Novena al Venerable P. Francisco del Castillo, jesuita




GUIÓN DE ORACIÓN

1.Elogio del Venerable Siervo de Dios P. Francisco del Castillo de la Compañía de Jesús, del XVI Padre General de la Compañía de Jesús Ignazio Visconti a todas las Provincias de la Compañía” Roma. Fue P. General de 1751 a 1755).
“El día 11 de abril del año de 1673, passo a mejor vida en Lima el V.P. Francisco del Castillo, a quien por su heroica santidad, y zelo apostólico llaman comúnmente los Ciudadanos de Lima su Santo Apóstol”.

2. Papa Juan Pablo II: Primera vista al Perú. Homilía en ordenación de diáconos y sacerdotes, Lima 3 de febrero de 1985:
“¡Queridos jóvenes! Habéis sido llamados para servir al Pueblo de Dios, que ya desde antiguo tiene, por instinto de fe, un sentido muy certero de la misión del sacerdote y de su necesidad en la Iglesia. Así lo reconoció en una ejemplar figura sacerdotal, el padre Francisco del Castillo, nacido en esta ciudad”.

3. Papa San Juan Pablo II: Segunda visita al Perú. Mensaje a sacerdotes, religiosos y seminaristas. Lima 14 mayo 1988:
“Quiero ahora, especialmente dirigirme a ustedes, queridos religiosos, continuadores de aquellos misioneros de la primera evangelización y de eximios apóstoles en tiempos más recientes, como el padre Francisco del Castillo, ejemplo de amor a los pobres desde el evangelio”.


PRIMER DÍA: LA FAMILIA

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio según San Lucas 2, 41-52
“Sus padres iban cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce
años subieron a las fiestas según la costumbre, y cuando éstas terminaron, se volvieron; pero
el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que iba
en la caravana, al terminar la primera jornada se pusieron a buscarlo entre los parientes y
conocidos; y, como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén, en su busca. A los tres días lo
encontraron, por fin, en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y
haciéndoles preguntas: todos los que lo oían quedaban desconcertados de su talento y de las
respuestas que daba.
Al verlo se quedaron extrañados, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué te has portado así con
nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo! Él les contestó: ¿Por qué me
buscan? ¿No sabían que yo tenía que estar en la casa de mi Padre? Ellos no comprendieron
lo que quería decir. Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre
conservaba en su interior el recuerdo de todo aquello. Jesús iba creciendo en saber, en estatura
y en el favor de Dios y de los hombres”.
Palabra del Señor: Te alabamos Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
Francisco del Castillo nació en Lima el 9 de febrero de 1615 Sus padres se llamaban Juan
Rico y Juana Morales del Castillo, siendo el último de cinco hermanos.
Formó parte de una familia profundamente cristiana, donde aprendió a vivir amando a Dios
y amando a los más pobres, como él mismo nos lo narra en su autobiografía:
“Nací en esta ciudad de Lima, de padres cristianos viejos, humildes y virtuosos, el año de
cuando mi padre murió, y aunque mi madre vivió después muchos años con mucha virtud y
ejemplo, cuidó de mi educación y enseñanza lo más del tiempo de mi niñez, una abuela mía
muy sierva de Dios y santa, en cuya casa viví lo más del tiempo que estuve y viví en el siglo”.
(Autobiografía, pp. 3 – 4).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestra vida en familia.
1. ¿Qué nos hace sentirnos unidos en la familia?
2. ¿Qué nos quita la alegría en la familia?
3. ¿Cómo podemos vivir plenamente en nuestra familia?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


SEGUNDO DÍA: LA VOCACIÓN

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio según San Mateo, 4, 18-25
“Paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos: a Simón, al que llaman Pedro, y a
Andrés, que estaban echando una red en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: vengan
conmigo y los haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando adelante vio a otros dos hermanos: a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que
estaban en la barca repasando sus redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría Galilea entera, enseñando en aquellas sinagogas, proclamando la buena noticia
del Reino y curando todo achaque y enfermedad del pueblo. Se hablaba de él en toda Siria:
le traían enfermos con toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y
paralíticos, y él los curaba. Lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén,
Judea y Transjordania”.
Palabra del Señor: Te alabamos, Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
Desde joven sintió el llamado del Señor a entregarle su vida como sacerdote en la Compañía
de Jesús. Leemos en su autobiografía:
“Entré en la Compañía santísima de Jesús a treinta y uno de diciembre de mil y seiscientos
y treinta y dos, recibióme el Padre Provincial Diego de Torres Vásquez, en el Colegio real
de San Martín, este mesmo día por la mañana, víspera de año nuevo, en la capilla de Nuestra
Señora de Loreto, feliz anuncio y pronóstico de las muchas misericordias y beneficios que
Dios me había de hacer en la Compañía, por medio e intercesión de aquesta Soberana
Señora, madre y amorosa y abogada de pecadores, como lo comencé a experimentar desde
luego que comencé el noviciado, en donde experimenté un favor singular y una gran
misericordia y merced de Dios, y fue que en todo el tiempo del noviciado, no tuve ningún
ofrecimiento nj movimiento contra la vocación a la religión, siendo así que fueron las
mortificaciones muy grandes y los trabajos interiores de espíritu que sufrí. Hice los votos a
dos de enero de mil y seiscientos y treinta y cinco; salí del noviciado y fui al Colegio de San
Pablo, en donde comencé el seminario” (Autobiografía, pp. 11-12).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestra vocación cristiana
1. ¿De qué manera Dios te ha hablado a ti?
2. ¿Cuál es tu vocación, tu misión en el mundo?
3. Haz una oración pidiendo el aumento de vocaciones cristianas, a la vida laical, religiosa y
sacerdotal.

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


TERCER DÍA: SU SALUD Y SU AMOR A LA COMPAÑÍA

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio según San Mateo 9, 36 – 10, 1-4
“Viendo a la muchedumbre, le dio lástima de ellos, porque andaban maltrechos y olvidados
como ovejas sin pastor, Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante y los obreros
pocos; por eso, rueguen al dueño que mande obreros a su campo.
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para
expulsarlos y curar todo achaque y enfermedad. Los nombres de los doce apóstoles son éstos:
el primero Simón, al que llaman Pedro, y su hermano Andrés; Santiago Zebedeo y su
hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el recaudador, Santiago Alfeo y Tadeo,
Simón el Fanático y Judas Iscariote el que lo traicionó”.
Palabra del Señor: Te alabamos, Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo:
Su salud en estos tiempos no era buena. Interrumpe los estudios y es enviado a trabajar al
Colegio del Callao a enseñar a los alumnos menores y luego continuar sus estudios. Nos
sigue diciendo:
“En este tiempo en que acabé de oír Artes y comencé a oír Teología, no sé cómo poder
escribir y explicar la tormenta tan especial y penosa que padecía en el espíritu con varias y
fortísimas tentaciones, recelos, desconfianzas, temores de que me habían de echar de la
Compañía, porque no había de ser de provecho en ella; esto era lo que más me afligía y
atormentaba, lo que más apreturas y congojas causaba en mi corazón, esto era lo que me
hacía saltar y correr las lágrimas de los ojo, y los sentimientos penosos del corazón por la
boca, solo sabe nuestro Señor lo que entonces sentía en mi corazón y lo que sentí también
una tarde en que la santa obediencia me envió a San Juan a acompañar a un hermano
procurador porque entendí y temí entonces que me llevaban a despedir de la Compañía, con
que no pude en aquella noche dormir, sobresaltado y llorando, no hallo a qué poder comparar
aquesta pena y tormento, porque era para mí entonces un purgatorio penoso; arrepentíame de
las faltas que había tenido en la Compañía, ya proponía fervorosamente la enmienda, ya hacía
firmes propósitos de ponerme debajo los pies de todos los que había en la Compañía; otras
ves me consolaba hablando conmigo y diciendo, que si acaso me echasen de la Compañía
por mis pecados, pediría y rogaría a los superiores que me dejasen servir y asistir en alguna
de las chacras de la Provincia, y con esto me consolaba, porque me daba Dios a sentir lo
mucho que su Magestad Soberana estimaba y debemos estimar todos a esta santísima
Compañía, amada y querida suya, fuera de la cual y sin defensa me parecía imposible
salvarme” (Cf. Autobiografía, pp. 15).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Jesucristo
puesto en cruz y de nuestra Madre la Virgen María, Nuestra Señora de los Desamparados.
1. ¿Nos ponemos siempre en manos de Dios y deseamos siempre y en toda circunstancia
cumplir su voluntad, a ejemplo del Venerable Padre Francisco del Castillo?
2. ¿Oramos por aquellas personas a quienes amamos y servimos, de quienes nos hacemos
próximos, por las intenciones del Papa, de nuestra Iglesia, de nuestro país y ciudad donde
vivimos?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


CUARTO DÍA: SER HOMBRE DE ORACIÓN

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio según San Lucas 11, 1 – 13
“Una vez estaba él orando en cierto lugar; al terminar, uno de sus discípulos le pidió: Señor,
enséñanos una oración, como Juan les enseñó a sus discípulos. Él les dijo: Cuando oren,
digan: Padre, proclámese que tú eres santo, llegue tu reinado, nuestro pan del mañana dánoslo
cada día y perdónanos nuestros pecados, que también nosotros perdonamos a todo el que nos
ofende, y no nos dejes caer en la prueba.
Y añadió: Supongan que uno de ustedes tiene un amigo que llega a mitad de la noche
diciendo: Amigo, préstame tres panes, que un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada
que ofrecerle. Y que, desde dentro, el otro le responde: Déjame en paz, la puerta está ya
cerrada, los niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos.
Les digo que acabará por levantarse y darle lo que necesita, si no por ser amigos. al menos
para librarse de su importunidad. Por mi parte, les digo yo: Pidan y se les dará, busquen y
encontrarán, llamen y se les abrirá; porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y
al que llama le abren. ¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide pescado, en vez de
pescado le va a ofrecer una culebra?; y si le pide un huevo, ¿le va a ofrecer un alacrán? Pues
si ustedes, malos como son, saben dar cosas buenas a sus niños, ¿cuánto más su Padre del
cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden”.
Palabra del Señor: Te alabamos, Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
Según afirma el P. Vargas Ugarte en la introducción a la Autobiografía, “el Venerable Padre
Francisco del Castillo fue un místico en el verdadero sentido de la palabra y casi desde sus
primeros años sintió el atractivo de la unión con Dios y su oración pasó los límites de la
común y ordinaria para convertirse en sobrenatural. Y por este camino fue ascendiendo
gradualmente hacia los más altos grados de la contemplación” (Cf. Un místico del siglo XVII,
p. VI).
“No ha sido el menor amparo que de la Santísima Reina del cielo he sentido la venida del
Venerable apostólico Padre Antonio Ruiz de Montoya a esta ciudad de Lima, por el grande
consuelo y bien que ha sido para mi alma….Andaba yo en este tiempo con el espíritu muy
inquieto con la variedad e inconstancia que entonces tuve en el modo y materia de mi oración,
llegué un día a comunicar por mi dicha y a dar cuenta de mi conciencia y del modo y materia
de mi oración al Venerable Padre Antonio Ruiz, que estaba en San Pablo entonces…Fue
grande el amor que me tuvo y la caridad que me hizo, sin merecerlo, aqueste gran Siervo de
Dios, manifestando y descubriéndome algunas cosas de las más secretas del corazón, como
se echará de ver claramente por lo que aquí apuntare en este compendio siguiente” (Cf.
Autobiografía, pp. 99, 100,102).
"Aquí sentía mi alma unirse toda a Cristo, aquí sentía a Cristo unirse todo también a mi alma,
aquí estaba amando mi alma a Cristo, aquí sentía a Cristo amando también a mi alma, viendo,
oyendo, hablando y haciendo las acciones todas por los ojos, oídos, manos y cuerpo de
Jesucristo. Aquí sentía mi alma a Cristo que veía, oía, hablaba y hacía las acciones también
por mis ojos, oídos, boca, manos y cuerpo. Aquí sentía mi alma que toda vivía Cristo, sentía
también mi alma que Cristo tan solamente estaba viviendo en ella y que había quedado el
alma rendida ya y como muerta diciendo con el Apóstol a los Gálatas: Con Cristo quedé
crucificado, y ya no vivo yo, vive en mí Cristo (Cfr. Autobiografía, 41-42, 2 de junio de
1663).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestro ser personas de oración:
1) ¿Somos personas de oración?
2) ¿Unimos oración y servicio, oración y compromiso por la justicia?
3) ¿Discernimos las mociones que sentimos en nuestra oración y hacemos examen de nuestra
oración?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


QUINTO DÍA: TESTIGO CREÍBLE DEL EVANGELIO

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: De la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 26-31
“Y si no, hermanos, fíjense a quienes los llamó Dios; no a muchos intelectuales, ni a muchos
poderosos, ni a muchos de buena familia; todo lo contrario: lo necio del mundo se lo escogió
Dios para humillar a los sabios; y lo débil del mundo se lo escogió Dios para humillar a los
fuertes y lo plebeyo del mundo, lo despreciado, se lo escogió Dios: lo que no existe, para
anular a lo que existe, de modo que ningún mortal pueda engañarse ante Dios.
Pero de él viene que ustedes, mediante el Mesías Jesús, tengan existencia, pues él se hizo
para nosotros saber que viene de Dios, honradez y, además. consagración y liberación, para
que, como dice la Escritura: El que está orgulloso, que esté orgulloso del Señor”.
Palabra de Dios: Te alabamos Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
En el mercado del Baratillo: “En el tiempo en que estaba leyendo Gramática en la primera
clase de mínimos, andaba con unas entretelas y luces grandes ante los ojos y una singular
propensión y esperanza de alguna cosa de gran servicio y gloria de Dios, en el barrio de San
Lázaro, sin acabar de saber ni entender lo que era hasta que el primer domingo de la
cuaresma, a primero del mes de marzo de 1648, corrió la providencia divina la cortina y el
velo al misterio, porque yendo a hacer la doctrina cristiana a la parroquia del Señor San
Lázaro, aquella tarde, en donde se hacía la misión aquel año, y pasando como una cuadra del
Baratillo, que es como la feria de España, me dijo el hermano compañero que iba conmigo,
que volviese el rostro y viese la mucha gente que había en el Baratillo; volví el rostro y viendo
el gran gentío que había, me dio un ansioso deseo y un gran fervor y determinación de ir
allá, fui y rompí por entre la gente y con la cruz que llevaba en la mano, puesto sobre una
piedra y arrimado a la peana de adobes que estaba en medio de la calle, en que estaba una
cruz de mangles, comencé a levantar la voz poniendo y ponderando a la gente las palabras
del capítulo cuarto y tercero de San Mateo, en que Cristo, Redentor nuestro y su santísimo
Precursor, comenzaron su sagrada predicación, diciendo: “Hagan penitencia, se acerca el
Reino de los Cielos”. Exhorté a penitencia a la gente y díjeles entre otras cosas que supuesto
que aquel ligar se llamaba del Baratillo, lo era por lo barato que se vendían allí cielo, sólo
por la penitencia y por un acto de contrición verdadera. Acabé la exhortación y la plática
cantando y ponderado un ejemplo, y con un acto fervoroso de contrición”, (Autobiografía
29-30).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestra vocación cristiana, sobre nuestro ser testigos creíbles del Evangelio
1). ¿Cómo vivimos nuestra vocación cristiana cada día?
2). ¿Anunciamos el Evangelio y construimos el Reino con audacia y valentía apostólica?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


SEXTO DÍA: EL SERVICIO DE LA FE

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: De la Carta del Apóstol Santiago 2, 14 – 24
Hermanos míos, ¿de qué sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras? ¿Es que esa fe podrá
salvarlo? Supongamos que un hermano o una hermana no tiene qué ponerse y andan faltos
de alimento diario, y que uno de ustedes le dice: Vayan con Dios, caliéntense y buen
provecho, pero sin darle lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve eso? Pues lo mismo la fe:
si no tiene obras ella sola es un cadáver.
Y si alguno dijera que tú tienes fe y y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin obras, que
yo te mostraré la fe con mis obras. Tú crees que hay un solo Dios; muy bien hecho, pero eso
lo creen también los paganos y los hace temblar. ¿Quieres enterarte, estúpido, de que la fe
sin obras es inútil? A nuestro padre Abrahán, ¿no se le rehabilitó por las obras, por ofrecer a
su hijo Isaac sobre el altar? Fíjate en que la fe colaboraba con sus obras y que con las obras
se realizó la fe; así llegó a cumplirse lo que dice aquel pasaje de la Escritura: Abrahán se fio
de Dios y eso le valió la rehabilitación, y se le llamo amigo de Dios.
Palabra de Dios: Te alabamos, Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
“Experimentó también su vocación misionera, de ir a donde fuere enviado con plena
disponibilidad y espíritu de obediencia donde hubiere mayor necesidad, comunicándole a un
hermano suyo de comunidad que estaba enfermo “los deseos grandes que yo tenía de ir a
tierra de infieles y derramar la sangre por Cristo Redentor y Salvador nuestro” (cf.
Autobiografía, p. 20). Como también poco tiempo después “me dió licencia el Padre
Provincial Bartolomé de Recalde, para ir a Santa Cruz de la Sierra, a la misión de los
Chiriguanos” (Cf. Autobiografía, p. 21).
“Le destinaron luego otra vez a su querida aula de “mínimos” en Lima. Los formaba con el
afecto, el ejemplo y la palabra, con su espíritu de santidad y el rostro sonriente de joven
sacerdote…Lo veían alegre y amable y ya entonces gozaba de fama de santo” (Summarium
123)….Además de frecuentar los sacramentos, lo acompañaban en sus asiduas visitas a los
hospitales y en el servicio a pobres y enfermos” (Summarium 110).
“Se destacaba sobre todo en su trato personal, ya que "era muy caritativo, servicial, atento y
amoroso, jamás lo vi alterado ni con cólera ni disgustado con alguno"..."A todos asistía con
amistad y decían de él que era un santo discreto, y que Dios le revelaba las necesidades de
los otros, porque parecía un milagro que apenas uno se enfermaba y la noticia no había
llegado a los demás, ya él se encontraba a la cabecera de la cama del enfermo, para asistir al
afligido, consolando a todos con su amable presencia y santa conversación, motivo por el
cual era como iris de paz para consuelo de todos, y conservaba con tan gratos oficios la paz
doméstica y la unión religiosa, haciéndose en los corazones de todos el lugar que merecía un
trato tan celestial" (Cf. Summarium 219).
Silencio y reflexión: Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestro ser personas de fe y compromiso cristiano.
1) ¿De qué manera compartimos nuestra fe con nuestros hermanos, en nuestra familia, en
nuestra parroquia, con los más pobres y excluidos, con los desamparados y descartados?.
2) ¿Qué situaciones de incomprensiones o rechazos hemos enfrentado al ofrecer este servicio
a la Iglesia, a nuestro país?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


SÉPTIMO DÍA: OPCIÓN POR LOS POBRES, MORENOS, ENFERMOS

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio según San Mateo 25, 31-46
Cuando este Hombre venga con su esplendor acompañado de todos sus ángeles, se sentará
en su trono real y reunirán ante él a todas las naciones. El separará a unos de otros, como un
pastor separa las ovejas de las cabras, y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su
izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:
Vengan, benditos de mi Padre; hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del
mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui
extranjero y me acogieron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, estuve en
la cárcel y fueron a verme.
Entonces los justos le replicarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer
o con sed y te dimos de beber?, ¿cuándo llegaste como extranjero y te acogimos o desnudo
y te vestimos?, ¿cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
Y el rey les contestarás: Se los aseguro: Cada vez que lo hicieron con un hermano mío de
esos más humildes, lo hicieron conmigo.
Después dirá a los de su izquierda: Apártense de mí, malditos, vayan al fuego eterno
preparado por el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me dieron de comer, tuve
sed y no me dieron de beber, fui extranjero y no me acogieron, estuve desnudo y no me
vistieron, enfermo y en la cárcel y no me visitaron.
Entonces también éstos replicarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o
extranjero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?
Y él les contestará: Se los aseguro: cada vez que dejaron de hacerlo con uno de esos más
humildes, dejaron de hacerlo conmigo. Estos irán al castigo eterno y los justos a la vida
eterna.
Palabra del Señor: Te alabamos Señor

Lectura: de la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
“Su amor preferencial a los más pobres y descartados lo llevó siempre a ver en ellos el rostro
llagado de Jesús: “A 25 de Julio de 1668, por la mañana, acavando de decir missa, entró una
pobre a esta Capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, y me pidió que la socorriese
con una limosna, para remedio de una grave y extrema necesidad, ebn que estaba; dila luego
la limosna que me pidió, que fueron dos patacones; y luego en saliendo de casa, y yendo yo
por los portales de los Escrivanos, se me representó y figuró Christo nuestro Señor muy
llagado y muy pobre, y que me parecía que me decía: Porque en los pobres me amparas, te
tengo también de amparar a tí” (Cf. Autobiografía, p. 140).
"Acudió al hospital por más de diez años, buscaba a los enfermos negros y viejos e impedidos
y los llevaba al hospital porque los hallaba desamparados y sin socorro humano en los
muladares y rancherías y a todos los enfermos del hospital los confesaba, consolaba y
platicaba y mediante su cuidado morían como cristianos" (Cf. Cfr. Autos y diligencias 1677-
81, fol. 608-608v; Summarium 240; Testimonio del Capitán Francisco Tijero de Huerta, que
fue mayordomo del Hospital y trató durante veintidós años al Padre Francisco).
"Era el padre de los pobres y de muchas otras personas que acudían a él en sus necesidades
y aflicciones...Era comúnmente aclamado y llamado el Apóstol de Lima" declara el anciano
sacerdote Diego de Frías (Cf. Summarium 214-216)

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestra opción preferencial por los más pobres.
1) ¿Le tiendo mis manos a los pobres, promuevo una vida digna de ellos, me muestro
compasivo y misericordioso?
2) ¿Estoy siempre dispuesto a defender la vida de los pobres, a denunciar las injusticias y a
condenar toda clase de atropellos y violaciones a sus derechos humanos fundamentales?

Peticiones personales
Oración final
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


OCTAVO DÍA: PROMOTOR DE LA JUSTICIA

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: Del Evangelio de San Lucas 16, 19-31
Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino y banqueteaba todos los días
espléndidamente. Un mendigo llamado Lázaro estaba echado en el portal, cubierto de llagas;
habría querido llenarse el estómago con lo que tiraban de la mesa del rico; más aún, hasta se
le acercaban los perros a lamerle las llagas. Se murió el mendigo, y los ángeles lo pusieron a
la mesa al lado de Abrahán. Se murió también el rico y lo enterraron. Estando en el abismo,
en medio de los tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su
lado, y gritó:
Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me
refresque la lengua, que me atormentan estas llamas. Pero Abrahán le contestó: Hijo,
recuerda que en vida te tocó a tí lo bueno y a Lázaro lo malo; por eso ahora él encuentra
consuelo y tu padeces. Además, entre nosotros y ustedes se abre una sima inmensa; por más
que quiera, nadie puede cruzar de aquí para allá ni de allí para acá.
El rico insistió: Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a mi casa, porque tengo cinco
hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.
Abrahán le contestó: Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen. El rico insistió: No,
no, padre Abrahán; pero si un muerto fuera a verlos, se enmendarían. Abrahán le replicó: Si
no escuchan a Moisés y a los profetas, no le harán caso ni a un muerto que resucite”.
Palabra del Señor: Te alabamos, Señor

Lectura: De la vida del Venerable Padre Francisco del Castillo
Un hecho que merece ser subrayado, ocurrió en enero de 1667 al predicar el sermón de
protesta en la Plaza del Baratillo por la profanación de los cadáveres de ocho indios
ejecutados, siendo así el P. Francisco del Castillo el defensor de los pobres y excluidos de la
sociedad.
El hecho se publica en el Diario de Lima, como noticia ocurrida el jueves 16 de diciembre
de 1666: “….octava de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, se descubrió la maldad de
los indios que se querían levantar en esta ciudad y matar a todos los españoles y habían de
pegar fuego a ella por muchas partes y soltar el agua de la acequia grande de Santa Clara”
(Cf. Diario de Lima, I (Lima, 1918), p-130-131, citado por el P. Armando Nieto en su
biografía del P. del Castillo.
“Ahorcaron ocho indios por el alzamiento que tenían intentado y azotaron tres indios para
galeras por diez años y otros muchos que también fueron a galeras. Y después de ahorcados
les quitaron las cabezas y fueron puestas en la fuente las ocho cabezas y fueron hechos cuartos
y puestos por los caminos. Y esta justicia se hizo el lunes, dicho día por la tarde, donde
concurrió toda la ciudad a la plaza, y la compañía del número de San Lázaro que estaba de
guardia aquella tarde, estuvo de mampuesto en la plaza; y de las demás compañías fueron a
10 hombres con chuzos a asistir hasta que hicieron justicia de ellos (Cfr. Diario de Mugaburu,
notación del día lunes 24 enero de 1667). Los restos de los ocho indios quedaron expuestos
a la voracidad de los perros vagabundos.
El inhumano proceder de los verdugos, la extrema dureza de la represión y la injusticia de
los Oidores sacudieron los sentimientos y despertaron la indignación del Padre Francisco del
Castillo. Acudió ante los jueces para exponer su queja. Aún más: elevó su vehemente protesta
en el sermón domingo de la plazuela del Baratillo. Con vibrante expresión, que conmovió a
una sorprendida muchedumbre, dijo que como sacerdote no podía silenciar tamaña crueldad,
aunque el hecho de protestar le costase el destierro del Reino. Que no era justo que se
mostrase tanta saña con los indios, mientras que al mismo tiempo se dejaban impunes graves
delitos cometidos por españoles. Que no le importaba el exilio si con ello dejaba de ver tantas
injusticias como se hacían, sobre todo con los pobres (Cf. Armando Nieto, “Francisco del
Castillo. El Apóstol de Lima, p. 126, PUCP, 1992).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestro ser promotores de la justicia.
1. ¿Como promuevo un país más justo, más fraterno, más reconciliado, sin corrupción, ni
violencia de ninguna clase?
2) ¿Qué he hecho, que hago, que debo hacer por defender a los pobres?

Peticiones personales
Oración final: 
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


NOVENO DÍA: AMOR FILIAL A LA VIRGEN

Presencia de Dios
Nos ponemos en presencia de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

Acto de perdón
Delante de Dios compasivo y misericordioso, le pedimos perdón:
Yo confieso, ante Dios Todopoderoso …. Amén.

Oración
Dios nuestro, Padre bueno, te damos gracias por habernos dado a Jesús, tu Hijo,
como compañero en el camino de nuestra vida, como Maestro y Salvador; y por haber
concedido al Venerable Padre Francisco del Castillo, Apóstol de Lima, vivir y morir
buscando tu mayor gloria y el bien de sus hermanos, preferentemente dedicándose por entero
al servicio de los más pobres y abandonados, los enfermos, los morenos y esclavos, de nuestra
ciudad de Lima. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura: De Evangelio según San Lucas 1, 46 – 56
Entonces dijo María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvado, porque
se ha fijado en su humilde esclava.
Pues mira, desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
tanto por mí: él es santo y su misericordia llega a sus fieles generación tras generación.
Su brazo interviene con fuerza, desbarata los planes de los arrogantes, derriba del trono a los
poderosos y exalta a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide de vacío. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose, como lo había prometido a
nuestros padres, de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia, por siempre.
María se quedó con ella unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Señor: Te alabamos, Señor.

Lectura: De la vida del Venerable Francisco del Castillo
Al terminar la predicación dominical en la Plaza del Baratillo invocaba a la Virgen con esta
oración: “Dios te Salve, hija de Dios Padre. Dios te Salve, madre de Dios Hijo. Dios te Salve,
esposa del Espíritu Santo. Dios te Salve, templo y sagrario de la S. Trinidad”. Rezaba un
padrenuestro y un avemaría y terminaba diciendo: “María, madre admirable, consoladora de
los afligidos, reina de todos los ángeles, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus
misericordiosísimos ojos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén, Jesús” (Cf.
Autobiografía, p. 33).
Su amor a la Virgen María fue tan grande que en su honor construyó la iglesia de Nuestra
Señora de los Desamparados y otras obras para el servicio de los pobres y necesitados, como
la Casa de las Amparadas, para mujeres arrepentidas que quisieran cambiar su estilo de vida
y dedicarse a la oración y al recogimiento. La casa llevaba este título y advocación de la
“Inmaculada y Purísima Concepción de la Santísima Virgen María Nuestra Señora”.
Uno de los testigos, Fernando Tardío, declara que siempre llevaba consigo el rosario de
quince misterios y lo rezaba, de rodillas, entero todos los días. En sus oraciones a Nuestra
Señora solía repetir: “Ampárame y mírame con ojos de misericordia, mírame con ojos de
piedad y misericordia” (oración a Nuestra Señora, un día de abril 1642).

Silencio y reflexión
Hagamos un momento de silencio y reflexionemos delante de Dios
sobre nuestro amor filial a la Virgen.
1) ¿Cómo vivimos nuestro ser hijos de la Virgen y cómo expresamos ese amor?
2) ¿La escuchamos cuando nos dice: hagan lo que Él les diga?, ¿la acompañamos al pie de la
cruz y permanecemos firmes como ella’

Peticiones personales
Oración final: 
Oh Dios, dador de todo bien, que diste a tu Siervo Francisco
del Castillo los dones de la oración asidua, la predicación apostólica y entrega generosa a los
desamparados.
Si es para tu mayor gloria y para exaltación de tu siervo concédenos la gracia que te
pedimos:
Y danos a nosotros el espíritu de oración, de apostolado y de entrega a los desamparados. Te
lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro – Ave María - Gloria.

ORACIÓN FINAL QUE SOLÍA RECITAR
EL VENERABLE PADRE FRANCISCO DEL CASTILLO

Dios te salve, Hija de Dios Padre.
Dios te salve, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Esposa del Espíritu Santo.
Dios te salve, Templo de la Santísima Trinidad.
Madre Admirable, Consoladora de los Afligidos.
Reina de todos los Ángeles, Abogada nuestra.
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.


FAMA DE SANTIDAD:

Algunos textos a considerar.

1.“En estos tiempos, distinguióse en la Provincia del Perú un hombre que ha dejado gratísimo
recuerdo entre nosotros y a quien esperamos ver elevado al honor de los altares”. “Ejecutó
en la ciudad de Lima lo que poco después había de hacer en Nápoles San Francisco de
Jerónimo. Estos dos siervos de Dios son tal vez los modelos más perfectos que tiene la
Compañía de la vida ordinaria en nuestras residencias”. (Cfr. P. Antonio Astrain: Historia
Compañía de Jesús en la Asistencia de España, Madrid 1920, pp.531-539).

2. El P. Rubén Vargas Ugarte, S.J, en su “Historia de la Compañía de Jesús en el Perú”, se
refiere a jesuitas que destacaron por sus virtudes heroicas y algunos con fama de santidad.
“En vida y más aún después de su muerte el Padre Castillo comenzó a ser apellidado el
Apóstol de Lima…Pero hubo razón de sobra para dárselo, porque fuera de su profunda
humildad, el celo de la salvación de las almas fue su nota característica…. No parece creíble
que un hombre de escazas fuerzas corporales y que trataba tan ásperamente su cuerpo pudiese
atender a tantos y tan variados ministerios como emprendió por el bien de las almas.
El mismo nos ha dejado una lista de ellos y asombra que él solo pudiese llevar a cabo lo que
bastaría a ocupar a tres o cuatro operarios…Como ha dicho muy bien un grave autor, lo que
realizara en Nápoles, casi por el mismo tiempo, San Francisco de Gerónimo, esto mismo y
con igual celo, realizó en Lima el Padre Castillo. De su fecundo apostolado no se ha
extinguido las huellas” (Cf. Historia de la Compañía de Jesús en el Perú, Tomo II, pp.253 –
254, Burgos 1963).

3. Conforme al testimonio del jesuita Lucas de la Cueva, misionero en el Marañón, dejo dicho
lo siguiente en el proceso de esta causa: “que el Venerable Padre Francisco del Castillo era
una columna sobre la cual Dios había puesto su mano y no la había retirado, y que así como
antiguamente se canonizaba a los santos por la voz común del pueblo, así podría ser
canonizado el Padre Castillo” (Cf. Summarium, 508).

4. Según testigos que lo conocieron “El Padre Castillo es verdaderamente santo por el gran
sufrimiento que tiene, y no se ocupa de saber las vidas ajenas ni de criticar los defectos de
los otros, que en la Comunidad no faltan, sino solamente de sí mismo (Cf. Summarium 343).
Y también “El Padre Castillo no es sólo luz sino farol que ha puesto Dios en esta Provincia
para que la alumbre y encienda (Cfr. P. Andrés de Rada, Visitador del Perú, en Autos y
diligencias, f.237v).

5. “La fama póstuma de santidad del Padre Francisco del Castillo no es una excepción en la
larga tradición de los Siervos de Dios. Y así, desde los días inmediatos a su muerte hasta los
tiempos actuales son innumerables los fieles y devotos que acuden a su intercesión en
diversas formas: y muchos de ellos aseguran haber sido escuchados”. (Cf. P. Armando Nieto,
S.J.: Francisco del Castillo. El Apóstol de Lima, p. 286).

NOTA: Las personas que obtengan algún favor o gracia por intercesión del Venerable Padre
Francisco del Castillo, S.J., informen de ello Vice Postulador de la Causa de Beatificación y
Canonización.

Casa Nuestra Señora de Fátima
Malecón de la Reserva 981,
Lima 18, Miraflores

...
Tomado de:
http://padredelcastillo.pe/beatificacion/novena/#submenu

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