P. Mark Link, jesuita.
Día siete
“Señor, escucha mis palabras, percibe mi murmullo” Salmo 5,2
Un monje del siglo XI, Anselmo de Canterbury, escribió un bello libro
llamado “Proslogion”. Fue diseñado para ayudar a las personas sin educación a
encontrar a Dios. El libro contiene esta plegaria:
Señor, mi Dios,
Enseña a mi corazón dónde y
cuándo buscarte
Dónde y cómo encontrarte
Tú eres mi Dios y mi Señor,
Y nunca te he visto.
Me has hecho y me has vuelto a
hacer
Me has concedido todas las cosas
que poseo
Y, aun así, todavía no te
conozco.
Todavía no he hecho lo que nací
para hacer.
Enséñame a buscarte,
Porque no puedo buscarte, a menos
que me enseñes;
O encontrarte, a menos que te
reveles a mí.
Déjame buscarte en mi deseo,
Déjame buscarte en mi búsqueda,
Déjame encontrarte para amarte,
Déjame amarte cuando te
encuentre.
¿Qué tan en serio estás buscando a Dios? Si estuvieras buscando a tu propio
padre o madre, ¿lo harías con igual firmeza y decisión? Habla con Dios sobre
esto.
---
Referencia bibliográfica: Desafío. P. Mark Link, jesuita. Ejercicios Espirituales de San Ignacio
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario