Bautistas - 2º Parte: Teología y Sacramentos



Las Sectas en

Latinoamérica

24º Parte


P. Ignacio Garro, S.J.


Profesor del Seminario Arquidiocesano de Arequipa, ex profesor del Seminario de Trujillo.


2º Parte.



4.- PRINCIPIOS FUNDAMENTALES TEOLOGICOS



Cuando se pretende colocar a los bautistas en el marco general de la teología protestante, surgen serias dificultades. Lo primero es por el número tan amplio de sus iglesias, lo segundo es su principio de que es antiescriturístico fundar la unidad doctrinal de un sistema teológico sirviéndose de "credos elaborados por manos humanas". Sin embargo, ellos mismos tienen el Examen de sus Fórmulas de Fe de Londres (1644. 1677). La Confesión de Hampshire (1833), adoptadas como doctrinas oficial por los bautistas pariculadores,o conservadores. Estos pertenecen a la escuela calvinista. En su tipo de organización eclesiástica son congregacionalistas. Hay que añadir que los bautistas, más que cualquier otro grupo de secta protestante, ha cundido desde finales del siglo pasado una ruptura definitiva con la escuela bautista liberal, de tipo racionalista, en contra de su corriente más fundamentalista y literalista en la interpretación de la Biblia.

Teniendo en cuenta estos datos pasemos a dar unas breves indicaciones sobre los principios básicos de la teología bautista:

1.- Dominio absoluto de Jesucristo que ha revelado su voluntad en la Biblia
2.- Soberanía y libertad plenas del alma humana, dirigida inmediatamente por Dios en todo lo relativo a su vida religiosa.


Siguiendo el más puro estilo protestante, los bautistas se glorían de ser "los hombres de un solo libro": La Biblia. Y dicen:

"La Bblia, es la divina revelación dada por Dios a los hombres, la guía completa e infalible de autoridad en materias de fe y de religíón. Cuanto ella enseña debe ser creído, cuanto ella manda debe de ser obedecido, cuanto ella recomienda debe de ser aceptado como bueno y provechoso, cuanto en sus páginas se condena, debe de ser evitado como malo y peligroso. Por el contrario, nada que no conste en la Biblia puede imponerse en las conciencias como obligatorio bajo el punto de vista religioso" .111

Los bautistas han llevado a extremos insospechados las consecuencias de esta afirmación, rechazando como inaceptable toda formulación de fe que no se base en la palabra revelada de la Biblia. Algo semejante ocurre en lo relativo al principio de la plena libertad individual. En sus escritos se hacen continuamente grandes elogios de esta independencia personal en materias religiosas:

"Los bautistas creemos que toda alma tiene derecho de allegarse a Dios como le plazca. Dios no hace distinción de personas. Por eso negamos a cualqier papa, sacerdote, santo, virgen, institución eclesiástica o cualquiera otra cosa en el cielo o en la tierra que impida el derecho de comunicación del alma con Dios, su Creador. Sólo hay "un mediador entre Dios y los hombres Jesucristo". 112

"Todos los hombres tienen derecho a creer, practicar y enseñar públicamente las opiniones religiosas que les plazca, con tal que no sean contrarias a la moralidad común ni hagan injusticia a los demás". 113

"Hablando estrictamente, dice un bautista liberal, no puede haber herejía en nuestra iglesia puesto que no puede haber ningún credo que suscribir; no hay entre nosotros credos porque, al contrario de lo que ocurre en el híbrido eclesiasticismo de otras denominaciones protestantes, los bautistas se aferran al derecho de la libertad de conciencia, del juicio privado, y de la libre expresión". 114

Y sin embargo, en la experiencia práctica de la vida vemos que estos criterios son muy fáciles de decir, teóricamente hablando, pero en la realidad lleva al mayor subjetivismo y error que uno pueda imaginar, crea una verdadera anarquía doctrinal. Esto lleva a un individualismo enorme y ha arrastrado a una espantosa fragmentación de sus iglesias, provocando la continua separación y división. Si el criterio teológico y doctrinal que ellos manejan fuera auténticamente evangélico debería propiciar la unión entre ellos y entre todos los cristianos, y sin embargo, no es así.

Para los bautistas la única fuente de autoridad es la Biblia. Ponen especial énfasis en el Nuevo Testamento. Así, para ellos, la autoridad suprema y final es Jesucristo el Salvador y Señor de la vida. Y dicen:

"Creemos que la Biblia es la autoridad escrita para guiarnos en conocer la voluntad de Dios, y en saber y creer y cómo portarnos. Vemos en el Nuevo Testamento la fuente para nuestras creencias en cuanto a la doctrina, la Biblia es la base para reunirnos con otros cristianos y buscar la norma de cooperación. Si otros grupos aceptan otras fuentes de autoridad, entonces no hay base para la unión". 115

Es verdad que este principio sólo es aplicable a la autoridad de Cristo en las Sagradas Escrituras. Pero no hemos de olvidar que, en muchos casos, es la iglesia bautista particular la que señala a sus seguidores las normas concretas de interpretación de las Escrituras. Así pues, los bautistas critican que la Iglesia Católica tenga autoridad alguna para dar pautas para la lectura e interpretación de las Escrituras, y a su vez las iglesias bautistas, cada una de ellas como iglesia particular, orientan a sus fieles y dan normas de cómo leer e interpretar la Sagrada Escritura. Nos hallamos, a fin de cuentas, con una nueva autoridad, la de la iglesia particular bautista, que nos enseña y dirige con normas concretas cómo leer la Sagrada Esritura. Con lo cual caen en una gran contradicción, niegan la autoridad apostólica de la Iglesia Católica para sustituirla por la de ellos.



5.- SACRAMENTOS



¿Qué piensan los bautistas acerca del Bautismo? Para los bautistas el bautismo es simplemente una "ordenanza" de Cristo. Sólo tiene validez el bautismo de adultos y según el rito de inmersión (es decir, cuando el fiel sumerge todo su cuerpo en el agua). Ellos alegan que así fue el bautismo de Cristo en el Jordán, 116 Mt 3, 16. O el bautismo del etíope bautizado en el río por el Apóstol Felipe, Hech 8, 26-40. Los bautistas realizan el rito del bautismo por inmersión sólo a los adultos, a aquellos que han llegado a la madurez de hacer una profesión de fe personal y tras una etapa de conversión.

Rechazan el bautismo de los niños, pues dicen que es una "especie de bautismo mágico" que practica la Iglesia Católica. Sin embargo, teniendo en cuenta el instinto tan arraigado en las comunidades cristianas de celebrar y proteger a cualquier niño recién nacido, muchos bautistas, en la actualidad, tiene ahora sus servicios de consagración a los niños. Así expresan el compromiso de los padres y de la comunidad ceryente de asegurar a los niños una formación cristiana y para que a su debido tiempo y maduramente pidan ser bautizados por inmersión. n general, existe un consenso entre las iglesias bautistas acerca de la forma del ritual del bautismo y de celebrarlo por inmersión para sólo adultos. Pero las interpretaciones que hacen del significado del bautismo son muy variadas. Por ejemplo, hay quienes ven en el bautismo una respuesta del hombre a la invitación salvífica de Dios. Es por lo tanto, un acto del hombre no una acción salvífica de Dios. Ellos dicen que la acción salvífica ya vino en Jesucristo. Ahora Dios nos ha dado en Cristo su palabra viva y la promesa de una vida nueva. Dicen, el bautismo es un acto de una aceptación de un adulto en la fe. Así como el matrimonio es una confirmación pública de un amor ya existente y aceptado entre dos personas, así el bautismo es un testimonio externo de una realidad interior. Para ellos, el bautismo no crea una realidad salvífica, sino que simplemente la confiesa públicamente. Este punto de vista para los católicos no es aceptable. Dios nos ha ofrecido la salvación del pecado y una vida nueva en Cristo. Y este mérito de Cristo está depositado en su Iglesia y se le concede a aquel que acepta en la fe a Cristo, con el bautismo Dios nos quita el pecado original, nos hace hijos de Dios, hermanos en Cristo, partícipes de su naturaleza divina, y herederos del cielo. El Bautismo, como toda gracia es ofrecida por Dios a los hombres en el ámbito de la Iglesia y por medio de los siete sacramentos. Así los méritos objetivos que Cristo obtuvo en su muerte y resurrección se aplican subjetivamente en cada nuevo bautizado. Esta es la doctrina católica.

La Cena del Señor, otro sacramento que los bautistas difieren seriamente con los católicos es el de la Cena del Señor, también llamado por nosotros Eucaristía. La Cena del Señor es el término que se utiliza entre los bautistas para referirse a la "ordenanza" que se observa cuando se recuerda el cuerpo quebrantado y la sangre derramada de nuestro Señor. Los bautistas suelen observar la Cena del Señor durante un culto regular en la iglesia local. Cristo encargó a las iglesias la responsabilidad de reunirse entre los cristianos y participar en la Cena como un modo de recordar su sufrimiento y su muerte por los hombres. Es necesario tener la unidad doctrinal y espiritual para poder participar en la cena del Señor, a fin de que tenga significado entre los cristianos. De aquí, ellos deducen que cualquier cristiano de otra iglesia o secta que piensen de diversa manera que ellos no pueden paticipar en la Cena del Señor de los bautistas. Como se ve para los bautistas los elementos de la Cena del Señor son meramente simbólicos y de recuerdo. No hay verdadero sacramento de transubstanciación del pan en su Cuerpo y del vino en su Sangre, como fue en realidad en el día de Jueves Santo y lo es cada vez que se realiza la Santa Misa y así lo enseña la Iglesia Católica.

La Iglesia de Cristo, en ningún campo doctrinal aparecen los bautistas tan radicales como en su concepción de qué cosa es la Iglesia de Cristo. Su concepción de qué es la Iglesia difiere de las restantes iglesias protestantes, no sólo por su estructura y funcionamiento externo sino por la concepción misma de lo que es el Cuerpo Místico de Cristo en la tierra. A juzgar por sus escritos, se diría que la Iglesia, tal y como ellos la conciben, es una institución meramente humana. A veces afirman, de manera alegórica, que Cristo es su cabeza y que vive en ella por medio de su Espíritu. Pero no se avanza más cuando se les presiona para que expliquen mejor sus definiciones y se contentan con decir que:

"no hay pruebas suficientes en el Nuevo Testamento para suponer que Cristo organizara formalmente su Iglesia, aunque se pueda decir que la creara". 117

Esta visión meramente naturalista de qué es la Iglesia de Cristo nos explica en parte el resto de su concepción eclesiológica. Muchos de sus autores reconocen, admitiendo la teoría calvinista, que existe una Iglesia invisible, formada por todos aquellos que tienen fe en Dios y han sido redimidos por Cristo. De ahí, que todo lo institucional y visible de la verdadera Iglesia: Orden Jerárquico, los diversos grados ministeriales: Obispo, Presbítero, Diácono, etc, aparezca a sus ojos como algo accidental y secundario. Ellos propugnan la ausencia de cualquier tipo de Jerarquía, y promueven la total libertad de sus fieles, la ausencia de Credos y Dogmas. Para completar estas teorías los bautistas tienen a mano un instrumento mágico y es la Biblia y la interpretación libre de sus textos. Y así cayendo en contradicción y descartando toda una tradición Apostólica confirmada por la Biblia misma (N.T. cartas de Pablo y Pedro) dando una interpretación ambigua llegan a la afirmación de que la única interpretación correcta conforme a las Sagradas Escrituras es la hallada por los bautistas. Escribe Mullins:

"La inmensa mayoría de las pasajes neotestamentarios usa la palabra Iglesia para indicar una congregación local, compuesta por personas que creen en Jesucristo y que se han juntado para fomentar la vida cristiana, mantener los mandatos y la disciplina y propagar el Evangelio. Jesucristo es el único Señor de la Iglesia. Esta existe para cumplir sus mandatos y no tiene sobre la tierra otra misión que cumplir. No debe formar ninguna clase de alianzas con el Estado... Su gobierno es democrático y autónomo. Cada iglesia es libre e independiente. Ninguna iglesia particular, ni grupo alguno de ellas, tiene autoridad alguna sobre las demás". 118

Los bautistas no tienen obispos ni inspectores oficiales. La iglesia, o congregación local "contrata o despide" al ministro, elige a sus propios oficiales (llamados dáconos y funcionarios) y posee y administra sus propiedades. Por eso los bautistas sostienen que la iglesia local es una "democracia independiente". Para ellos su modelo de vida eclesial, son las primeras iglesias cristianas como las describen Hechos y Pablo en 1Cor, Rom 2.

Para ellos esta autonomía que dan a las iglesias locales no impide que existan Convenciones y Asociaciones libres de iglesias bautistas que así lo determinan y así poder cooperar entre ellas en la propagación del evangelio. Las resoluciones de las Convenciones y Asociaciones no son sino meras recomendaciones no tienen carácter determinativo. Está fuera de su ámbito que, por cualquier medio, se obligue o intimide a cumplir esas recomendaciones. Por otra parte, la cooperación de cualquier iglesia con la Convención es libre y voluntaria, pero por otro lado, si no coopera una iglesia con las demás iglesias, es claro que limitará las posibilidades de la obra de coooperación en llevar el Evangelio a los perdidos. El no cooperar es pecado contra Dios porque El mandó evangelizar el mundo.

El gobierno de las iglesias, para comprender el concepto bautista de gobierno eclesiástico, conviene traer a la memoria las prerrogativas y limitaciones que atribuyen al gobierno de la iglesia. En sus escritos y publicaciones se alude constantemente al carácter "democrático" del gobierno de sus iglesias en oposición al carácter "autocrático" (que atribuyen a la Iglesia Católica), el carácter "episcopaliano" (que atribuyen principalmente a los ortodoxos griegos y anglicanos) y al "presbiterianismo", que funciona a base de pastores, ancianos y diáconos, sometidos al presbiterio, al Sínodo y a la Asamblea General. Ellos, por el contrario, dicen que su régimen eclesiástico es totalmente "popular", en el sentido de que se ha llegado a un igualitarismo casi perfecto en materia de oficiales eclesiásticos y a una participación muy activa del pueblo en todo lo que concierne a los asuntos religiosos de su iglesia.

Los historiadores bautistas insisten en que las palabras Obispos, Presbítero, Diácono, no significan órdenes diversos ministeriales (como dice la Iglesia Católica), sino que son sencillamente "oficios distintos" de personas de la misma categoria religosa y social. Por eso para ellos el pastor tiene una autoridad muy limitada: "no posee magisterio autoritativo, ni poder temporal o espiritual para imponer penas de cualquier género". Su influjo apostólico depende de se personalidad y de la maestría con que trate a sus fieles. Los diáconos se encargan del cuidado de los enfermos y de la administración de los bienes temporales.



Referencias:


111 Hicox, "The New Directory", Pág. 11.
112 "We Southern Baptist", Declarations: Págs: 17 y 18. Y Proposiciones nº IV y VI.
113 Hiscox, Op. Cit. Pág. 12.
114 Foster, "The Finality of the Christian Religion". Chicago, 1909, Pag, 18.
115 J. Giles, "Esto creemos", Pag. 28.
116 Por lo visto los bautistas, ignoran que el bautismo de Cristo en el Jordán, no es un bautismo de iniciación de vida religiosa, (de hecho Jesús no se bautizó para pertenecer a una religión nueva o porque dió un cambio de vida) sino que era un bautismo penitencial dentro del ritual judío, llamado "ablución mayor".
117 "Intercomunion", New York, 1951
118 Citado por, W. O. Carver en "The Baptist Concepction of the Church", New York, 1945, Pag. 71.




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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.

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1 comentario:

alr dijo...

No hay que olvidarnos de Dios, tal y como se plasma en éste blog tener mucha fe y seguir adelante.