Domingo IV Tiempo Ordinario. Ciclo B – Jesús enseña con autoridad


JESÚS ENSEÑA CON AUTORIDAD (ciclo B)

La doctrina de Jesús y sus ejemplos de vida nos animan a la perfección total.

Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

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Primera Comunión 2023 en San Pedro, Lima

 



Luego de la pandemia del COVID 19, en la parroquia de San Pedro en Lima, que también es el Santuario Arquidiocesano del Corazón de Jesús, en el 2023 se han retomado las catequesis con las sesiones presenciales en su totalidad, tanto para la preparación a la primera comunión como para la confirmación.

De esta manera, los catequistas, tanto de primera comunión como de confirmación, bajo la dirección del P. Alejandro Muñoz S.J. actual párroco de San Pedro quien asumió sus funciones a inicios de marzo 2023, han desarrollado sus respectivos programas con participación numerosa de entusiastas niñas, niños y jóvenes.

La catequesis de primera comunión tuvo como equipo de coordinación a las catequistas Guisella Ramírez Mejía, Miriam Torres Escobar y a la Hna. Araceli Sierra de la Comunidad Agua Viva, quien participó por primera vez en la coordinación.

Durante todo este proceso, participaron 18 catequistas quienes se distribuyeron en 06 grupos, clasificados por edades:

  1. Grupo 01 Comunidad María Goretti: (Edades: De 8 – 9 años), Catequistas: Dora Luz Casas Carnero, Rosalinda Gomero Mejía (apoyo).
  2. Grupo 02 Comunidad San Francisco de Borja: (Edades: Niños de 09 – 10 años), Catequistas: Guisela Ramírez Mejía, Cecilia Ttito Condori, Jordan Pluas García (Estudiante jesuita – Apoyo).
  3. Grupo 03 Comunidad San Ignacio de Loyola: (Edades: Niños de 10 años), Catequistas: Mirian Torres Escobar, Diego Chahuayo Robles y Mónica Villanueva Huamán (apoyo).
  4. Grupo 04 Comunidad Virgen de Fátima: (Edades: Niños de 11 años), Catequistas: Hermanitas de la Comunidad Agua Viva: Hermana Araceli Sierra, Hermana Olivia Posita, Hermana Teresa Tao (nueva integrante), Rocio Tarmeño.
  5. Grupo 05 Comunidad San Francisco Javier: (Edades: Jóvenes de 11-12 años). Catequistas: Reynaldo Gonzaga, Astrid Ayala Espinoza, Christian Reyes Campos
  6. Grupo 06 Comunidad Virgen de Lourdes: (Edades: Jóvenes de 13 -14años), Catequistas: Julio Pita Pita, Maritza Sánchez Quiquiche, Susana Murillo Flores

Las inscripciones a la catequesis fueron en dos fechas, el 19 y 26 de marzo 2023 llegándose a inscribir 95 niñas, niños y jóvenes; se iniciaron las sesiones el domingo 23 de abril, todas las sesiones fueron presenciales en los nuevos ambientes acondicionados especialmente para las catequesis y reuniones de los demás grupos parroquiales.

La catequesis finalizó el domingo 03 de diciembre y la Misa de la primera comunión se realizó el 08 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, la Misa fue celebrada por el P. Alejandro Muñoz S.J. párroco de San Pedro, y concelebrada con el P. Miguel Ángel Carbajal Baca S.J. invitado para esta ceremonia. Ese día 94 niñas, niños y jóvenes recibieron por primera vez a Jesús presente en la Eucaristía.

Para los catequistas este año ha sido muy especial, recibieron con mucha alegría al nuevo Párroco el P. Alejandro Muñoz S.J., asimismo a la Hna. Araceli de la Comunidad de Agua Viva y a Jordan Pluas García estudiante jesuita, quienes aportaron mucho a la catequesis.

El retornar a una catequesis que se realizó en su totalidad de manera presencial, motivó mucho al grupo de catequistas, que mostró mayor integración, compromiso y entrega para desarrollar la catequesis. 

El programa comprendía la sesión dominical de catequesis y finalizaba la jornada con la Misa de las 12 del medio día, presidida por nuestro Párroco el P. Alejandro Muñoz S.J., acompañados con la participación del Coro Los Castillos, quienes ensayaban las canciones con las niñas, niños y jóvenes de la catequesis.

Asimismo, se coordinó con los encargados de Liturgia y de los Acólitos para facilitar la participación activa de las niñas, niños y jóvenes de la catequesis durante la Misa.

Los niños y adolescentes, pese a provenir muchos de ellos de hogares disfuncionales, siempre mostraron mucha alegría, entusiasmo y gran nivel de participación.

A través del proceso de catequesis se buscó que las niñas, niños y jóvenes conocieran a Jesús, a su madre la Virgen Santísima, a cultivar la comunicación con Dios a través de la oración, a la lectura de la biblia, a la práctica de los valores cristianos, al rezo del rosario, y ahora que ya recibieron su Primera Comunión, cultivar el amor a Jesús sacramentado y la importancia de recibirlo frecuentemente en la eucaristía.

La experiencia en San Pedro es un ejemplo de lo que se vive anualmente en todas las parroquias durante el servicio de catequesis; agradecemos la labor que realizan los catequistas para la Iglesia en favor de las niñas, niños y jóvenes en su formación cristiana, experiencia espiritual y vivencia en comunidad.


Grupo 01 Comunidad María Goretti
A la derecha el P. Alejandro Muñoz S.J. y a la izquierda el P. Miguel Ángel Carbajal S.J.


Grupo 02 Comunidad San Francisco de Borja


Grupo 03 Comunidad San Ignacio de Loyola


Grupo 04 Comunidad Virgen de Fátima


Grupo 05 Comunidad San Francisco Javier


Grupo 06 Comunidad Virgen de Lourdes


...

Agradecemos a las catequistas Miriam Torres, Guisela Ramírez y a la Hna. Araceli Sierra por la información brindada y por compartir las imágenes. 


Vida - Parte 5: Las señales del camino

 


P. Adolfo Franco, jesuita

Continuación...


LAS SEÑALES DEL CAMINO.

 

Ya que hemos descrito la vida como camino, y también hemos considerado sobre las elecciones y decisiones que hay que tomar para hacer este recorrido, porque a veces hay incertidumbres, podemos preguntarnos ¿hay señales en el camino para saber que no nos desviamos, que vamos por el camino que nos conduce a nuestra meta?

Hay un cuento infantil en que un niño que entra por un bosque, y no sabe cómo volverá, y quiere después tener segura la retirada hasta su casa, va dejando por el bosque piedrecitas blancas. Cuando quiera regresar, le bastará seguir el camino de las piedrecitas blancas. ¿Hay esas piedrecitas que nos indican que no estamos perdidos en el camino, y que seguimos la ruta acertada? La respuesta es sí, sí hay señales, para poder conocer si el camino es el correcto. Falta saber reconocer esas señales e interpretarlas bien.

Es necesario afirmar que en nuestra vida hay señales que nos indican si estamos en el camino correcto. Hay posibilidad de descubrir esas señales e interpretarlas rectamente. Ya se han ido dando algunas “señales” para la orientación, al hablar de criterios para el cambio, ver el mundo cómo es y la vida como un camino (o sea en los capítulos vida-2, vida-3 y vida-4). Ahora intentaremos dar un mapa más completo de lectura, para conocer si el camino es correcto o no.

 

1  Nuestros estados de ánimo.

Y lo vamos a hacer examinando nuestros estados de ánimo, que si son bien leídos nos dicen muchas cosas sobre nuestra vida y sobre nuestros aciertos y equivocaciones; esos estados de nuestra alma tienen señales bastante completas para que sigamos el camino correcto. Los estados de tristeza y alegría, de temor y de audacia, de melancolía, de temor, de aburrimiento, de exaltación. La variedad de los estados de ánimo es muy grande. Y siempre en ellos hay un mensaje. Y en muchos de ellos un mensaje espiritual de aprobación o desaprobación. Es verdad que no siempre es fácil leer correctamente en la conciencia (que es el lugar donde ocurren los estados de ánimo). Intentemos, pues, adentrarnos en nuestros estados de ánimo y en su interpretación.

Para empezar algunos distinguen entre los estados de ánimo y los estados del espíritu. Los primeros son situaciones naturales que ocurren por diversas causas naturales. Y los segundos, los estados del espíritu son situaciones interiores causadas por el Espíritu Santo que habita en nosotros. Pero la distinción en la práctica no es siempre fácil: podemos confundir a veces una euforia con una consolación espiritual y no son lo mismo. Lo primero puede estar provocado por un éxito, por el despertar de la primavera, por diversas causas naturales; lo segundo deriva de la acción del Espíritu que nos hace sentir el “gusto” de Dios, y también produce un estado interior de satisfacción.

Resumiendo: hay que distinguir entre unos y otros, porque básicamente podemos decir que en los estados del espíritu, sí encontraremos las señales de que hablábamos, y en los estados de ánimo no siempre hay señales. Aunque algunas veces también se puede encontrar algún indicio.

Los estados de ánimo los pueden producir:  causas físicas, psíquicas, ambientales. Todo un conjunto de causas naturales que influyen en nosotros para producir: alegría, tristeza, exaltación, depresión, aburrimiento, satisfacción, desgana. Es notorio cómo algunos productos químicos (medicinas, drogas) causan estados de ánimo de delirio, o de melancolía o de risa. Y ahí no hay que leer la acción de Dios que nos guía, más bien hay que leer la causa que los ha producido. También hay circunstancias sociales, como un éxito, un desprecio sufrido, una injusticia padecida, una promoción en el trabajo. Estas son causas diferentes a las causas químicas, pero también son naturales y también crean estados de ánimo. Tampoco se puede decir que Dios esté produciendo esos estados interiores. Esos estados son simplemente el producto de una causa enteramente natural. Pero volvamos a insistir en que no siempre es fácil detectar si contienen o no contienen señales para el camino. Porque algunas veces también en los estados de ánimo producidos por causas naturales puede haber algunas señales de Dios.

 

2  Los estados del espíritu

Por eso hay que centrarse en los estados del espíritu y dejar de lado los estados de ánimo en esta reflexión. Y para esta distinción y elección nos servirá el estudio de las causas de donde proviene mi estado interior. Aunque, como estoy diciendo desde el principio, no es todo tan simple. Hay algunas veces estados de melancolía cuya causa se nos escapa (¿vendrá de una causa natural, o de una causa sobrenatural?). Hay días que nos levantamos con el pie derecho, y otros días nos levantamos con el pie izquierdo. Un día de repente me encuentro triste y no sé por qué. Pero se puede en muchos casos profundizar, reflexionar y se termina encontrando una causa. Y para complicar más las cosas tenemos una sicología oscilante, con subidas y bajadas. En los maníaco-depresivos esto está muy marcado. Pero creo que se puede afirmar que todos tenemos oscilaciones: unas veces estamos arriba y otras veces estamos abajo. En unos la altura y la hondura de los estados anímicos es más pronunciada, en otros menos. En unos la frecuencia de los cambios es muy rápida y en otros más lenta.

Todo esto sirve para comprobar que es un asunto complejo, y no siempre fácil. Y por eso tenemos que decir que algunas veces hay que recurrir a alguien que conoce de estos asuntos, para distinguir entre estados de ánimo y estados espirituales. Y para saber encontrar la señal que se oculta en estos estados del espíritu.

Entonces una vez entendido que hay que separar los estados del espíritu de los estados de ánimo, empezamos ya a buscar qué señales encontramos en los estados del espíritu. Y esto supone afirmar una realidad fundamental: en el fondo de nuestro ser tenemos la fuerza de Dios, el Espíritu Santo operante en nosotros, vivo y activo. Y se hace notorio en lo que llamamos “la voz de la conciencia”. Esas reacciones espirituales, interiores, son la Voz de Alguien que nos habla en el corazón. Es Dios que nos guía, y nos dice si vamos bien encaminados o no.

Se pueden dar algunas pautas generales para entender los signos encerrados en los estados del espíritu. San Ignacio, en el libro de los Ejercicios Espirituales tiene unas reglas para lo que él llama “discernimiento de espíritus”, y que son una enseñanza para educarnos en distinguir las señales de Dios. San Juan de la Cruz en sus diversos libros también describe e interpreta diversos estados del espíritu.

En general podemos agruparlos en dos: los estados del espíritu gratos, y los estados molestos. O sea en los que sentimos ánimo y gusto, y los otros en que sentimos fastidio, tristeza, disgusto. Y en estos dos grupos se dan grados diversos, de lo mínimo a lo máximo, tanto en los positivos como en los negativos (aunque la palabra positivo y negativo se puede prestar en este asunto a confusiones[1]).

 

3  Interpretación de las consolaciones

Vayamos al grupo de las alegrías interiores: hay desde la paz serena, sin especiales emociones interiores, hasta el arrobamiento y la consolación llena de lágrimas. Y las hay que duran un poco de tiempo, y las que duran más tiempo. Y hay que saber distinguir entre el momento (generalmente breve) de un episodio de consolación a los momentos siguientes. ¿Está presente Dios en todos estos estados? No se puede afirmar sin más de antemano. Porque muchas veces hay engaños en estas situaciones. Ya dice San Ignacio que el “enemigo” se disfraza como ángel de la luz. Hay que hacer interpretación o discernimiento espiritual, para encontrar las señales que estamos buscando, para que esas situaciones nos impulsen hacia Dios.

De nuevo lo que sí podemos decir es que Dios nos guía, “conversa” con cada uno, de diversas maneras, para hacernos conocer sus planes y nuestros caminos; y que la forma de hacer Dios esta comunicación normalmente es mediante estos estados espirituales, en que sentimos su presencia. Pero a veces, el que está presente en estas situaciones es el “enemigo”. Es necesario estar entrenados en la interpretación de los estados espirituales, para distinguir un caso y otro. Y en general se puede decir que si la consecuencia de ese estado espiritual es bueno, nos conduce a mejorar la vida, a corregir defectos y a orar más al Señor, entonces podemos detectar que ahí ha habido presencia de Dios, y que la señal nos dirige al buen camino[2].

Naturalmente que hay que tener la costumbre de reflexionar sobre nosotros mismos; porque, si no, ocurrirán estados de nuestro espíritu que se nos pasarán sin darnos siquiera cuenta de que algo está ocurriendo en nuestro espíritu. Y no es que tengamos que estar todo el día pensando, y mirándonos para dentro, que al final terminaría convirtiéndose en un narcisismo espiritual. Hay que recuperar la capacidad de reflexión y silencio, como un ingrediente de una vida seriamente humana.

Esto es lo que se puede decir como cosa general de esos estados del espíritu que llamamos positivos. Y hay que añadir otra cosa que si ese estado de elevación espiritual, o de consolación ocurre de improviso, de repente, sin causa previa, cuando menos lo esperamos, entonces es sólo de Dios, pues sólo El es capaz de entrar a nuestro espíritu así tan de repente.

 

4. Interpretación de la desolación

Vayamos ahora al otro tipo de estados del espíritu: los que algunos impropiamente dirían negativos. Desolación, sequedad, tristeza, noche oscura. Hay muchos términos que definen estos estados y una gran variedad de modalidades. A veces es una avalancha de tentaciones, a veces unas tremendas dudas de fe, o arranques de desesperación. Hay desde los más grandes abismos, a los pequeños baches del camino.

¿Todos estos estados vienen del mal espíritu? Tampoco se puede decir esto. ¿Dios nos tienta? Desde luego que no se puede decir esto, porque la tentación hablando con propiedad es un empujoncito hacia el mal; y Dios no hará eso nunca. Pero esos estados no necesariamente son empujoncitos hacia el mal. Dios algunas veces nos quiere purificar interiormente en esos estados, o los provoca para hacernos caer en la cuenta de que estamos flojeando y cayendo en tibieza espiritual y por eso nos hace sentir la sequedad espiritual. Entonces en el estado de sequedad hay encerrada una señal de Dios. Pero puede darse otra situación: la de la tristeza espiritual, con la inclinación a abandonar nuestra práctica espiritual, es una señal (pero en este caso una mala señal).

Así que en estos estados negativos, o digamos mejor, poco agradables, puede haber buenas y malas señales. Pero al fin son señales que nos hacen conocer el camino que vamos llevando. Nos empujan en la dirección correcta, o nos advierten de una dirección equivocada. Y hay que volver a decir que su interpretación no es siempre fácil, y que hay que evitar interpretaciones precipitadas y demasiado simples.

 

5  Dios dialoga constantemente con nosotros

Dios está actuando desde nuestro interior, mediante esas experiencias, para que sigamos el camino que El nos marca. Tiene para cada uno de nosotros reservada una sorpresa, y tiene para cada uno de nosotros un proyecto; y El, que sabe el camino, nos lo está haciendo saber. Finalmente ésa es la aventura maravillosa de vivir: descubrir con Dios el propio camino, que tiene como meta a Dios mismo.



[1] Por ejemplo, una llamada desolación (estado que se definiría como negativo) puede algunas veces ser una manera como Dios interviene para hacernos crecer espiritualmente, y en ese caso esta desolación no sería un estado negativo.

[2] Puede ocurrir algo que nos parece una inspiración: acumular imprudentemente una cantidad grande de prácticas espirituales y de buenos propósitos, que a la larga (o a la corta) nos aburren y nos hacen dejar todo. La inspiración parecería de Dios, pero en realidad no era sino del mal espíritu.



Continuará...

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Agradecemos al P. Adolfo Franco jesuita, por compartir con nosotros esta serie que busca ayudarnos a reflexionar sobre nuestras propias vidas, a la luz del mensaje cristiano.






Testimonios de la Confirmación 2023 en San Pedro, Lima

 


A continuación, compartimos algunos testimonios de confirmantes y nuevos catequistas que participaron en la preparación del 2023 en la parroquia de San Pedro, Lima.


Confirmandos

Mi nombre es Marco Junior Gutiérrez Contreras. Soy del grupo San Francisco de Borja, me sentí llamado a participar de esta confirmación, ya que durante pandemia pasé momentos en los que no me sentía bien y vi el llamado de la confirmación después de pandemia y ya pude inscribirme. Durante todo este proceso y durante todos estos meses, me ha ayudado a poder encontrar el camino que siempre quise tener y también, algo que me ayudó bastante, fue el retiro que hubo, en donde pude encontrar respuestas a muchas preguntas que tenía acerca de mi fe. Me comprometo a dar testimonio de mi fe y también poder trasmitirla a las demás personas, también tengo como meta ser catequista.



Ángela Barrientos Quispe y Marco Junior Gutiérrez Contreras

Mi nombre es Ángela Barrientos Quispe del grupo San Ignacio de Loyola. Yo tomé la decisión de prepararme para la confirmación por el hecho de que fue mucho tiempo que estuve alejada de Dios y porque yo ya sentía la necesidad de culminar con los sacramentos iniciales. Una cosa que más me incentivó fue el testimonio de mi catequista, él nos habló sobre los momentos difíciles que él pasó y cómo el proceso de la catequesis de la confirmación le ayudó a superarlos. Esto me ayudó a mí a incrementar mi fe en todo este tiempo de preparación, a reencontrarme con Dios mediante la oración, que dejé de hacerlo por mucho tiempo, y a volver a asistir a misa todos los domingos. También lo que me gustó fue convivir con los miembros de mi comunidad que, a pesar de la diferencia de edades, nos ayudamos mutuamente en esa convivencia. Ahora al momento de finalizar este proceso, yo me he comprometido a difundir la Palabra, la Buena Nueva de Jesús, ser un agente de cambio para todas las personas que puedo ayudar mediante la palabra, gracias.


Nuevos catequistas

Mi nombre es Boris Canchapoma Aguirre, yo prácticamente crecí frecuentando San Pedro porque desde niño, con mis padres y mis hermanos veníamos a la misa, … hice mi primera comunión … y justamente con los amigos quedamos para hacer el reencuentro en la confirmación.

La confirmación fue una experiencia muy muy bonita, … (el proceso) me hizo reflexionar varios aspectos de mi vida, en ese momento estaba en la universidad y me movió mucho en la parte religiosa, en mis compromisos personales, … no hacía lo que muchas veces debí haber hecho, sino la tomaba de forma más ligera ... siempre quería regresar a San Pedro que dejó una marca muy importante en mí, es así que este año (2023) me decidí a organizar mi tiempo y me contacté con Gabriel amiga, que participa en San Pedro como catequista de confirmación y ella me contactó con Joaquín, Francisco y María… 

Este primer año como apoyo en la catequesis, para mí ha sido prácticamente recordar lo que hice en mi confirmación, estuve alejado de todo esto, así que, durante las charlas, más que nada me sentía un confirmando más, … me hizo reflexionar muchos aspectos de mi vida, también he compartido mi experiencia con los jóvenes, espero que a ellos también le sirva para que puedan inclinarse por este camino espiritual. Espero seguir el próximo año aprendiendo y preparándome para asumir un grupo de jóvenes para compartir con ellos los conocimientos y mi experiencia, predicar más abiertamente el amor de Dios y mejorar algunas conductas personales.

(Extractos de su testimonio)


 

Fiorella Loja Valverde y Boris Canchapoma Aguirre


Mi nombre es Fiorella Loja Valverde, tengo 21 años. Bueno, este es mi primer año siendo catequista en la Iglesia de San Pedro, siendo catequista para confirmación.
Lo que más me ha servido en este año de preparación, de ayudar a preparar a los jóvenes, es haber tenido el retiro espiritual.
Cuando yo me confirmé fue el año 2019 no se tuvo retiro, pero este año sí pude vivirlo, no como confirmante, pero sí como catequista… el retiro me sirvió para poder adentrarme más al tema, más a Dios, conocer mejor de qué se trata y todo ello, porque como no tuve retiro quizá me faltó vivir esa experiencia. 
Uno de los compromisos más grandes que tengo conmigo mismo y con la iglesia, con Dios, sería poder seguir aprendiendo de mis catequistas, de mis compañeros, incluso de los mismos jóvenes para, bueno, tener más experiencia. Tener más conocimientos, prepararme para poder dejar huella en ellos y tengan una experiencia que les ayude, como me ayudó a mí en mi preparación. 


Así como los jóvenes Ángela, Marco, Fiorella y Boris, muchos jóvenes en las diferentes parroquias a nivel mundial, han recibido la preparación para recibir el sacramento de la Confirmación o han iniciado su servicio a través de la catequesis durante el 2023, pidamos al Señor por todos ellos, para que les conceda la gracia de vivir el encuentro personal con Dios y ser perseverantes en el servicio al cual son llamados.

Agradecemos a Ángela, Marco, Fiorella y Boris por compartir con nosotros sus testimonios.



A.M.D.G.


Vida - Parte 4: Ver la vida como es, un viaje


P. Adolfo Franco, jesuita

Continuación...



VER LA VIDA COMO ES, UN VIAJE

Intentábamos ver el mundo como es, en la reflexión anterior, para poder hacer una buena elección; para hacer decisiones correctas. Ahora vale la pena reflexionar sobre la misma vida que tenemos, intentar verla como es. Esto será también una buena ayuda para hacer elecciones correctas.


1. La vida como un viaje

Y puede ser útil ver la vida en su conjunto como un viaje. El viaje es buena comparación, pues la vida tiene muchos elementos de los que encontramos en un viaje. Así antes de analizar la vida misma, reflexionemos en los elementos de la vida que son como los de un viaje.

La vida tiene un punto de partida y un punto de llegada, lo mismo que un viaje tiene un punto de partida y otro de llegada. Y el recorrido del viaje: la ruta, las etapas, las paradas, etc están condicionadas por el punto de partida, y sobre todo por el punto de llegada. Si salgo de este punto en que estoy, tengo que seguir determinada ruta. Si yo parto de Huancayo, tengo que escoger un camino que salga de ahí. Evidente. No puedo pensar en la autopista a Ancón. Así mismo mi origen condiciona mi camino, mi vida. Lo que soy desde mi infancia, condiciona todo mi recorrido. El viaje de mi vida está condicionado por mi origen definitivamente; yo y mi camino tenemos una cierta identificación. Y contar con eso es fundamental, para establecer en forma realista mi camino.

En cuanto al punto de llegada, podríamos considerar este punto de llegada de dos formas, como el momento de la muerte, de la vida eterna, que hay que tener en cuenta al establecer el camino, eso por una parte; pero también podemos establecer como punto de llegada, lo que algunos llaman su ideal (a donde yo quiero llegar) o la superación a la que aspiro (que es prácticamente lo mismo). Y es claro que esa meta condiciona y orienta “mi viaje”. Aunque dicen que “todos los caminos llevan a Roma”, aquí no todos los caminos me llevan a mi ideal, no todos los caminos me llevan a mi meta. Así que normalmente consideraremos el punto de llegada, como la meta a que aspiramos llegar. Podríamos decirle también como “mi montaña”, la que está hecha para que yo la escale. 

Entonces ya hemos establecido el punto de partida y el punto de llegada en este viaje. Y vemos así que la vida tiene mucho de viaje. Aparte de eso la vida es un viaje, porque tiene etapas, cada una de las cuales me acerca al final. No hay una llegada instantánea, sino por etapas. Y no podemos prescindir de las etapas. Lo que si podemos es examinar si cada etapa tiene en cuenta la meta final, si no estoy retrocediendo en ese caminar hacia la meta. Para aterrizar un poco examinemos nuestra vida en el momento actual, ¿en qué etapa está? Así, por este hecho de tener etapas, también es acertado decir que la vida es un viaje.


2. En la vida hay etapas diversas

En la vida, como en todo viaje largo, hay etapas más agradables y otras menos agradables. Hay a veces, desvíos, bifurcaciones que nos pueden sacar del camino. Momentos de reposo, a veces de cansancio. Si el camino es largo podemos aburrirnos. A veces hay sol, a veces lluvia y frío, a veces el paisaje que recorremos es ameno, lleno de bosques, a veces es desierto como si fuera un paisaje lunar totalmente muerto. En esto también la vida se puede definir como viaje.

Pero normalmente en todo viaje hay una ilusión que nos hace avanzar. La meta de un viaje normalmente es un encuentro con alguien, o un recreo apetecible (cuando es un viaje de turismo o de vacaciones). La meta me alienta a caminar, y a superar las dificultades del viaje, y a no dejarme desviar de mi hoja de ruta. Y más ilusión tienen aún los buscadores de tesoros, que recorren cominos difíciles y peligrosos, para encontrar el tesoro. Y eso es caminar en la vida: buscar un tesoro.


3. Ser protagonistas de nuestra vida

En el viaje hay una decisión personal sobre el itinerario. No voy donde me llevan, sino donde quiero ir (o así debería ser). Y esto también es muy importante. Tomar la iniciativa de la propia vida. Si examinamos un grupo de turistas, podemos algunas veces sorprendernos, cómo se dejan llevar del guía. Los llevan, los traen, les dicen cuando caminar, qué sitios son los importantes, cuándo descansan y donde comen. Exagerando un poco la nota podemos decir que el turista grupal es instrumento pasivo en manos de los organizadores.

En la vida, somos cada uno los que debemos hacer la hoja de ruta, y los que debemos tomar las principales decisiones. Las decisiones de los momentos fundamentales. Claro que a veces podemos caminar con un grupo, y esto es sumamente útil. Caminar en compañía hace más grato el viaje. Pero es un grupo que me mantiene completamente activo, y no pasivo.

Hay por tanto muchas características de la vida que la convierten en viaje. Y habría más. Y a lo que vamos, es que esta perspectiva ayuda mucho para seguir respondiendo a las preguntas iniciales, las del primer capítulo ¿me gusta la vida que tengo? ¿cómo uso el tiempo del que dispongo? Para responder a eso vale la pena una comprensión justa de lo que es la vida propia. 


4. La vida como peregrinación

Pero cuando nos ilumina la fe, nos hace despertar a una visión increíble de la vida: ya mi vida no es un simple viaje, cualquier viaje, sino una peregrinación, porque mi meta es un “Santuario”: nada menos que el Corazón de Dios. Y eso da un sentido diferente a todo lo que vamos diciendo. Porque desde esa Meta-Santuario se produce una atracción que nos arrastra, que nos ilumina el camino, y que nos hace más urgente el caminar. ¡Qué maravillosa es entonces la vida, cuando se la percibe como peregrinar al Santuario, donde habita El, que es para mí Todo!

Así estamos encontrando elementos importantes para este examen y este discernimiento. Si tengo en cuenta mi punto de partida (el realismo con respecto a nosotros mismos, es una regla fundamental); y si tengo claro el punto de llegada, mi meta (si es que tengo alguna). Además, si mis etapas me acercan a la meta, y si supero las dificultades del viaje. Todo lo dicho hace poco es conveniente examinarlo, para conocer la vida que tengo, y lo que puedo llegar a ser.


5. El viaje de la gota de agua

Ahora veamos el viaje en sí. Y debo afirmar que la visión que me atrevo a dar, es esquemática y general: pero puede ayudar a que cada uno vea lo propio específico suyo a través de esos parámetros generales.

Y voy a valerme de una comparación, que puede ser ilustrativa: el viaje que hace una gotita de agua, para llegar al mar.
Imaginemos una gotita desprendida de la nieve de los Andes, donde nace el Marañón que desembocará como Amazonas, después de un largo recorrido, en el Océano Atlántico. Esa gotita desde la cumbre de los Andes tendrá que recorrer miles de kilómetros y muchos miles más de peripecias, hasta que llegue por fin al océano. Imaginemos que esa gotita tiene conciencia y que le han hablado del “mar”. Y se le ha llenado el corazón de ilusiones, y quiere llegar al “mar”. Ya se ha desprendido de la nieve de la que formaba parte, y emprende con ilusión un largo viaje.

La primera parte de la etapa es fácil, cuesta abajo, y además se le añaden otras gotas más y juntas forman un hilito de agua, en que las fuerzas de todas las gotitas que tienen el mismo deseo, se unen, para avanzar fácilmente. No hay dificultades, y la gotita puede llegar a creer que todo es así, y que no será difícil llegar al mar, solo queda esperar y seguir con el mismo impulso.

Esa gotita y el hilito, encuentran un sitio plano (no todo puede ser caída) y ahí se acumula un pequeño remanso. No se esperaban esa dificultad. Algunas gotitas se han cansado de caer, y se quedarán ahí formando ese insignificante charquito. Pero nuestra gota, después de la sorpresa y de una breve pausa, refresca su ilusión de llegar al mar, y se encarama por encima del borde de ese remanso, y escurriendo su pequeño cuerpo, pasa por encima y sigue resbalando y vuelve a estar en movimiento. ¡Pobres algunas de sus compañeras, con las que inició su viaje! ¡Se quedaron!

El viaje continúa, con algunas más que lograron pasar la barrera. Ahora algunas se acercan peligrosamente a la orilla, y las más perezosas se acercan demasiado a la tierra, se mezclan... ahora ya no son transparentes, son simplemente barro, y no seguirán su viaje. Nuestra amiguita deberá ser precavida, y no acercarse demasiado a la pereza, a la orilla. Y seguir. Esto lo hace porque su ilusión por el mar sigue siendo fuerte.

Viene la etapa de la cascada, hay que perder el miedo y el vértigo, cuando el desnivel es enorme y hay que saltar, para seguir la ruta. En otros momentos hay que salirse del remolino, para no estar dando vueltas en el mismo lugar, habrá que evitar los brazos del río, que no van más allá, “las cochas” que los ríos de la selva, hacen y que no tienen salida; y no siempre es fácil que nuestra gotita encuentre el camino correcto. O rectificar cuando sea necesario.

Pero han pasado dificultades y muchos kilómetros, y por fin el río se hace ancho, muy ancho, el cielo mira hacia abajo con una sonrisa: la gotita al fin ha llegado al “Mar”.

Esta es la historia de la gotita de agua, que es una parábola de nuestra vida. Nuestra vida tiene esas mismas etapas. Y ayuda mucho el saberlo, para que nuestra voluntad de ir al “mar”, Nuestro Santuario, no se debilite por las dificultades, ni se detenga, ni se extravíe.

Ahora ya estamos viendo que el asunto de las decisiones, se está refiriendo más a nuestra voluntad de ir adelante, a nuestra capacidad para superar cada una de las etapas. En parte es obra de nuestra voluntad, y en buena parte es la acción de la gracia, y además influyen la atracción y el magnetismo con que nos arrastra el sueño de encontrarnos con nuestro mar.


6. Como recorremos las etapas de la vida

Mirando en retrospectiva la vida que tenemos recorrida, podemos centrar nuestra mirada, en si las diversas etapas se van sumando sucesivamente haciendo un camino, dirigido a la misma meta. Quizá desde el principio es muy difícil tener clara la meta, y poco a poco el tiempo y la gracia nos la ha hecho descubrir. Porque esa meta (nuestro Santuario) se va dibujando progresivamente, primero esta muy poco delineado, y sus rasgos se van haciendo más claros con el tiempo. Pues en verdad esa meta (que es un Rostro) se va haciendo más nítida en nosotros, cada vez.

Y así las etapas pueden estar orientadas progresivamente hacia la misma meta. O puede darse que la vida se haya detenido, y que se resista a avanzar, porque le tenemos miedo al paso siguiente, o no tenemos la fuerza para salir de la quietud del remanso. Y entonces la meta no nos impulsa en la vida, es simplemente un sueño, una quimera. Tantas vidas que se quedan, porque se estancan, porque se convierten en barro, porque se evaporan, le tienen miedo al salto de la cascada, o no saben salir de los remolinos.

Pero es importante examinar si todos nuestros pasos son progresivos, como los escalones de una misma escalera. Porque a veces nuestras etapas son desordenadas: avanzo por un camino, después voy por otro, mis metas se confunden, cambian y termino por no saber a donde voy, y qué es lo que quiero. Imaginemos a uno que cada vez construye peldaños de escaleras diferentes, y nunca logrará ascender, no tendrá una meta a la que llegar. Muchos intentos, mucho despilfarro de fuerzas, muchas frustraciones. Elecciones equivocadas. 

Por supuesto no sabemos nunca cómo nos rescata Dios de nuestras propias equivocaciones. Porque todo esto no es un asunto tan lineal, y tan esquemático. Dios arregla incluso las escaleras de los que construyen variedad de escalones. Dios sale al encuentro de las gotitas perdidas en el camino. El puede arreglar las etapas de los que están desorientados. Eso es lo que Dios hace o puede hacer. Pero ahora estamos examinando la vida que tenemos, la que nosotros nos hacemos, las elecciones y decisiones que debemos tomar.

La ayuda de Dios es invalorable, y no podemos dejarla de lado, para que no parezca que nuestra salvación viene de nuestras correctas decisiones y de nuestro esfuerzo personal. Nuestras decisiones son importantes, pero no son todo, ni mucho menos. Y baste este paréntesis en esta reflexión sobre el ver la vida como es.


7. Descripción de las etapas que recorremos

Siguiendo adelante vale la pena hacer una breve descripción de las características que pueden tener las diversas etapas.

La etapa del principiante animoso. Llamamos así al que recibida una luz especial en un momento dado (quizá por un retiro) se pone en marcha a toda velocidad. Las características de esta etapa inicial, son de alegría, de prisa, de creer que todo está resuelto. Y el peligro es de correr, y de cargarse de exageraciones. Es como la espuma del champagne, que sale con fuerza, llena de alegría, pero que tiende a desvanecerse. Y al final de la etapa, porque este fervor inicial se termina, puede venir la decepción y ya no avanzar a la siguiente etapa.

La etapa del esfuerzo y el desierto. Después del primer impulso, cuando se decide continuar, viene esta etapa, que a lo mejor se repite en otros momentos también más adelante. Su característica es la pérdida de interés que tiene ahora la meta, que antes pareció tan atractiva. Y hay que luchar con el cansancio. Viene la tentación de pensar que lo anterior fue un sueño, y que es mejor no seguir por este camino, sino volver al estado anterior. Como los israelitas al salir de Egipto: cuando empiezan las dificultades quieren dejar de luchar y regresar a la esclavitud.

La etapa de la caída. Cuando claudico de mi propio ideal. Y me veo como imposibilitado de aspirar más alto “yo no sirvo para esta cosa”. La tentación es considerar la propia debilidad como algo definitivo, y no recurrir a una mano que me ayude a levantar. Refugiarse en la propia debilidad es la comodidad de no hacer ya más esfuerzos. Hacer las paces con la propia miseria.

La etapa de la rutina y de la costumbre. Se hace uno una vida espiritual, suficiente (nada exagerada), y ha sido una labor de años, y de muchos esfuerzos, caídas y levantadas. Pero ya sólo queda seguir así hasta el fin. Nada de novedades, nada de nuevos planteamientos, para ver si se pueden encontrar nuevas exigencias, y nuevos retos. Ya hice bastante. Es el estancamiento en la meseta, cuando con un pequeño esfuerzo más se podría llegar hasta la cumbre. Es la etapa de la que no se atreven a pasar los “suficientemente buenos”. Que nunca llegarán a más.

Y hay una etapa posible más, y es la aventura de explorar lo que hay más allá de esa pacífica y tranquila comodidad espiritual. Pero hay en esta etapa muchos peligros: no saber cuidar lo alcanzado, creer que es mérito propio estar en esta aventura nueva, compararse, no llevar las cosas hasta el final (el riesgo total de caer en la cascada, produce miedo); y finalmente llegar a pensar que ya todo está hecho. 

Lo importante de todas estas consideraciones es darse cuenta de que hay etapas, de hacer que cada una se suma a la anterior, para ir desarrollando un camino, y conocer las dificultades de cada etapa y como pasar a la siguiente. 






Continuará...

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Agradecemos al P. Adolfo Franco jesuita, por compartir con nosotros esta serie que busca ayudarnos a reflexionar sobre nuestras propias vidas, a la luz del mensaje cristiano.






Sacramento de la Confirmación 2023 en San Pedro, Lima

 



En el 2023 en la parroquia de San Pedro, Lima que también es el Santuario Arquidiocesano del Corazón de Jesús, se retomó las catequesis con sesiones presenciales en su totalidad, interrumpidas por la pandemia del COVID 19. La coordinación de la catequesis estuvo a cargo de los catequistas Inés Pérez, María Escobedo, Francisco Fernández y Joaquín Toguchi.

El programa de confirmación inicio el 23 de abril y finalizó el 3 de diciembre, fiesta de San Francisco Javier, fecha en que se realizó la Misa que estuvo presidida por el P. Víctor Hugo Miranda Tarazona, quien es el Padre Provincial de los jesuitas en la provincia de Perú, también concelebrada con el P. Alejandro Muñoz S.J., párroco de San Pedro, que asumió esta función a inicios del mes de marzo del 2023.

Se confirmaron 56 jóvenes, quienes fueron 49 del programa de San Pedro y 7 invitados de la Universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya de Lima.

Los jóvenes participantes de San Pedro se distribuyeron en 5 comunidades que fueron acompañados por 16 catequistas. Las comunidades y sus catequesis fueron:

  1. Comunidad Venerable P. Francisco Del Castillo. Catequistas Joaquín Toguchi, Rossmery Araujo y Fiorella Loja.
  2. Comunidad San Luis Gonzaga. Catequistas Liz Encarnación, Gianella Morí y Boris Canchapoma (nuevo).
  3. Comunidad San Francisco de Borja. Catequistas Pedro Jesús Salinas, Kimberly Ramirez y Sebastián Reyes (nuevo).
  4. Comunidad San Francisco Javier. Catequistas María Escobedo, Francisco Fernández y Gabriela De la Cruz.
  5. Comunidad San Ignacio de Loyola. Catequistas Jordan Pluas (estudiante jesuita de Ecuador), Dalia Flores, Cristhian Flores y Greta Romero. 

Las actividades que ayudaron mucho en la formación y experiencia a los jóvenes confirmantes fueron la jornada de Pentecostés, jornada de Familia y el retiro espiritual que se realizó al final.












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Agradecemos a Joaquín Toguchi, que formó parte de la coordinación, por la información brindada y las imágenes de la ceremonia.




Domingo III Tiempo Ordinario. Ciclo B – Una respuesta de conversión y seguimiento - Jesús llama a sus primeros apóstoles


 JESÚS LLAMA A SUS PRIMEROS APÓSTOLES (ciclo B)

La conversión es el programa del evangelio para nuestra conducta: Jesús empieza así su predicación.
Compartimos la reflexión del P. Adolfo Franco, jesuita.

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Vida - Parte 3: Ver el mundo como es

 


P. Adolfo Franco, jesuita

Continuación...


VER EL MUNDO COMO ES

La reflexión primera hacía muchas preguntas sobre si le sacamos el jugo a la vida, si empleamos adecuadamente el tiempo del que podemos disponer libremente. Eso con respecto al uso del tiempo. Intentamos un camino de solución analizando nuestro origen. Pero todo esto tiene otros muchos aspectos que considerar.


1. NUESTRA PERCEPCIÓN DEL MUNDO

Por ejemplo, la percepción que del mundo tenemos. Hay que destacar esto bien, que nuestra forma de ver el mundo, de entenderlo, de relacionarnos con él, influye bastante en nuestra conducta; tanto que podríamos afirmar que nuestra conducta globalmente, manifiesta cómo entendemos el mundo. La elección de nuestras ocupaciones, depende mucho de cómo entendemos lo placentero y lo negativo, lo útil y lo frívolo. En todo eso está encerrada una percepción global del mundo. Percibir el mundo, procurar entenderlo; eso es una ocupación importante, y nada fácil. Al hablar de mundo, no me refiero sólo y principalmente al planeta, sino a todo lo que no soy yo mismo: o sea paisaje, personas, objetos, distracciones, acontecimientos, etc.; o sea todo lo que no soy yo mismo. 

El problema está en cómo conocemos el mundo, y si lo conocemos bien, si cada una de las cosas, las personas, las situaciones las valoramos en su justo valor. Y aquí no tenemos más remedio que hacer una afirmación dolorosa: en nuestros juicios con respecto al mundo, nos equivocamos con frecuencia. Y por eso hay personas, tantas personas por sendas equivocadas.


2. POR QUÉ NOS EQUIVOCAMOS AL CONOCER EL MUNDO

¿Por qué hay tantas equivocaciones en la apreciación del mundo? ¿Es que Dios nos ha dado un instrumento de conocimiento malogrado? Apreciamos el mundo por medio de los sentidos, y éstos se equivocan muchísimas veces. Valdría la pena recordar las “ilusiones ópticas” que se nos manifestaban en nuestros primeros estudios de ciencias. Vemos torcida una varilla cuando está sumergida en un vaso de agua, y sin embargo no está torcida.

Vamos a tomar esa equivocación como un símbolo de todo nuestro conocimiento del mundo. Nos equivocamos y vemos torcido lo que está recto, y vemos recto lo que está torcido. Y las causas de todo esto son muchas: nuestros apetitos corporales, nuestros instintos influyen demasiado en nuestras apreciaciones y así vemos como bueno lo que es placentero, lo que satisface mi instinto tiendo a verlo como bueno. Nuestros instintos buscan la propia satisfacción, y en forma a veces exagerada. Y así considero bueno, lo que me gusta, y malo lo que me disgusta. Lo que satisface un instinto me atrae en forma, a veces, irresistible.

Y junto a los instintos se alían para hacernos cometer errores las pasiones: el orgullo, el odio, la venganza, la codicia, la sensualidad. Todas las pasiones que pueden anidar en el alma, pueden empujar nuestros conocimientos a la senda equivocada. Que las pasiones nos hacen cometer equivocaciones es demasiado evidente y frecuente. Un sujeto para mí antipático, siempre tenderé a juzgarlo mal, y a no valorar nada de él, aunque haga cosas buenas, yo le buscaré la mala intención, o cualquier otro defecto. Y eso porque mi juicio está deformado por la pasión. Es como nos pasa cuando sufrimos de miopía, que el mundo lo vemos desenfocado.

Pero hay algo peor que le ocurre a todo el ser humano, que pretende buscar su camino en el mundo, y con el mundo, y es que está cargado con algo que podríamos llamar “un defecto de origen”, o sea el pecado original. Eso produce unas inclinaciones desviadas: una ceguera al ver, y una sordera al oír. Nuestro ser en sí mismo, por nuestro pecado original, es propenso a no entender adecuadamente la realidad, y por eso ocurre tantas veces que vemos lo bueno como malo y lo malo como bueno. 

Y como nuestro conocimiento del mundo no se puede liberar de lo que somos cada uno, en limitaciones sensoriales, de inteligencia, en instintos y en pasiones, terminamos con un conocimiento imperfecto o equivocado del mundo, y esto nos lleva inevitablemente a tomar decisiones equivocadas.


3. SE PUEDEN CORREGIR ESOS ERRORES

Es necesario subrayar esta sospecha sobre nuestros conocimientos y sobre nuestros criterios. Estábamos hablando (en el primer capítulo) de criterios para el uso adecuado de la vida. ¿En qué consiste la felicidad? ¿Qué es una vida realizada y fecunda? ¿Cómo medir la calidad de vida? Y para apuntar a esto disponemos de instrumentos tan pobres. ¿Estaremos resignados a no podernos guiar en el mundo que nos rodea? ¿Cómo corregir esa equivocación en el conocimiento del mundo?

Dios acude directamente algunas veces para que apreciemos el mundo en su verdadera dimensión.  En un momento dado, y sin previo aviso, parece que vemos el mundo de un modo nuevo; esto nos llega con una nueva Luz. Como si se disiparan las nieblas de repente por un momento o por mayor tiempo. Y todo se ve con una nitidez como nunca antes, como si las cosas y el mundo estuvieran completamente de estreno. Todo nítido y diáfano. Ocurre algunas veces, y entonces se valoran las cosas de otra manera, y al mismo tiempo uno ve que debe desmontar muchos criterios que tenía, y muchas certezas. Simplemente porque hacían referencia a un mundo que no era. Ahora al ver de esta forma más real, uno percibe que hay que modificar mucho. Y tiene que aceptarlo. Ya no se ve el mundo con las diversas deformaciones de que hablaba arriba. Con esa nueva luz, ya no son apetecibles cosas que antes nos parecían imprescindibles, y también nos resultan gustosas, cosas que antes nos fastidiaban, o simplemente que no nos importaban. Toda nuestra valoración del mundo ha cambiado. Tenemos la impresión de que antes de esa experiencia hemos estado viendo el mismo mundo, pero al revés.


4. OTRAS AYUDAS ORDINARIAS

Pero así es fácil rectificar nuestras equivocaciones, porque literalmente vemos el error. Pero ¿y cuándo no ocurre esa experiencia? ¿Hay forma de rectificar? Sí, tenemos auxilios que vienen en nuestra ayuda, con tal de que los tomemos en serio. 

Hay frecuentemente alguno o algunos indicios que nos advierten: ¡estás mirando el mundo al revés! Hay en nuestro interior una voz que nos da la alerta. Si hay una equivocación seria, algo dentro de nosotros se rebela. Claro que si no hacemos caso, esa voz terminará callando, porque ¿para qué hablar si no se nos escucha? Pero existe la voz de alerta, y ahí ya tenemos algo que nos ayuda en la corrección de nuestros juicios sobre lo real y lo bueno. 


5. EL EVANGELIO DESAFIA NUESTRO SENTIDO COMUN Y LO CORRIGE

Pero hay algo más claro que todo esto. Dios mismo viene en nuestra ayuda por la Revelación. Nos cuesta mucho entenderlo, porque sus afirmaciones parecen contradecir nuestro sentido común; y entonces nos ponemos a dudar. Si el sentido común es una guía recta que nos da Dios al nacer, ¿cómo vamos a aceptar orientaciones reveladas, que contradicen (así parece) el sentido común? Y este es uno de los problemas más serios de la fe. El que la revelación nos dé enseñanzas que parecen desafiar nuestro sentido común. Además, cuando intentamos llevar a la práctica esas enseñanzas, todo nuestro ser se rebela, contra algo que nos parece profundamente antinatural. 

Por ejemplo, si alguien me pide que le acompañe media hora, y en esa media hora me hace sentir mal, porque se manifiesta como un perfecto egoísta, uno procura desaparecer y no encontrarse con ese personaje otra vez. Eso es de sentido común. Eso es normal, y procede del juicio de una persona equilibrada, que sabe situarse en el mundo, el mundo de las relaciones. Pero en el Evangelio encuentro esa frase: “al que te pide que lo acompañes mil pasos, ve con él dos mil”. Y esto nos desconcierta, como si la enseñanza fuera absurda. Y, si alguna vez encontramos que alguien actúa así, lo calificamos de fanático, o de loco, o de infantil.

Es evidente que hay un choque entre nuestra forma de ver el mundo (con nuestro equilibrado sentido común) y la forma de ver el mundo que nos plantea el Evangelio. El día en que no sintamos la paradoja y la contradicción al leer el Evangelio, se podrá dudar si lo que estamos leyendo es el Evangelio. 

Pero no debe extrañarnos tanto ese contraste entre la enseñanza de Dios y nuestro sentido común, ya que vimos desde el principio que nuestros instrumentos de conocimiento estás seriamente averiados.

Entonces, lo que dice el Evangelio, y que contrasta con nuestras ideas, debería ser aceptado como una corrección a nuestra “miopía” natural. Y no es fácil aceptarlo así. Pero hay que ver dos cosas más que refuerzan esto.


6. EJEMPLO DE PERSONAS QUE HAN ACERTADO EN FORMA EXTRAÑA

Ha habido personas que se han tomado en serio “los absurdos” del Evangelio, y se han convertido en personas de una gran transparencia, de una paz inalterable, cuyo rostro refleja bondad, plenitud. Personas que han logrado lo que todos quisiéramos llegar a ser. O sea que parece que el Evangelio, llevado a la práctica con realismo, funciona. No produce locos de atar, sino personas luminosas y realizadas profundamente.

Por otro lado, a veces nos ocurre una experiencia espiritual, muy especial: como entrar en la dimensión sobrenatural. Y resulta que desde ahí se ven las cosas exactamente como las ve el Evangelio: se ve el desprendimiento, como la mayor riqueza. Las cosas superficiales parecen aburridas. La paz es accesible, aunque nos tiren todos los dardos. El descanso en la Providencia se descubre, como la mejor planificación. Y todo eso se llega a ver con una nitidez, que no deja la menor duda, de que ése es el camino. Que ésa es la verdadera interpretación del mundo.

Ambas comprobaciones: las experiencias “especiales” y las vidas “arriesgadas” de que hablaba hace un momento, pueden ayudar a optar por la paradoja, en contra de ese sentido común, que es una ayuda en nuestra vida ordinaria, pero sobre el que vale la pena sembrar a veces, algunas dudas. Una vida llevada sólo por el sentido común termina siendo una vida mediocre. Hay que hacer algunas rupturas (guiados por los “nuevos” criterios) para que la vida valga la pena y salga del montón.

Pero lo que más nos acerca a movernos bien, dentro del mundo real, es Jesús mismo, que se ha definido como “camino, verdad y vida”. Conocerlo y seguirlo, es ir hacia el buen camino. Pero esto habrá que desarrollarlo más despacio, porque al fin es lo fundamental en todo este discurso. El se convierte, al fin, en la razón fundamental y en el motivo principal de nuestro discernimiento y de nuestras decisiones.


Continuará...

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Agradecemos al P. Adolfo Franco jesuita, por compartir con nosotros esta serie que busca ayudarnos a reflexionar sobre nuestras propias vidas, a la luz del mensaje cristiano.






Ofrecimiento Diario - Orando con el Papa Francisco en el mes de ENERO 2024: Por el don de la diversidad en la Iglesia

 

 



RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

INTENCIONES DEL PAPA PARA EL MES DE ENERO




OFRECIMIENTO DIARIO

Padre Bueno, sé que estás conmigo.
Aquí estoy en este nuevo día.
Pon una vez más mi corazón
junto al Corazón de tu Hijo Jesús,
que se entrega por mí y que viene a mí en la Eucaristía.
Que tu Espíritu Santo me haga su amigo y apóstol, 
disponible a su misión de compasión.
Pongo en tus manos mis alegrías y esperanzas,
mis trabajos y sufrimientos, todo lo que soy y tengo,
en comunión con mis hermanos y hermanas de esta red mundial de oración.
Con María te ofrezco mi jornada por la misión de la Iglesia y por la intención de Oración del Papa para este mes:

«Oremos al Espíritu Santo para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica.»

AMÉN




ORACIÓN

Espíritu Santo, que construyes la unidad de la Iglesia y muestras tu creatividad infinita mediante la diversidad de carismas, colmando a la Iglesia con tus dones según el maravilloso diseño de la Divina Providencia, para que podamos aprender a apreciar el don de los demás y trabajar juntos por el bien de todos, poniendo nuestros carismas al servicio de la comunidad. Que la diversidad entre los cristianos nunca sea causa de división, sino de enriquecimiento mutuo, porque la diversidad da profundidad y riqueza a la vida. Que la diferencia no signifique desacuerdo o división. No permitas que caigamos en la tentación de considerar nuestros dones como superiores a los de los demás, o a nosotros mismos como superiores a ellos. Que en la Iglesia haya lugar para todos y podamos crecer en armonía, en la fe y en el amor como un solo cuerpo, el Cuerpo de Cristo. Amén.


Padre Nuestro…

Ave María...

Gloria...

Amén




VIDEO DEL PAPA





LUEGO DEL OFRECIMIENTO DIARIO
RECEMOS DURANTE LA MAÑANA, EL DÍA Y POR LA NOCHE


ENLACES AQUÍ

DESCARGUE EN PDF LAS ORACIONES
Revista virtual RED MUNDIAL DE ORACIÓN DEL PAPA, ENERO 2024, Nº87.
AQUÍ.



INTENCIÓN DEL MES

El Papa: Hay que alegrarse de vivir la diversidad de carismas en la Iglesia
En el mes en el que se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa Francisco propone a los fieles rezar para reconocer la variedad de carismas dentro de la Iglesia como un "don de Dios" y no como un "motivo de conflicto". “Para avanzar en el camino de la fe necesitamos también el diálogo ecuménico con nuestros hermanos y hermanas de otras confesiones y comunidades".
Vatican News

“No hay que tenerle miedo a la diversidad de carismas en la Iglesia. Al contrario, hay que alegrarse de vivir esta diversidad”: con estas palabras el Papa Francisco inicia el video mensaje dirigido a toda la Iglesia, a través de la Red Mundial de Oración del Papa, con su intención de oración para el primer mes del 2024. 

Ya en las primeras comunidades cristianas, diversidad y unidad estaban muy presentes y en una tensión que debe resolverse en un plano superior. Más aún. Para avanzar por el camino de la fe necesitamos también el diálogo ecuménico con los hermanos y hermanas de otras confesiones y comunidades cristianas.

En el Video del Papa, Francisco señala que la diversidad no es “algo que confunde o que molesta” sino “un regalo que Dios hace a la comunidad cristiana para que crezca como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo”.

Con el Espíritu, la diversidad nunca es causa de conflicto
Cita como ejemplo a las Iglesias Orientales que “tienen unas tradiciones propias, unos ritos litúrgicos característicos, pero mantienen la unidad de la fe. La refuerzan, no la dividen”. Y a continuación, remarca:

Si nos guiamos por el Espíritu Santo, la riqueza, la variedad, la diversidad nunca provocan un conflicto. El Espíritu nos recuerda que ante todo somos hijos amados de Dios. Todos iguales en el amor de Dios y todos diferentes.

La riqueza del don de la diversidad
Finalmente, el Santo Padre invita a orar “al Espíritu Santo para que nos ayude a reconocer el don de los diferentes carismas dentro de las comunidades cristianas y a descubrir la riqueza de las diferentes tradiciones rituales dentro de la Iglesia Católica”.

Unidos ante la cruz
El hilo conductor del Video del Papa de este mes es la cruz, símbolo de unidad y diversidad: una cruz que aparece en puertas, en montañas, en iglesias, para mostrar la riqueza de las distintas comunidades cristianas, precisamente en sus diferencias. La cruz es "el madero en el que Dios escribió su Evangelio”, escribió la poetisa Alda Merini; es mucho más que un objeto de devoción, en definitiva, es el misterio de amor ante el que se encuentran todos los cristianos, más allá de su confesión, tradición y rito.

Por ello, el Video del Papa termina con la imagen de una enorme cruz formada por miles de cristianos de diversas procedencias, retomando metafóricamente el llamamiento del Santo Padre para que “la comunidad cristiana crezca como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo”.

En el hemisferio norte, el mes de enero está marcado por la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que en este año se celebra sobre el tema “Amarás al Señor tu Dios... y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10, 27).



Tomado de:
https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-01/papa-intencion-oracion-enero-don-diversidad-iglesia.html




ACTITUDES PARA LA VIDA COTIDIANA

DIVERSIDAD

“Ante esta multiplicidad de carismas, por lo tanto, nuestro corazón debe abrirse a la alegría y debemos pensar: ‘¡Qué hermosa realidad! Muchos dones diversos, porque todos somos hijos de Dios y todos somos amados de modo único’.” (Papa Francisco).

Recuerda, eres amado por Dios de forma única, y también tu hermano. Cada uno tiene un don original para poner al servicio.


RECONOCER EL DON

“Es en el seno de la comunidad donde brotan y florecen los dones con los cuales nos colma el Padre; y es en el seno de la comunidad donde se aprende a reconocerlos como un signo de su amor por todos sus hijos.” (Papa Francisco).
Observa tu comunidad ¿Qué dones descubres en cada uno?


DESCUBRIR LA RIQUEZA

“El carisma…es un regalo que Dios hace para que con la misma gratuidad y el mismo amor lo ponga al servicio de toda la comunidad, para el bien de todos.” (Papa Francisco).
Conoce tu riqueza y sirve con ella a la comunidad.


ACOGER AL OTRO

“Atención, entonces, si estos dones se convierten en motivo de envidia, de división, de celos. Como lo recuerda el apóstol Pablo…, todos los carismas son importantes ante los ojos de Dios y, al mismo tiempo, ninguno es insustituible”. (Papa Francisco).
¿Te alegras con los dones de los demás? ¿Ayudas al otro a potenciar lo mejor de sí?


AGRADECER

“En la comunidad cristiana tenemos necesidad unos de otros, y cada don recibido se realiza plenamente cuando se comparte con los hermanos, para el bien de todos.”
(Papa Francisco).
Agradece tu propio don, y el don que Dios regaló a los demás para el bien de todos.








RECURSOS EN LA RED

A. Cada Primer Viernes en Youtube, se pude buscar "El Video del Papa".

B. "Click To Pray" es una aplicación para teléfonos inteligentes (iOS y Android) en donde puedes unirte cada día a la red Mundial de Oración del Papa. Descarga ClickToPray [App Store] [Google Play]

C. Para comunicarnos:
apostolado.oración.peru@gmail.com