Intención del Papa Francisco para el mes de Enero: Promoción de la paz en el mundo



P. José Enrique Rodríguez, jesuita.
Párroco de San Pedro, Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús
Lima - Perú.

Evangelización: Promoción de la paz en el mundo.
«Oremos para que los cristianos, los que siguen otras religiones y las personas de bien promuevan la paz y la justicia en el mundo.»

El 1 de enero, en la 53ª Jornada Mundial de la Paz, el Papa nos recuerda que la paz es un bien al que aspira toda la humanidad. La esperanza nos lleva hacia ella, pero las guerras y conflictos son trabas que afectan a los más débiles y pobres. En realidad son fratricidios que destruyen el proyecto más profundo de la familia humana. El egoísmo y la soberbia llevan desde la intolerancia a la diversidad del otro, al deseo de posesión y la voluntad de dominio. Desde ahí se pasa a la imagen negativa del distinto, su exclusión y eliminación.

Lo que ocurre en el terreno personal, se proyecta en los pueblos y la relación entre ellos. “La paz y la estabilidad internacional son incompatibles con todo intento de fundarse sobre el miedo a la mutua destrucción o sobre una   amenaza   de  aniquilación  total;  sólo  es  posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana de hoy y de mañana”. 

“Debemos buscar una verdadera fraternidad, que esté basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto”. Los bombardeos atómicos en agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki y los sobrevivientes de ellos deben traer a la memoria el horror que lleve a la generación de horizontes de esperanza en los individuos y las comunidades.
El Papa Francisco afirma que, “abrir y trazar un camino  de  paz es un desafío muy complejo, en cuanto los intereses que están en juego en las relaciones entre personas, comunidades y naciones son múltiples y contradictorios”. Por eso hace un llamado “a la conciencia moral y a la voluntad personal y política”. La paz, afirma, brota de las profundidades del corazón humano y la voluntad política siempre necesita revitalización, para abrir nuevos procesos que reconcilien y unan a las personas y las comunidades. “El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”. 

No se puede realmente alcanzar la paz si no hay un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes, por la escucha mutua y el diálogo hasta reconocer en el enemigo el rostro de un hermano. El proceso de paz es, pues,  compromiso en el tiempo, trabajo paciente, búsqueda de la verdad y la justicia, honra a la memoria de las víctimas que se abre a una esperanza común más fuerte que la venganza.

“La cultura del encuentro entre hermanos y hermanas rompe con la cultura de la amenaza. Hace que cada encuentro sea una posibilidad y un don del generoso amor de Dios. Nos guía a ir más allá de los límites de nuestros estrechos horizontes, a aspirar siempre a vivir la fraternidad universal, como hijos del único Padre celestial”.


RECURSOS EN LA RED
Cada Primer Viernes en Youtube: “El video del Papa”.
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APOSTOLADO DE LA ORACION – PERÚ
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Agradecemos al P. José Enrique Rodríguez por su colaboración.



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