P. Mark Link, jesuita.
Día cinco
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
Lucas 23;46
En su libro “A
través del valle de Kwai”, Ernest Gordon describe la muerte de un joven
prisionero de guerra. Era conmovedor ver cómo luchaba con la muerte. Uno de los
prisioneros abrió la Biblia y empezó a leerle el salmo 23:
El Señor es mi pastor, nada me falta
Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal
Porque tú estás conmigo.
Los ojos del
prisionero se llenaron de lágrimas. Luego dijo calmadamente: “Todo va a estar
bien ahora” Unos segundos después, murió.
Una de las más famosas cantantes del género gospel fue Ethel Waters. En su última entrevista le preguntaron sobre la muerte y respondió: “No le temo a la muerte, cariño, sé que el Señor tiene sus manos abiertas”.
¿Las personas tienen más miedo a morir que a ver a la muerte? Habla con Dios sobre tu más grande temor
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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