La Oración en los Ejercicios Espirituales - 7º Parte, el Examen de la oración


El exámen de la oración en los Ejercicios Espirituales




Nos ayuda mucho el anotar siempre, después de la oración, en un cuaderno especial que tengamos para eso, lo que siento que ha sido más importante en la oración:

o ¿Preparé suficientemente el ejercicio de la oración? ¿Fui fiel a lo que se aconseja en los pasos de la oración?: presencia de Dios, petición etc.

o ¿Aproveché bien todos los medios que tengo para hacer bien la oración?: silencio, sitio, postura, duración del tiempo, etc.

o Durante el tiempo de oración ¿me sentí realmente acompañado? ¿Fue una conversa con Dios o fui yo el único que hablaba, sin darle chance a Dios y a su Espíritu de decirme algo?

o ¿Qué sentimientos más fuertes tuve durante la oración?

• "Consolación" = aumento de amor, fe y esperanza..., es decir: paz, alegría, confianza, ánimo, valor, sentido de la vida, deseos de trabajar por los demás...
• "Desolación" = ansiedad, miedo, sentimiento de fracaso..., es decir: angustia, tristeza, desconfianza, desánimo, oscuridad, confusión...

o ¿Cuáles son las frases o palabras de la Palabra de Dios que más me llamaron la atención, que más me gustaron y me hicieron bien, que quedan resonando en mi corazón?

o ¿Qué puntos o aspectos comprendí mejor o me quedaron más claros para mí, para mi vida?

o ¿Hay algunas invitaciones de Dios: deseos, llamadas que experimenté durante la oración? ¿Cuáles son? (por ejemplo: pedir perdón a alguien, hacer y cumplir con algún compromiso especial...)

o ¿Sentí alguna especial repugnancia, dificultad, miedo, resistencia ante esos llamados, inspiraciones y deseos? ¿Qué dificultades? ¿Por qué?

Las preguntas fundamentales que me puedo hacer cada día:

• ¿Qué descubro que va haciendo en mí el Espíritu de Dios? (durante el día, en la oración, en esta experiencia...)
• ¿Cómo he colaborado y qué dificultades pongo a la acción de Dios?


Examen del día

Sabemos que lo importante en esta experiencia de los Ejercicios Espirituales, no es sólo lo que nos pasa en la oración, sino que todo el día es importante y toda la vida es muy fundamental; por lo tanto proponemos que se pueda hacer - al final del día - también un pequeño examen del día. Puede, para esto, ayudar este esquema y luego se puede compartir con el acompañante.

l) Haz una revisión de las actividades de tu día: se puede chequear en el orden de las cosas que se fueron haciendo.
2) ¿Qué fue lo que más te llamó la atención en el día de hoy? ¿Por qué?
3) ¿Dónde, en qué actividad encuentras más fácilmente la presencia de Dios?
4) ¿Dónde, en qué actividad crees que te alejas más de Dios? ¿Por qué? ¿Cuál puede ser la raíz de ese alejamiento?
5) ¿Existe algún texto de la Biblia que te ilumine más y te dé más fuerza? Puedes anotar ese texto especialmente, recordarlo, saborearlo durante el día.



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Referencias bibliográficas:

Guías de ayuda para hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola en la vida corriente. Ignacio Huarte, S.J.

Métodos Ignacianos de Oración – Equipo de Pastoral Juvenil, Compañía de Jesús en el Perú. Lima.


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