3. INSTITUTOS Y CONGREGACIONES DEL SAGRADO CORAZÓN
3.2. La Primera Congregación o Esclavitud del Sagrado Corazón
A
mediados del siglo XVIII, cuando ya la devoción al Corazón Divino había tomado
algún incremento entre nosotros, se fundó en la Iglesia de San Francisco la
primera Congregación o Esclavitud consagrada a fomentar su culto. Se empezó por
dedicarle un altar y se escogió para ello la capilla de San Buenaventura. En el
año 1755 se emprendió la obra del nuevo retablo y, en el nicho principal se
colocó en 1756 una hermosa imagen del Corazón de Jesús que se tasó en unos
cinco mil pesos. La capilla se halla situada en la nave del evangelio y vino a
ser una de las más ricas y aseadas de este magnífico templo. Las reformas
llevadas a cabo en los primeros años del siglo pasado le arrebataron a la
capilla su antiguo esplendor y hoy el retablo sólo conserva del pasado el
frontal de mármol, labrado con gusto y en el cual se echan de ver en relieve,
en el centro, la imagen del Corazón Deífico y a los lados dos figuras de Santos
de la Orden una de las cuales nos parece que es el Doctor San Buenaventura.
El
día 1° de Julio de 1759 se verificó la canónica erección de la Esclavitud, como
aparece en las CONSTITUCIONES, que ese mismo año se imprimieron con aprobación
del Arzobispo D. Diego del Corro y ostentan una hermosa lámina grabada en cobre
por José Vásquez y alusiva a esta devoción. La Esclavitud fue en aumento y el
número de los afiliados a ella vino a ser muy crecido.
Es
posible que aun antes de esa fecha se celebrara la fiesta y se hiciera uso de
la Misa y Oficio impresos en España, pues en este año, D. Bernardino Ruiz,
imprime en un folleto de 42 páginas el “Manifiesto sobre el Debido Culto de los
Corazones de Jesús y María”, obra de un devoto anónimo de esos mismos Sagrados
Corazones. Este escrito venía a ser una respuesta a los ataques contra algunos
eclesiásticos, publicados en El Investigador, en donde también se vituperaba el
culto que venía tributándose a los Corazones de Jesús y María. El autor salió
en defensa de este culto y lo hizo con maestría, demostrando que conocía bien
la materia y la había estudiado a fondo. En el Apéndice aludía a la
Congregación que bajo la advocación del Purísimo Corazón de María se había
fundado hacía ya bastantes años en la Capilla de la Casa Profesa de los
Desamparados, por obra del P. Alonso Messia Bedoya S.J.
Es
muy posible que este escrito, el primero de índole apologética que aparecía en
el Perú, se deba a la pluma del doctor agustino, Fray Bernardo Sanz. Le habían
precedido en El Investigador, (N° 59) y dieron motivo a una polémica en la cual
se combatía, por una parte, el culto al Corazón de María y, por otra, se
defendía esta práctica que entonces comenzaba a extenderse entre los fieles.
Algunos han supuesto que el autor de la invectiva contra el culto al Corazón de
María era el canónigo de Lima y Rector del Colegio de San Carlos, D. Toribio
Rodríguez de Mendoza, pero aun cuando esta suposición no carezca de fundamento,
las pruebas no son definitivas. De todos modos esta era entonces cuestión opinable,
pues todavía la Iglesia no había dado su veredicto.
Esta
Congregación la fomentó con mucho celo Fray Joaquín de la Parra, que fue muchos
años Director de la misma y enriquecida como estaba con muchas indulgencias,
vino a ser una de las más favorecidas por la devoción limeña.
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Bibliografía:
P. Rubén Vargas Ugarte S.J. Historia de la Devoción al Corazón de Jesús en el Perú.
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