ESPECIAL: PUERTA DE LA MISERICORDIA





A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío en ti confío. 
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud.
Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. 

(Salmo 25,1-2.6-7).





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