P. Fernando Martínez Galdeano, jesuita
La "misión” consiste radical y esencialmente en el envío para cumplir el designio divino de salvación en medio de los hombres: “Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para ésto he venido" (Mc 1,38); “¿Con qué derecho me acusáis de blasfemia a mí, que he sido elegido por el Padre para ser enviado al mundo... ?” (Jn 10,36); “Y la vida eterna consiste en ésto: en que te conozcan a tí como único Dios verdadero, ya Jesucristo como tu enviado” (Jn 17,3).
Y su misión en definitiva se prolonga en sus enviados: “Yo les he enviado al mundo, como tú me enviaste a mí” (Jn 17,18); “Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros. Sopló sobre ellos y les dijo: — Recibid el Espíritu Santo" (Jn 20,21-22). La misión se realiza, por tanto, con la luz y la potencia del Espíritu vivificante: “Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, y que yo os enviaré de junto al Padre, él dará testimonio de mí” (Jn 15,26).
Agradecemos al P. Fernando Martínez SJ por su colaboración.
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