Santísima Trinidad: 13° Parte - La Trinidad en la Sagrada Escritura



1. LA EXISTENCIA DEL MISTERIO

1.1. LA TRINIDAD EN LA SAGRADA ESCRITURA

TESIS 1° "Por los escritos del Nuevo Testamento consta claramente que en Dios hay tres Personas distintas y una sola naturaleza divina"

A. Explicación

Aunque más adelante, al hacer la exposición teológica del misterio de la Trinidad, profundizaremos en los distintos conceptos, ahora adelantaremos algunas nociones necesarias para entender esta tesis.

  • "Persona": “es una substancia individual de naturaleza racional".( Boecio). En la teología católica es equivalente a "hipóstasis espiritual"; a su vez "hipóstasis", sinónimo de supuesto, es una substancia particular, no cualquiera sino acabada, completa y subsistente en sí misma que, al tratarse de substancias inteligentes, se denomina "persona".
  • "Naturaleza":  por su parte, es la esencia o la substancia de un ser,  (Sto. Tomás).


B. Adversarios

B.1. Monarquianismo

A fines del S. I de la era cristiana ya hubo algunos herejes judaizantes como un tal Cerinto y los Ebionitas, que, tomando como base un rígido monoteísmo unipersonal, negaron la divinidad de Cristo. (San Ireneo de Lyon, en Adv. Haer.  I,26).

A fines del S. II, la herejía, conocida con el nombre de "monarquianismo" (mono= uno; arje = principio) enseñaban que en Dios no hay más que una Persona, el Padre.

Dos modalidades del monarquianismo:
  • Monarquianismo dinamístico  o  adopcionista: Enseña que Cristo es solo hombre, aunque nacido sobrenaturalmente de la Virgen María por obra del Espíritu Santo; en el bautismo del Jordán, Dios le dotó de particular poder divino y le adoptó como Hijo. Los principales propugnadores de esta herejía fueron Teódoto el Curtidor, de Bizancio, que transplantó esta herejía a Roma hacia el año 190 y fue excomulgado por el Papa Víctor I (189-198). Otro hereje fue Pablo de Somosata, Obispo de Antioquía, a quien un Sínodo de Antioquía destituyó como hereje el año 268, y también el Obispo Fotino de Sirmio, depuesto en el año 351 por el sínodo de Sirmio.
  • Monarquianismo modalístico (también llamado patri - pasianismo): Esta herejía mantiene por un lado la verdadera divinidad de Cristo, y por otra lado enseña al mismo tiempo la uni-personalidad de Dios explicando que fue el Padre quien se hizo hombre en Jesucristo y que sufrió por nosotros.

Los principales propugnadores de esta herejía fueron, Noeto de Esmirna contra el cual escribió el Obispo Hipólito. Praxeas, de Asia Menor, combatido por Tertuliano. Y el más importante de todos Sabelio, enseñando que en Dios hay una sola "hipóstasis" (persona) y tres "prosopa" (máscara de teatro) conforme a los tres modos distintos con que se ha manifestado la divinidad. Así, en la creación se revela el Dos uni-personal como Padre, en la redención se presenta el mismo Dios Padre como Hijo, y finalmente en la obra de la santificación se presenta el mismo Dios Padre como Espíritu Santo. Es decir, Sabelio, presenta  la Trinidad de las divinas Personas como tres modos de ser de un único Dios. (Es una sola Persona divina, Dios Padre que se presenta con tres máscaras distintas: Creación, Redención, Santificación). No hay pues, distinción real de Personas divinas, sino que Uno solo es el principio de todo, este es el Padre, que ha creado todo, que se ha encarnado, muerto y resucitado, que luego nos ha santificado. Así, para Sabelio, Dios es: o el Padre, o el Hijo, o el Espíritu Santo, según su modo de obrar es una persona u otra, reduciendo la Personas divinas a simples "modalidades" meramente transitorias, y de esta manera quedaba radicalmente eliminado el problema Trinitario. El Papa Calixto (217-222) excomulgó públicamente a Sabelio. Y su herejía fue condenada por el Papa S. Dionisio (259-268).

B.2. Triteismo

Doctrina herética de los que enseñan que no sólo hay en Dios tres Personas divinas, sino también tres esencias, tres sustancias, en definitiva  tres dioses. La historia del triteismo aparecieron con los “eutiquianos” y los “monofisitas”, que no admitían más que una naturaleza en Jesucristo, la divina.

Más tarde, Juan Filipón, gramático de la ciudad de Alejandría, (muerto el 565), declaró que no podía concebir dos naturalezas en Jesús: la divina y la humana sin admitir también dos personas; Juan Filoponos  identificó la naturaleza divina con la persona divina (ousia = naturaleza; hipóstasis = persona). En la doctrina trinitaria cayó en el error del triteismo, (tres dioses). Según Juan Filoponos, las tres divinas Personas son tres individuos de la divinidad, de forma parecida a como tres hombres son tres individuos de la misma especie humana. Puso, por tanto, en lugar de la unidad numérica de esencia, una unidad específica.

Al ser corregido doctrinalmente y advirtiéndole que había que distinguir entre ambos conceptos: persona y naturaleza, porque si no se hacía así también habría que aceptar tres naturalezas en tres Personas divinas, J. Filipón no se corrigió y así nació el triteismo.

El Obispo Damían de Alejandría, profesó que había tres Personas en la Santísima Trinidad, pero que ninguna de ellas tomada aisladamente era Dios. La divinidad era para él un todo y la Personas no eran más que partes de ese todo.

Protestantismo: Lutero censuró la terminología trinitaria, pero en realidad mantuvo la creencia en este misterio trinitario. No obstante el subjetivismo introducido por él, condujo finalmente a la negación del dogma Trinitario.

La teología racionalista protestante moderna suele conservar las terminología trinitaria de la Tradición, pero considera las divinas personas como meras personificaciones de atributos divinos, como el poder de Dios, la sabiduría de Dios, la bondad de Dios. Según Harnack, la profesión cristiana del dogma trinitario se originó accidentalmente en las polémicas entre el cristianismo y el judaísmo. Al principio se adoptó únicamente la fórmula bimembre Dios y Cristo, como antítesis de Dios y Moisés, ya más tarde se añadió al Espíritu Santo.

En conclusión, del hecho de las herejías trinitarias se constituyen variaciones de algunas posibilidades fundamentales de entender de manera "incorrecta" el contenido de la fe, por ello: o se sostiene el monoteísmo de forma que se excluye la Trinidad o se llega al triteismo (tres dioses) de forma que niega la unicidad y unidad de Dios. En el primer caso, el del monoteísmo que excluye radicalmente la trinidad de Personas, se dan dos nuevas posibilidades:

  • O el Padre sólo corresponde a la definición de Dios, mientras que el Hijo y el Espíritu Santo se le subordinan como seres divinos, pero siempre "seres creados" (esa es la interpretación de los arrianos).
  • O las tres divinas Personas, no son más que tres simples modos de revelarse el único Dios (este es el caso de los sabelianos, monarquianos, y patri-pasianos).


El triteismo (tres dioses) posee posibilidades teoréticas menos sólidas, pero de todas formas representan también un continuo peligro para la fe. Hablando en terminología de Sto. Tomás podemos decir: "todos los errores y herejías trinitarias provienen: o de negar en Dios la existencia de procesiones inmanentes, es decir, "ad intra", no admitiendo más que las transeúntes, es decir "ad extra", (arrianismo, macedonianismo), o de concebir que las procesiones inmanentes son al modo de las transeúntes, (sabelianismo)".

C. Sagrada Escritura

Decimos que el misterio de la Santísima Trinidad consiste en que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son :

  • Tres Personas realmente distintas entre sí
  • Cada una de ellas es Dios
  • Que sólo hay un Dios.

Ahora bien, en el Nuevo Testamento aparecen con claridad todos estos elementos. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas realmente distintas entre sí.

Doctrina del N.T. sobre cada una de las Personas:

C.1. En cuanto al Padre:

  • En sentido impropio: Es frecuente en la Biblia referirse a Dios Padre en sentido impropio. Así, se habla de Dios como Padre de las criaturas en el orden natural (por la creación, conservación y providencia): "¿No es el Señor tu padre, que te creó, el que te hizo y te fundó?" Deut 32,6. Y también "Porque yo soy para Israel un padre", Jer 31,9. En Mateo 5,48: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial". Juan 1,12 dice: "Pero a todos los que recibieron (al Verbo), les dió poder de hacerse hijos de Dios". Pablo en Rom 8,14-15: "Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios... pues no recibisteis un espíritu de esclavos... antes bien, recibisteis un Espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar ¡Abba, Padre!. El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios".
  • En sentido propio: En el N.T. aparece también Dios como Padre en sentido verdadero y propio. Pablo dice: "doblo mis rodillas ante el Padre de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra", Efes 3,14-15. Esta paternidad corresponde únicamente a la primera Persona (Padre) y se presenta como ejemplar de la paternidad divina en el sentido impropio, antes explicado, y de toda paternidad creada. Por otra parte, Jesucristo considera a Dios como Padre suyo en un sentido propio y exclusivo como se puede ver en los siguientes textos:

"Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y a aquel a quien el Hijo quiera revelárselo". Mt 11,27
"Hemos visto su gloria ( la del Hijo), gloria como de Unigénito del Padre". Jn 1,14
"El Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos lo ha dado a conocer".  Jn 1,18
"El Padre y yo somos una misma cosa". Jn 10,30.
"Por eso los judíos buscaban con más ahínco matarlo, porque llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios". Jn 5,18.
En todos estos textos queda claro que Jesús consideraba a Dios como Padre suyo en un sentido propio.
C.2. En cuanto a Dios Hijo:

  • Es una Persona: 

Cuando el evangelista S. Juan utiliza el término "Logos", no se refiere a un atributo de Dios o a una cualidad o virtud impersonal, sino a una persona. Aparte de otras consideraciones, la expresión "el Logos se hizo carne" Jn 1,14, no se puede aplicar de ningún modo a un atributo divino, sino sólo a una persona.
Asimismo, en el N.T. Cristo aparece contrapuesto al Padre, que ciertamente es Persona; contrapuesto también a persona humanas como Jonás, Salomón, Abrahán, respecto a los cuales  El es mayor. Finalmente, al Logos encarnado se atribuyen operaciones propias de una persona como las de ser enviado, o constituido heredero etc. Jn 8,58.

  • Es Persona realmente distinta del Padre:  

Efectivamente, S. Juan afirma que "el Logos estaba junto a Dios", Jn 1,1. Lo cual implica comunión íntima de vida con Dios, y arguye la existencia de dos Personas distintas. Juan dice "hemos visto su gloria (del Logos), gloria como de Unigénito del Padre". Jn 1.18, con lo cual identifica al Logos con el Hijo Unigénito del Padre. Ese Hijo es enviado al mundo por el Padre, Jn.10,36, y hace peticiones a ese Padre de quien salió, Mt 11,17; 10,32. 

  • Es Persona divina:

En los sinópticos aparece con claridad la divinidad del Hijo. Por una parte, Cristo se presenta como centro de la vida moral y religiosa y con potestad para legislar perfeccionando la misma ley de Dios, Mt 5,21-42; Lc 7,48-50: "Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre lo conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Aquí se manifiesta la conciencia clara que Cristo tenia de su filiación divina en sentido propio.
El mismo Dios Padre declara solemnemente esta filiación divina de Cristo en el bautismo del Jordán y en la Transfiguración: "Este es mi Hijo, el predilecto". Mc 3,17; Lc 9,35. Esta misma filiación divina en sentido propio se la atribuye a sí mismo Cristo cuando distingue entre "mi Padre" y "vuestro Padre", "mi Dios " y "vuestro Dios", Mt 7,21; 10,32; Lc 2,49; 10,22. Y sobre todo cuando alguien declara su filiación divina, tanto en la confesión de Pedro, Mt.16,17; como en el juicio de Caifás, Mt 26, 63,s.s.
S. Juan expresamente afirma que "el Logos era Dios", Jn 1.1. También dice "al principio era el Logos", Jn 1,1. Lo que hace referencia al atributo divino de la eternidad. "Todas las cosas fueron hechas por El", Jn 1,3, con lo cual da a entender que el Logos es Dios, al ser Creador y autor del orden natural, así como también autor del orden sobrenatural, en cuanto que es dispensador de la Verdad, Jn 1,4, de la Vida y de la gracia. Jn 1,12 y 14. También S. Juan dice: "El Padre y Yo somos una misma cosa",  Jn 10,30.
S. Pablo confirma esta verdad, al presentarnos a Cristo como imagen viva de Dios: "El es imagen de Dios invisible", Col 1,15 y "es imagen de Dios", 2 Cor 4.4. En la carta a los Hebreos de Cristo, leemos: "resplandor de la gloria de Dios e impronta de su esencia", Hbr 1,3, fórmulas ambas que expresan, la identidad de la naturaleza entre el Padre y el Hijo, y real distinción de Personas.

C.3. En cuanto a Dios Espíritu Santo:
El término que utiliza el N.T. para hablar del Espíritu Santo es "pneuma", que, en algunas ocasiones se refiere simplemente a la naturaleza espiritual de Dios, o a un poder impersonal del mismo. Sin embargo, en muchos pasajes se usa ciertamente como referido a una Persona, distinta del Padre y del Hijo y que es verdadero Dios.

  • El Espíritu Santo es una Persona:

En primer lugar, porque se le llama "Paráclito", es decir, "consolador" y abogado, lo cual no puede afirmarse más que de una persona, Jn 14,16; 15,26; además se equipara al Padre y al Hijo y si éstos tienen personalidad propia, la tendrá también el Espíritu Santo Mt 28,19: "bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"; y por último, se le atribuyen operaciones propias de personas, como enseñar a los Apóstoles, Jn 14,26, dar testimonio de Cristo, Jn.15,26; constituir Obispos, Hech.20,28; distribuye carismas 1Cor 2,4-6 y habita en nosotros, 1Cor 3,16; 2Tim 1,14. Los Hechos de los Apóstoles expresan la personalidad del Espíritu Santo cuando lo describen como autor y orientador de toda la actividad de la primitiva comunidad cristiana, Hech 2,4, 5,3-4; 5,32.etc.

  • Es Persona distinta del Padre y del Hijo:

Ante todo por la fórmula trinitaria del bautismo, ya aludida y transmitida por S. Mateo, por la teofanía del bautismo de Cristo en el Jordán y también por el pasaje de las tentaciones de Jesús en el desierto, Mt 4,1,s.s: "Jesús lleno del Espíritu Santo ... llevado por el Espíritu al desierto...", S. Juan nos muestra al Espíritu Santo como dado por el Padre y el Hijo, Jn 14,16-26. S. Pablo nos transmite la misma verdad: el Espíritu viene de Dios, 1Cor 2,12; es enviado por Dios, Gal 4,6; es difundido por Dios a través de Jesucristo, Tit 3,6; y es llamado unas veces Espíritu de Dios, 1 Cor 2,14;  y otras Espíritu de Cristo, Rom 8,9.
S. Lucas en los Hechos de los Apóstoles, enseña una clara distinción entre el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo: afirma que es Espíritu de Dios y de Jesús, Hech 5,9; 8,39; 16,7.; dado por Dios Hech 5,32; es Dios quien ha ungido a Cristo con el Espíritu Santo, Hech 10.28. Finalmente ese mismo Espíritu Santo, que pone a los Obispos a pastorear la Iglesia de Dios, Hech 20,28, es objeto de una doctrina específica antes de la recepción del bautismo cristiano, Hech 19,1-7.

  • El Espíritu Santo es verdadero Dios:

En primer lugar, se identifica al Espíritu Santo con Dios, como muestra el texto de Hech.5,3,s.s: "Ananías ¿por qué se ha apoderado Satanás de tu corazón, moviéndote a engañar al Espíritu Santo?... no has mentido a los hombres, sino a Dios". Además, en la fórmula trinitaria del bautismo de Mt 28,19, aparece el Espíritu Santo en plano de igualdad con el Padre y el Hijo, los cuales son Dios. Finalmente, al Espíritu Santo se atribuyen acciones divinas como la plenitud del saber Jn 14,17.26: "El Espíritu de la verdad que os enseñará toda la verdad", y la capacidad de escudriñar los misterios insondables de Dios, l Cor 2,10-11, siendo El quien inspiró en el AT. a los profetas, 2Petr 1, 21. A su poder se atribuye la Encarnación virginal, Lc 1,35, y la expulsión de los demonios, Mt 12,28, como, sobre todo, el prodigio de Pentecostés, Hech 2,2-4.
En una palabra, el Espíritu Santo aparece en el NT como dispensador de las gracias, tanto otorgadas en beneficio de la Iglesia, 1Cor 12,11, como las destinadas a la santificación personal, cuales son la gracia de la primera justificación bautismal, Jn 3,5, y la de la segunda justificación en el sacramento de la penitencia, Jn 20,22.

Doctrina Neotestamentaria sobre las tres Personas juntamente:

El hecho de que la Sagrada Escritura afirme, como hemos visto, que hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que son verdaderamente Dios, no puede contradecir la doctrina, enseñada de modo fundamental por la misma Escritura, acerca de un solo Dios (o la unicidad de Dios), es decir, de una sola naturaleza divina. Por lo tanto, esas tres Personas, que son Dios, habrán de subsistir en una sola naturaleza divina. Esta unidad de naturaleza divina en la tres Personas distintas está suficientemente expresada en lo que se denominan las fórmulas trinitarias y en algunos otros pasajes bíblicos.

  1. En la Anunciación: Se enumeran tres Personas: al Padre se le denomina Altísimo, al Hijo se le llama Hijo de Dios y al Espíritu Santo se le atribuye la Encarnación, aunque se le llama "Virtud del Altísimo". Ello no obstante, si Padre e Hijo, en este texto, son personas distintas, pues nadie es Padre e Hijo de sí mismo, es razonable admitir que también ese Espíritu Santo es Persona distinta de las otras dos: "Concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el Hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios". Lc 1,31-35.
  2. La teofanía en el Bautismo penitencial de Jesús en el Jordán: Mt 3,16-17: "Aconteció, pues, que... bautizado Jesús y orando se abrió el cielo y descendió el Espíritu Santo en forma corporal... sobre El y se dejó oír una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco". En este texto de los sinópticos aparece la Trinidad: el Padre hablando, el Hijo siendo bautizado, y el Espíritu Santo descendiendo sobre el Hijo. La naturaleza divina de  estas tres Personas se deduce de la similitud de esta teofanía con las teofanías del AT., en las cuales quienes se manifiestan, tienen naturaleza divina.
  3. En el precepto de bautizar a todas las gentes: Mt 28,19. : "Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Sobre este texto, de gran importancia en materia dogmática, la Pontificia Comisión Bíblica se pronunció a favor de su autenticidad y veracidad histórica el 18 de junio de 1911. Por otra parte, es un pasaje neotestamentario muy utilizado en las controversias trinitarias contra los arrianos. Es clara también su íntima relación con el rito bautismal. En esta fórmula hay una clara distinción de Personas entre el Padre y el Hijo, en cuanto a la tercera Persona, se distingue también al venir mencionada con las otras dos. Todo ello se advierte con más notoriedad a partir del texto griego que repite ante cada Persona tanto la conjunción como el artículo (del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo). En una palabra, sería absurdo enumerar en un mismo nivel a dos Personas que realmente se distinguen entre sí, con una tercera Persona que no se distinguiera de ellas.Las tres Personas enumeradas son igualmente Dios. La razón es porque ser bautizado equivale a ser liberado del pecado, ser justificado, y ser consagrado a Dios, todo lo cual es competencia exclusiva de Dios como causa principal. Además, si el Padre, primero de la enumeración, es ciertamente Dios, también deben ser Dios el Hijo y el Espíritu Santo, mencionados a un mismo nivel. A su vez los Santos Padres, sobre todo S. Atanasio y S. Agustín, ven expresada la unidad de naturaleza divina de las tres Personas en el uso en singular del vocablo "nombre" que en hebreo significa "la esencia y el poder".
  4. La distribución de gracias y dones, 1Cor 12,4-6: " Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra todo en todos". Como se ve por el texto, los dones o carismas se atribuyen al Espíritu Santo, los ministerios o diaconías al Señor, y las operaciones a Dios. Ahora bien, todos estos dones son divinos, lo que arguye tanto el Padre, como el Hijo, como el Espíritu Santo deben pertenecer a un plano divino. Por otra parte, como en S. Pablo los términos "Dios" y "Señor" se refieren a las Personas del Padre y del Hijo, lo lógico es pensar que el término "Espíritu" se refiere a la tercera Persona, y no como alguien pudiera pensar que S. Pablo, en este lugar, se refiere únicamente a la Persona del Espíritu Santo bajo diversos nombres.
  5. El saludo y bendición de S. Pablo: 2Cor 13,13: " La gracia del Señor Jesucristo y la caridad de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros". Puesto que los dones que se desean son divinos, hay que concluir que los tres a quienes se atribuyen pertenecen a la divinidad; y la distinción de las tres Personas se expresa claramente en la triple atribución. Nada obsta a lo dicho la circunstancia que S. Pablo asumiera esta fórmula de la liturgia primitiva; el uso de esta fórmula en la liturgia actual es una confirmación de su inequívoco valor trinitario. 

Fórmulas parecidas se encuentran en otros pasajes paulinos donde las distintas funciones de las tres divinas Personas ofrecen variaciones según los diversos conceptos, Rom 15,16.30;1Cor 2,10-16; Gal 4,6; Filp 2,1.



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Agradecemos al P. Ignacio Garro, S.J. por su colaboración.
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