P. Ignacio Garro, jesuita †
8. LA GLOBALIZACIÓN
Continúa...
8.5.- La incidencia de la globalización en el desarrollo de los países
pobres
Hemos afirmado antes que el
fenómeno de la globalización ha surgido en buena parte y se ha acelerado por
las nuevas técnicas de la información y de la comunicación, ha intensificado
radicalmente el desarrollo de los pueblos; en este apartado vamos a señalar
algunas de las carencias que se producen en el Tercer Mundo [1].
Desde el punto de vista del desarrollo
integral, la globalización, especialmente la globalización económica con sus
ideologías neoliberales, ha beneficiado a importantes grupos empresariales y
financieros, pero ha hundido en el olvido a grandes geográficas del Tercer
Mundo, cuya postración se ha agravado al no participar suficientemente de las
nuevas técnicas de la informática y de la comunicación.
A todo esto hay que
añadir en la relaciones internacionales cómo los países desarrollados niegan la
tecnología necesaria a aquellos otros países en vías de desarrollo que la
necesitan, les transfieren tecnologías desfasadas, inútiles y obsoletas para no
tener competencia en el mercado.
Lo que sí es evidente que el proceso de la globalización
no se puede dejar libremente a las leyes del mercado, pues los resultados hasta
ahora no son muy buenos, como hemos visto, tiene que organizarse una nueva
forma de equilibrar las fuerzas económicas, políticas, sociales y culturales para
que este fenómeno de la globalización llegue a cuantos más y más mejor para
todos. No es bueno que una tercera parte del género humano (4.500 millones de
personas) se queden fuera de este proceso. En los comienzos del S.XXI se necesita
una autoridad mundial, que gobierne el mundo entero en beneficio de los seres
humanos que pueblan el mundo entero, de forma semejante a como las autoridades
de los actuales Estado nacionales gobiernan en beneficio de los ciudadanos.
Vivimos nuevos tiempos que reclaman que
sobre todo la globalización se gobierne y se aplique de forma democrática y con
sentido de solidaridad y de justicia social, mientras esto no ocurra, no es de
extrañar que surjan fuertes movimientos contra-globalización como hemos visto
en las diversas reuniones del grupo de los G - 7, en las reuniones que tiene
cada dos años en diversas partes del mundo [2].
Estas manifestaciones antiglobalización tienen su razón de ser ya que es una
manera de corregir los defectos grandes que tiene la globalización mal aplicada
por los países más ricos. Estos grupos reclaman una mayor participación del
proceso de globalización pero con sentido de justicia social, solidaridad entre
todos los pueblos, y otros ideales de justicia social. No son plausibles los
medios que emplean como son las manifestaciones violentas, pero sí es justo lo
que reclaman: mayor justicia y redistribución para todos los pueblos.
8.6.- Algunos principios de la
DSI aplicables al fenómeno de la globalización
Seleccionamos tres puntos mutuamente complementarios.
El primer principio es más genérico: la prioridad de la persona humana. El
segundo más directamente relacionado con la economía. El tercero se refiere más
propiamente a la dimensión mundial de la economía y de las discriminaciones y desigualdades
que en ella se originan.
La globalización ha sido
identificada en un reciente informe de expertos de todos los continentes como: “el hecho de lazos múltiples lazos e
interconexiones que unen a los Estados y las
sociedades y contribuyen a formar el presente sistema mundial”. Y
añaden: “La globalización describe el
proceso según el cual, acontecimientos, decisiones y actividades que tienen
lugar en un punto del planeta acaban por tener importantes repercusiones sobre
los individuos y las colectividades que viven muy lejos de allí”.
Al proceso de globalización han
contribuido de una manera muy eficaz las nuevas tecnologías de información, en
especial la tecnología y eficacia de las informática y la telemática junto con
las computadoras y su diversidad de programas de la más diversa índole
aplicándolas a la ciencia, tecnología, al conocimiento y han intensificado el
mundo de las comunicaciones, de la ciencia, de la cultura, de la política, y
sobre todo, como veremos después, el mundo de las finanzas económicas,
aplicadas a la industria y el comercio. La importancia de estos medios técnicos
y sus aplicaciones tan variadas es difícil de calcular y predecir hasta dónde
pueden llegar pero en definitiva son los que han hecho posible la globalización
en sus diversas y más variadas aplicaciones, reduciendo las distancias del
espacio y del tiempo y realmente facilitando que los ciudadanos del mundo nos
sintamos más cercanos.
A la luz de la DSI es de lamentar que el
fenómeno de la globalización haya sido acaparado, promovido y desarrollado,
casi exclusivamente, por el sector
financiero, industrial y comercial, con el único propósito de conseguir cada
vez más y más beneficios económicos. Se echa en falta una globalización de la solidaridad,
como ha pedido varias veces el papa J. Pablo II, una globalización de la
educación y de la cultura, una globalización para llevar el bien a los más
necesitados, una globalización del desarrollo de los pueblos y del Bien Común
de la Humanidad. En definitiva, una globalización que promueva el “ser” sobre
el “tener”, pues en definitiva en el centro de la globalización está la persona
humana, y en ésta lo primero es “ser” persona humana, con su dignidad y después
viene el “tener”, es decir, la capacidad de desarrollo para obtener bienes materiales necesarios para vivir
dignamente, bienestar material de manera proporcionada y relativa no de manera
absoluta promocionada por la codicia o la avaricia.
Este aspecto de asimetría de la globalización
significado en las diferencias graves entre países ricos y pobres ya lo señaló
el Conc. Vat. II en Constitución pastoral Gaudium et Spes nº 37 cuando dice: “La Sagrada Escritura, con la que está de
acuerdo la experiencia de los siglos, enseña a la familia humana que el
progreso, que es un gran bien para el hombre, también encierra un grave
peligro, pues una vez turbada la jerarquía de valores y mezclado el bien con el
mal, no le queda al hombre o al grupo más que el interés propio, excluido el bien
de los demás.
De esta forma, el mundo deja de ser el
espacio de una auténtica fraternidad, mientras el creciente poder del hombre,
por otro lado, amenaza con destruir al mismo género humano. Si alguno por
consiguiente, se pregunta de qué manera es posible superar esa mísera
condición, sepa que para el cristiano hay una respuesta: toda la actividad del
hombre, que por la soberbia y el desordenado amor propio se ve cada día en
peligro, debe purificarse y ser llevada a su perfección en la cruz y resurrección
de Cristo. Pues el hombre, redimido por Cristo y hecho nueva criatura por el
Espíritu Santo, puede y debe amar las cosas creadas por Dios. De Dios las
recibe y, como procedentes continuamente de la mano de Dios, las mira y las respeta”.
8.7.- Algunos protagonistas decisivos.
Las Empresas Multinacionales
Hay que citar en primer
lugar a la empresas multinacionales. Estas grandes empresas, mucho mas
poderosas que lo que habitualmente se cree son los agentes fundamentales y los que
más se han beneficiado del fenómeno de la globalización. Son los que están
mejor situados, los que tienen más medios, los mejor preparados, los que mejor
aplican los principios y métodos generales de la globalización.
Estas empresas son responsables de una gran parte
del volumen del comercio mundial y sobre todo del mundo financiero, es decir de
las inversiones multimillonarias que se realizan a diario en diversas partes
del mundo. De suyo la palabra globalización, que como dijimos es polisémica, es
decir que tiene muchos significados, se identifica con el mundo de las
finanzas, del comercio, de la economía, y esto es verdad pero no debe de ser
así. El papa J. Pablo II ha pedido e insistido en una globalización en la solidaridad
mundial, en la ayuda a los países más necesitados, y sin embargo a este llamado
no se ha correspondido.
En segundo lugar convienen mencionar el protagonismo
fundamental que han desarrollado los Estados Unidos en todo este proceso de la
globalización. Su liderazgo en todos los niveles ha sido decisivo. Esta factor
no se puede olvidar, porque sin él no daríamos cumplida cuenta de todas las
dimensiones de una realidad tan compleja como es la globalización. La
estrategia comercial ideada por Estados Unidos de liberalizar los mercados mundiales
permite difundir los productos de su potente y creativa industria y economía
por todas las partes del mundo, junto con su forma de pensar y de vivir
“american way life”
[1] Por
países del Tercer Mundo o países en vías de desarrollo habría que distinguir
que los que lo componen no son homogéneos en todos sus rasgos. Difieren entre
sí considerablemente por muchos aspectos: dimensión geográfica, población, nivel
de renta, recursos naturales, estructura de los sectores económicos, grado de dependencia
exterior, tanto económica como políticamente, estructuras de poder y grupos de
interés, con todo esto todos ellos coinciden en ciertas características las
cuales constituyen en si mismas el perfil del subdesarrollo. Tendríamos que
tener en cuenta los 6 aspectos siguientes.
1º.- Nivel de vida bajo para la
población, no sólo por la renta per capita, sino por la inadecuación de la
vivienda, la alta tasa de mortalidad infantil, la educación escasa o nula, la
esperanza de vida corta, la desigual distribución de la renta. La pobreza tan
extendida en ellos, no es sólo carencia económica sino desamparo, marginación:
imposibilidad de acceder a los recursos y oportunidades de que el mundo moderno
dispone.
2º.- Niveles
bajos de productividad del trabajo, como consecuencia de la falta de inversión,
que suele ir acompañada de un escaso interés de los trabajadores por el
progreso y la innovación.
3º.-
Tasas elevadas de crecimiento poblacional o demográfico, debidas al mantenimiento
de fuertes tasas de natalidad unidas a una reducción reciente de las tasas de
mortalidad. No se olvide que por término medio, los países del Tercer Mundo
tienen la mitad de la población con menos de 15 años y las dos terceras partes
por debajo de los 25 años.
4º.- Niveles
altos de desempleo, personas que no trabajan en absoluto, estando en condición
de poder hacerlo y subempleo, es decir, personas que ocupan puestos de trabajos
innecesarios, de forma que su actividad productiva rinde menos de lo que podrían.
5º.-
Estancamiento de la producción agrícola y fuerte dependencia de materias
primas. La agricultura es, en gran parte, de autoconsumo: por tanto, no sale al
mercado y carece de estímulos para progresar. No hay exportaciones, no hay
divisas, no se pueden importar productos necesarios para la industria, la
salud, etc.
6º.-
Fuerte dependencia tecnológica. No bastan los recursos económicos para que haya
desarrollo, es preciso disponer de tecnología adecuada. Pero el desarrollo de
ésta en función de los países ricos, tanto en lo que produce, como en la forma
de producirlo.
[2]
Los
7 países más ricos del mundo son: EEUU, Alemania, Japón, Francia, Inglaterra,
Italia y Canadá, a este grupo es
invitado últimamente Rusia.
...
Damos gracias a Dios por la vida del P. Ignacio Garro, SJ † quien, como parte del blog, participó con mucho entusiasmo en este servicio pastoral, seguiremos publicando los materiales que nos compartió.
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