P. Mark Link, jesuita.
Día tres
“Pues todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir cada uno lo que ha merecido en la vida presente por sus obras buenas y malas”
2 corintios 5; 10
En un juego de la
Edad Media llamado Everyman (Cualquiera),
Dios envia la Muerte al personaje
llamado Everyman para decirle que su tiempo se acabó. Cuando se recupera de la
impresión del encuentro, pide a la Muerte que le de unos minutos para decir a
sus amigos Fama, Dinero y Poder, que lo acompañen en el viaje. La Muerte hace
presión, pero sus amigos se rehusan. Al final, sólo hay un personaje dispuesto
a acompañarlo: Buenas Obras.
A nosotros también,
cuando la muerte nos llegue, ningún amigo nos acompañará, a no ser Buenas
Obras.
En la catedral de
San Pablo en Londres hay un sarcófago con una placa de bronce:
Al general Charles Gordon
quien siempre y dondequiera entregó
su fortaleza a los débiles
su riqueza a los pobres
su simpatía a los sufridos
su corazón a Dios
Si murieras esta noche, ¿de qué estarías orgulloso y de qué no tanto? Habla con Dios sobre esto
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Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
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