P. Mark Link, jesuita.
Semana 12
PERDÓN
¿Está tu corazón abierto al perdón de Dios?
“Señor, si no te olvidas de mis faltas, ¿Cómo podré subsistir?”
Salmo 130; 3
Algún grupo
religioso colocó un cartel muy sencillo en varios sitios de la ciudad: “Isaías
55,7”. Seguramente hubo quien consultó su biblia. El pasaje citado es: “Que el malvado deje su camino y el
criminal sus planes; el Señor se apiadará de él si se convierte, si regresa a nuestro
Dios que es rico en perdón”.
El profeta nos trae
a la memoria algo que solemos olvidar. No se puede deshacer un pecado como no
se puede destocar una campana o “desfreir” un huevo. El pecado sólo puede ser perdonado.
Eso es exactamente lo que Dios hace. Él nos perdona los pecados sin tener en
cuenta cuántos sean ni su gravedad. Cuando confesamos nuestros pecados, Dios
los hunde en lo más profundo del mar, luego pone un letrero que dice: PROHIBIDO
PESCAR.
Las meditaciones de
la semana entrante tienen como tema el perdón de Dios. Tratan de profundizar
nuestra percepción de la increíble compasión de Dios. Lo que pedirás antes de
las meditaciones esta semana será:
Señor, muéstrame la inmensidad de tu compasión, tan
amplia como el mar.
En la semana 9 dijimos que el Espíritu Santo puede guiar tu corazón hacia el sacramento de la reconciliación. Tal vez el enfoque estaba justamente marcado por la dimensión del pecado. En esta semana puedes abrir tu corazón a una nueva dimensión sacramental, desde la perspectiva del perdón de Dios.
Meditaciones de la semana:
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