. Todo ello para que haya una comprensión e intelección de la Biblia como libro de la revelación que nos da a conocer el Misterio de Dios, manifestado en Cristo y que continúa en su Iglesia.
Hay que impartir cursos de Dios Uno y Trino, Dios creador, Cristología, quién es la persona de Cristo, Soteriología: cómo realizó su misión salvífica, sobre todo a la luz del Misterio Pascual, Eclesiología, Escatología, Cursos de Liturgia y Sacramentos. Cursos de Pastoral y vocación misionera de la Iglesia, etc. En la dimensión con la realidad social, debemos impartir Cursos de Doctrina Social de la Iglesia para orientar al laicado en su misión de evangelizar las realidades terrenas a la luz de la fe y de la vivencia cristiana.
Nueva en su expresión: Aquí entra toda la capacidad educadora y mistérica de la Liturgia, enseñar cómo a través de todo el Año Litúrgico tenemos la oportunidad de poder educar al pueblo de Dios en la vida cristiana en el seguimiento de Cristo. Por medio de la liturgia poder canalizar toda esa fe y piedad devota del pueblo de Dios: la religiosidad popular manifestada con sencillez y alegría de nuestro pueblo en procesiones, fiestas patronales, etc., saberlas canalizar para mayor gloria de Dios.
Esta nueva expresión también debe de darse en nuevas formas de vida fraterna en las parroquias, grupos apostólicos, obras educativas, obras sociales, culturales, cofradías, etc. Que la gente sencilla se sienta acogida, comprendida, estimada en la iglesia con sus sanas costumbres y saberlas llevar a una mayor profundización, respetando su idiosincrasia. Que todos los grupos sociales sientan que en la Iglesia hay un lugar para ellos. A nivel de vida social cristiana, denunciar las injusticias y abusos que se puedan en cualquier aspecto de la vida. Así seremos luz que brilla en las tinieblas.
Finalmente: La Iglesia Católica, siguiendo los Documentos de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Santo Domingo, debe de predicar y presentar a Jesucristo como Evangelio del Padre, vivir a Jesucristo como Evangelizador viviente en su Iglesia, y finalmente dar a conocer a Jesucristo como Vida y Esperanza de América Latina. La Iglesia Católica debe dar a conocer al mundo la verdad sobre el Misterio de Dios, la verdad sobre el Misterio de Cristo, la verdad sobre el Misterio de la Iglesia, como luz de las naciones, y la verdad sobre el Misterio del hombre, creado, en Cristo, a imagen y semejanza de Dios. Así cumplimos con la voluntad de Dios en su Hijo Jesucristo y esperamos su Segunda Venida para gozar eternamente de su gloria.
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Agradecemos al P. Ignacio Garro S.J. por su colaboración.
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