La señal del amor
Y salió el
amor, a recorrer nuestros caminos,
a visitar
ciudades, a mezclarse entre la gente.
Un extraño
viento lo llevaba y lo traía,
y con él iba su
voz, su alegría y su mensaje:
¡Hagamos del
amor nuestra señal!
¡Dichosos
aquellos que renuevan el amor gastado!
¡Dichosos
aquellos que curan el amor herido!
¡Dichosos
aquellos que encienden el amor apagado!
¡Dichosos
aquellos que levantan el amor caído!
¡Dichosos
aquellos que perdonan el amor equivocado!
¡Dichosos
aquellos que enderezan el amor torcido!
¡Dichosos
aquellos que liberan el amor atado!
¡Dichosos
aquellos que entregan el amor recibido!
¡Dichosos
aquellos que resucitan el amor muerto!
(Seve Lázaro, jesuita)
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