P. Mark Link, jesuita.
SEMANA 10
JUICIO FUTURO
Cómo evaluará Dios tu vida
“Todos hemos de comparecer ante el Tribunal de Dios”
Romanos 14; 10
En una esquina
transitada del centro de la ciudad, a la hora del refrigerio, un hombre
andrajoso señala con el dedo a un transeúnte que pasa por ahí. Le grita: ¡Culpable!
Luego de una rato señala a otro transeúnte, lo señala y vuelve a gritar: ¡Culpable!
Quienes lo escuchaban, primero se sorprendían, luego se quedaban como
intrigados, apuraban el paso y lo eludían.
La historia tiene
una mezcla de trágica y cómica, pero al fin y al cabo nos trae a la memoria una
realidad: Todos somos culpables de pecado y algún día seremos juzgados. Las
meditaciones de esta semana tienen esta línea de reflexión. Lo que pedirás en
cada meditación será:
Señor, ayúdame a vivir de tal manera que el día del juicio final sea también mi alegría final.
Los directores
espirituales recomiendan el examen de conciencia que es un “juicio” diario de
nuestras intenciones y acciones. Una manera de hacerlo es tomarse tres minutos
cada noche para lo siguiente:
Primer minuto: Escoge
una buena acción o sentimiento del día. Habla con Dios sobre eso y agradécele
haberte inspirado.
Segundo minuto: Escoge
una mala acción o sentimiento el día. Habla con Jesús sobre eso y pídele
perdón.
Tercer minuto: Piensa
en el próximo día. Para mañana prevés un momento difícil, algo que te puede
perturbar, quitar la paz, una preocupación. Dirige tu corazón al Espíritu Santo
y pide que te ilumine, te de prudencia o fortaleza en esa situación.
Empezando esta noche, la sugerencia es que cada noche tomes tres minutos para “juzgar” tu día examinando tu conciencia.
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