P. Mark Link, jesuita.
Día
cuatro
“Ni ojo vio, ni odio oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que aman. Pero a nosotros nos lo revelo Dios por medio de su espíritu”
1 Corintios 2,9-10
El Coronel David Marcus murió en el conflicto
árabe israelí en 1948. En su bolsillo había un texto sobre la muerte:
Estoy en la orilla del mar. Un barco a mi lado despliega sus blancas velas en la brisa y parte hacia el océano azul. Es un objeto de tal belleza y fuerza, que me quedo mirando hasta que al final es sólo una cinta de nube blanca de nubes blancas justo donde el mar y el cielo se mezclan el uno con el otro. Entonces alguien me dice: "¡Allí! Se ha ido". ¿Se ha ido a dónde? Ha desaparecido de mi vista, eso es todo. Sigue siendo tan grande su mástil, su casco, su navegar, como cuando partió de mi lado, y tan capaz de llevar su carga de vida hasta a su lugar de destino. Su tamaño disminuido está en mí, no en él, y justo en el momento en que alguien a mi lado dice: "¡Allí! Ya se ha ido", hay otras voces al otro lado, dispuestas a dar un grito de alegría: "¡Allí! ¡Ya viene!" Y eso es morir.
¿El hermoso texto sobre la muerte se parece a la visión que da la Biblia? Habla con Dios acerca de la vida después de la muerte y cómo debes prepararte para eso.
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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