Por el P. Ignacio Garro, S.J.
SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE AREQUIPA
1.3. QUIÉN ES DIOS (QUID SIT): LA ESENCIA METAFÍSICA DE DIOS
A. EL ENTENDIMIENTO HUMANO Y SU CONOCIMIENTO DE LA ESENCIA DE DIOS
Una vez que hemos considerado la existencia de Dios, pasamos a estudiar su "esencia". El constitutivo metafísico de la esencia divina se expresa rectamente diciendo que consiste en la real identidad de la misma con su propia existencia, es decir, en que ella es el mismo existir subsistente; siendo esto mismo la razón de perfección infinita e ilimitada.
- Primeramente trataremos de la "esencia metafísica" de Dios, (Quid sit)
- En segundo lugar, trataremos de la "esencia física" de Dios y en concreto de los atributos entitativos de Dios, (Quomodo sit)
- En tercer lugar, trataremos de la "esencia física" de Dios en cuanto a los atributos divinos operativos, (Quomodo operetur)
El término “esencia” puede usarse principalmente de tres modos:
- Esencia en sentido obvio, designa aquello por lo que una realidad es lo que es, ejemplo, una piedra; o por lo que esa realidad queda constituida en un determinado grado del ser. Ahora bien, cuando una realidad se constituye en su grado del ser, cabe considerarla o bien independientemente de nuestro entendimiento, o bien en orden al entendimiento que concibe esa realidad con varias notas o predicados, realmente distintos entre sí.
- En el primer caso, la realidad se contempla físicamente y aquello no es otra cosa que su substancia, substancia de la cal dimanan los accidentes realmente distintos de ella. La esencia, así considerada, se llama “física”, la cual, en cuanto que es principio de operación, se denomina “naturaleza”.
- En el segundo caso, se dice que la realidad es considerada “metafísicamente”. Acerca de esto hay que hacer notar que la inteligencia humana no puede agotar con una sola mirada todo lo que se puede conocer de esa realidad ; y, por eso, la concibe con varias notas realmente distintas. De estas notas, unas son necesarias y otras contingentes a la realidad. Entra las necesarias, unas suponen a otras, y así conviene llegar a ciertas notas primarias, que no suponen a otras y por las que la realidad se constituye, ante todo, en su determinado grado de ser. Pues bien, estas notas primeras se llaman la “esencia metafísica” de la realidad, y las otras, que proceden de esta esencia, se llaman “propiedades” de la realidad.
Según eso, la esencia metafísica de una realidad es aquello con lo que, en nuestro modo de entender las cosas, la realidad se constituye ante todo en su ser, se distingue fundamentalmente de toda otra realidad y de lo que todo lo demás, que necesariamente se halla en la realidad, procede como de su razón última. En las realidades creadas, la esencia metafísica se expresa por el género inmediato y por la especie, por ejemplo: la esencia metafísica del hombre es el género "animal", diferenciado por la especie "racional".
Si nos referimos a Dios, hay que afirmar que es un Ser simplicísimo, en el que no cabe la distinción entre género y especie y en el que no se da composición de substancia y accidentes. Esto, quiere decir que, cuando hablamos de esencia metafísica o física en Dios, sólo es por una cierta analogía con las criaturas. Así, la "esencia física" de Dios será su substancia y el conjunto de todas las perfecciones, que se identifican entre sí con la esencia divina. En cuanto a la "esencia metafísica" de Dios, aunque, como ya hemos dicho, en Dios no se da composición de género y especie, nosotros lo concebimos mediante ideas, algunas de las cuales puedan entenderse a modo de "género" y "especie".
En efecto, según el modo de proceder que tiene nuestro entendimiento, nos podemos formar de Dios un concepto en el que puedan distinguirse dos notas. Una de ellas, actuaría a manera de "género" por ser en lo que Dios coincide analógicamente con las criaturas, y la otra a modo de "especie" al representar la diferencia que lo distinguiría de toda criatura.
a. Conocimiento natural de la esencia de Dios en esta vida
Lo primero que tenemos que decir es que la esencia de Dios es "incomprensible" para todo entendimiento creado. Esta primera afirmación es una verdad de fe divina y católica y está definida en el IV Concilio de Letrán y también en el Conc. Vat. I., que llaman "incomprensible" a Dios, apoyándose en la cita de Rom 11,33, que dice: "Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos".
El conocimiento natural de la esencia de Dios en esta vida es "mediato", "abstractivo" y "analógico".
b. Conocimiento sobrenatural de la esencia de Dios en esta vida mediante la fe
El conocimiento "natural" de la esencia divina se diferencia del conocimiento "sobrenatural" de esa misma esencia mediante "la fe" por las siguientes razones:
- Por el principio de conocimiento que en un caso es la simple inteligencia, (conocimiento natural) y en el otro es la inteligencia iluminada por la fe (conocimiento sobrenatural).
- Por el medio del conocimiento que es respectivamente la argumentación a partir de las cosas creadas y la revelación sobrenatural.
- Por el objeto formal que es, según los casos, Dios conocido a través de la creación o a través de la revelación sobrenatural, como un Dios Uno y Trino.
Establecidas estas diferencias, se puede afirmar que el conocimiento "sobrenatural" de la esencia divina en esta vida mediante la fe es a modo de anticipación de la "visión de Dios" (visio beatifica) en la otra vida. Así se podría establecer esta proposición: el conocimiento de Dios por la fe (lumen fidei) es al conocimiento intuitivo de Dios (lumen gloriae), como la vida de gracia aquí es a la vida bienaventurada en el cielo.
B. LA ESENCIA METAFÍSICA DE DIOS: SENTENCIAS
Al comienzo de esta sección cuando nos preguntábamos "quién es Dios" (Quid sit), en la que tratamos de la "esencia metafísica" de Dios, ya ofrecimos las nociones de la esencia física y metafísica. Bástenos aquí recordar que la esencia física de Dios es su substancia y el conjunto de todas sus perfecciones, que se identifican entre sí y con la substancia divina. La esencia "metafísica" es, según nuestro modo analógico de pensar, la conjunción de una nota divina que concebimos a modo de "género", por ser común con los demás seres, y de otra nota divina concebida a modo de "especie", por constituir la razón última y profunda del ser divino y que lo distingue de todos los demás seres, siendo también a modo de raíz de todas las demás perfecciones divinas.
1. Sentencias
- Nominalistas: Ponían la esencia metafísica de Dios en el cúmulo de perfecciones divinas. Esta opinión es inadmisible porque el cúmulo de todas las perfecciones divinas no es elemento específico diferencial y no puede ser la raíz y razón última de las perfecciones mismas que hay en Dios.
- Escotistas: Tomaron como específico y constitutivo de la esencia metafísica de Dios la infinitud radical, es decir, la exigencia de toda perfección en grado infinito. Tampoco esta teoría explica cuál es la razón ultima de esa infinitud.
- Mayoría de teólogos: Ponen el elemento específico de la esencia metafísica de Dios en que su Ser es "subsistente", es decir, “IPSUM ESSE SUBSISTENS”, el ser subsistente en sí mismo. Mientras que las criaturas son seres por “participación”, que reciben su ser de otro ser, Dios tiene el ser de Sí y por Sí mismo. El es el Ser absoluto que subsiste por sí mismo, ya que su esencia y existencia coinciden en El. El concepto de ser subsistente o absoluto excluye tanto al no-ser, como a la mera posibilidad de ser, y, en consecuencia, Dios, que es ese Ser absoluto, es el ser real purísimo sin mezcla alguna de potencialidad.
2. Sagrada Escritura
En Exodo 3,13: " Dijo Dios a Moisés "Yo soy el que soy", (en hebreo YHVH). Cuando Moisés le preguntó qué nombre tenía Dios, Dios le respondió: "El que soy", es decir, el que tiene en sí mismo la razón de existir, o Ser Subsistente en Sí mismo. Esto hace pensar que la denominación de "SER" es lo que mejor describe la existencia de Dios por Dios mismo. Este texto de la Sagrada escritura nos muestra a Dios como el Ser por antonomasia, Aquel cuya esencia es el SER.
Santo Tomás: En la Suma Teológica (1 q. 13, a. 11) enseña que el nombre de "el que es", resulta el más apropiado para Dios. Porque significa el SER de DIOS, que es su esencia; porque en su universalidad es apto para designar lo insondable de su esencia; y por expresarse en presente, toda vez que el Ser de Dios sólo conoce el presente, no el pretérito, ni el futuro.
Por otra parte, el "ser" en cuanto "subsistente" (IPSUM ESSE SUBSISTENS), reúne todas las condiciones para expresar la esencia metafísica de Dios.
- En primer lugar, ese concepto no designa un mero modo de ser, sino la perfección que analógicamente corresponde, ante todo, a Dios y que es el núcleo de su esencia.
- El ser subsistente es lo que diferencia específicamente a Dios de los demás seres, que "tienen" ser, pero "no son" el ser. Y el ser subsistente y absoluto de Dios (IPSUM ESSE SUBSISTENS) tiene toda su realidad objetiva independientemente del entendimiento humano.
- El ser subsistente es así mismo la raíz de la que derivan todas las demás perfecciones y atributos divinos, pues, como afirma Sto. Tomás, no puede faltar ninguna perfección en el ser de Dios que es el SER SUBSISTENTE EN SI MISMO.
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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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