La multiplicación de los panes

P. Adolfo Franco, S.J.

Mateo 14, 13-21

El 31 de julio los jesuitas celebramos a nuestro fundador San Ignacio de Loyola, les pido oraciones por todos nosotros. Y él propone una meta importarte en los Ejercicios Espirituales: "obtener conocimiento interno del Señor". Y justamente a eso va dedicado el comentario de este domingo.


En cada una de las acciones de Jesús se descubre mucho de su mundo interior, tan maravilloso como insondable; y especialmente en algunas de ellas queda bastante al descubierto de este mundo interior, en el que quisiéramos perdernos, para llegar a admirar su misterio más íntimo.

Y tenemos como puerta de entrada en el mundo interior de Jesús, este milagro de la multiplicación de los panes. Para captar todo lo que se manifiesta en este conocido milagro tenemos que irnos fijando despacio en cada detalle de la narración. Y lo primero que nos dice el evangelista es que, al conocer la noticia (se entiende de la muerte de Juan Bautista) se fue a un lugar solitario. Jesús tiene afición a los sitios solitarios. Necesita de estos espacios para estar plena y totalmente inmerso en la contemplación de su Padre: necesidad de entrar en el abismo de Dios, y estar totalmente envuelto por El. Para Jesús ésta es una necesidad más grande que la necesidad del alimento y del sueño. Jesús necesita de este encuentro con su Padre en solitario. Ahí se nos descubre un rasgo característico del mundo interior de Jesús: su sed de Dios (si es que de El podemos hablar así).

Después el Evangelio nos habla de la muchedumbre que tenazmente lo busca. ¿Por qué lo seguía la multitud? ¿Qué habían descubierto en El? No es un bienhechor que reparte ropa, o favores. No es un poderoso con el que conviene estar bien. Sus palabras, su persuasión, su tono: ahí la gente del pueblo ha descubierto que hay un corazón que los acoge con bondad. Justamente en esta narración se hace alusión a esto; se nos dice que cuando Jesús vio a la multitud que lo seguía sintió compasión de ellos.

Los discípulos dicen a Jesús que despida pronto a la multitud, porque ya se hace de noche y cada uno debe comprar su comida en las aldeas vecinas. Jesús en ese momento manifiesta otro rasgo de su personalidad: asume el problema de la multitud, como si fuera su propia responsabilidad. Los problemas de los demás, no le son ajenos, son suyos. Es un corazón generoso y que está siempre cerca del que lo necesita; es un alma inconmensurable. Es más natural la actitud de los apóstoles: que cada uno resuelva su problema; pero Jesús no siente así.

Y va a dar de comer a sus hermanos más necesitados. Dios se interesa por el pan; para El el alimento y todo lo material necesario para la vida, también es importante. Y también cuida de esto. Jesús no es un personaje irreal, que vive en un mundo de espíritus sin materia, sin necesidades de cada día. El sabe que necesitamos el pan, el vestido, la casa, el dinero. Y no es ajeno a las necesidades materiales. Va a hacer un milagro portentoso, y simplemente para que unos hombres y mujeres que le seguían no pasen hambre un día. Es también como un detalle de cortesía: a sus invitados, a sus seguidores, hacerles pasar al comedor. En el Evangelio aparecen también muchos detalles que muestran la cortesía de Jesús en el trato con todos. Lo que manifiesta una actitud de gran respeto a los demás.

Otros detalles de este milagro que manifiestan la “calidad” de su alma: hace que otros participen; El lo puede hacer todo solo, pero quiere que también los demás sean sus colaboradores que tengan parte activa. Primero: el niño que ofrece su pequeño don de los panes y los peces. Este pequeño va a ser colaborador del gran milagro. Y después los apóstoles: entre sus manos se va produciendo la multiplicación de los panes y los peces.

Además Jesús manifiesta su enorme generosidad: todos van quedar saciados en abundancia. No van a recibir el alimento con medida, todos van a quedar saciados; Jesús es liberal y magnánimo.

Una pequeña pregunta para seguir descubriendo a Jesús: ¿El tendría hambre? ¿El comió de esos panes y peces, o se contentó con mirar alegre cómo comían sus seguidores?

Este extraordinario espíritu de Jesús se manifiesta en cada una de sus actuaciones. Y es importante recoger con atención y asombro cada uno de estos detalles, que harán crecer en nosotros el amor al Señor que nos salva.

Todo termina, la fiesta se acabó y Jesús se va al monte solo, a orar. Es todo lo que en ese momento le interesa; ha hecho lo que tenía que hacer, y ahora necesita volver a la intimidad de su Padre.


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Agradecemos al P. Adolfo Franco SJ por su colaboración.

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Jubileo de las 40 Horas - Agosto 2011


V. Sea por siempre bendito y alabado.
R. Mi Jesús Sacramentado.

Padre nuestro, Ave María y Gracia.




ACTO DE ADORACIÓN

Señor mío, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre: Te adoro realmente presente en el augusto Sacramento del Altar. Mi Señor y mi Dios: En esta Hostia santa, confieso y de ninguna manera dudo, de la verdad de la presencia de tu Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad. Que todas las criaturas del cielo y de la tierra te alaben y te rindan infinitas acciones de gracias por el gran amor con que bajaste del cielo hasta nosotros, y por habernos dejado en prenda de ese amor tu mismo Cuerpo vivo e inmortal. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros. Danos tu paz y alimenta nuestras almas con esa comida espiritual, para que, ni en la vida ni en la muerte, nos separemos jamás de Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


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TURNOS DE ADORACIÓN - AGOSTO 2011


1
Basílica del Rosario.
Jr. Camaná 170, Lima.

2-3-4
Jesús Nazareno.
Av. Venezuela Cdra. 28, Urb. Palomino.
Santa María Reina. Av. Conquistadores 1293, San Isidro.

5-6-7
Esclavas del Sagrado Corazón.
Garcilaso de la Vega 924, Lima.

8-9-10
La Santísima Trinidad.
P. Pascual Farfán 1263, Chacra Ríos.
Nuestra Señora de la Asunción. Bernardo Alcedo 320, Miraflores.

11-12-13
Nuestra Señora de la Merced.
Pérez de Tudela 2472, Mirones Bajo.
La Virgen Milagrosa. Calle Lima 345, Miraflores.

14-15-16
Iglesia de Jesús Reparador.
Miró Quesada 796, Lima.

17-18-19
Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.
Buendía 527, Dos de Mayo, Lima.
Nuestra Señora de Fátima. Av. Armendáriz 350, Miraflores.

20-21-22
Nuestra Señora de Copacabana.
Jr. Chiclayo 383, Rímac.

23-24-25
La Virgen Medianera.
Jr. Otuzco 107 (V. Perpetuo Socorro). Lima.
Nuestra Señora del Carmen. Francisco del Castillo 185, Miraflores.

26-27-28
Monasterio de la Encarnación.
Av. Brasil 1778, Pueblo Libre.

29-30-31
Nuestra Señora de las Victorias.
Av. Iquitos 400, La Victoria.
Santa Rita de Casia. P. Amelio Plasencia 135, Miraflores.




Fuente: "Jubileo de las 40 Horas, Año 2011". Arzobispado de Lima.


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Para enterarnos más sobre el Jubileo, visitemos las anteriores publicaciones:









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Ofrecimiento Diario - Intenciones para el mes de Agosto


APOSTOLADO
DE LA
ORACIÓN

INTENCIONES PARA EL MES DE
AGOSTO



Ofrecimiento Diario

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras, en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar; con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por las intenciones encomendadas al Apostolado de la Oración.



Por las Intenciones del Papa

Intención General:

Para que la Jornada Mundial de la Juventud, que se desarrolla en Madrid, aliente a todos los jóvenes del mundo a enraizar y fundar sus vidas en Cristo.








Intención Misional:

Para que los cristianos de Occidente, dóciles a la acción del Espíritu Santo, vuelvan a encontrar la frescura y el entusiasmo de su fe.







Por las Intenciones de la Conferencia
Episcopal Peruana


Para que acudamos con la debida frecuencia al sacramento de la penitencia para un encuentro con Cristo que nos perdona, nos fortalece y nos ayuda en el camino de una vida reconciliada según su voluntad.







Jornada Mundial de la Juventud

“Este año celebramos el 25º aniversario de la institución de la Jornada Mundial de la Juventud, querida por el siervo de Dios Juan Pablo II como una cita anual de los jóvenes creyentes de todo el mundo. Fue una iniciativa profética que ha dado abundantes frutos, ofreciendo a las nuevas generaciones la oportunidad de encontrarse a la escucha de la Palabra de Dios, de descubrir la belleza de la Iglesia y de vivir experiencias fuertes de fe, que han llevado a muchos a la decisión de entregarse totalmente a Cristo... El tema de este año, está tomado del encuentro de Jesús con el joven rico: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Marcos 10,17)” Benedicto XVI. Mensaje,22.2.2010. Extracto)

La fe de los cristianos de occidente


“La misión de Cristo redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. Una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla aún en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio. Hay regiones del mundo que aún esperan una primera evangelización, otras, que la recibieron, necesitan un trabajo más profundo; y hay otras en las que el Evangelio ha echado raíces durante mucho tiempo, dando lugar a una verdadera tradición cristiana, pero en las que en los últimos siglos el proceso de secularización ha producido una grave crisis del sentido de la fe cristiana y de la pertenencia a la Iglesia ” (Benedicto XVI. Homilía. 28.6.2010. Extracto)


Aparecida - Misión Continental

El Pueblo de Dios siente la necesidad... de presbíteros llenos de misericordia, disponibles para administrar el sacramento de la reconciliación. (199).


Eucaristía

Misa por el perdón de los pecados (Misal romano)


Palabra de Dios


Colosenses. 2,6-7. Construir la vida, fundada en Cristo.
Filipenses 3,7-11. Cristo cambia toda la vida.
Marcos 10,17-22. Jesús invita al joven rico.


Reflexionemos

¿Qué significa para mi en concreto: fundar y arraigar mi vida en Cristo?
¿A qué me invita hoy la mirada llena de afecto de Jesús?
¿Cómo ayudar a los jóvenes a sacar frutos espirituales de la actual Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011?


P. Antonio González Callizo, S.J. Director Nacional del Apostolado de la Oración


Invitación

A participar de la Misa dominical de 11:00 AM en la Parroquia de San Pedro y a acompañarnos en las reuniones semanales a las 12:00 M en el claustro de la parroquia, todos los domingos.
Asimismo, invitamos a la Misa de los primeros viernes de cada mes en Honor al Sagrado Corazón de Jesús, a las 7:30 PM en San Pedro.


Visítenos también en:

http://www.apostlesshipofprayer.net Elegir idioma ESPAÑOL, hacer clic en ventana “Oración y Servicio”
www.jesuitasperu.org Apostolado parroquial
www.sanpedrodelima.org

¡ADVENIAT REGNUM TUUM!
¡Venga a nosotros tu reino!
Apostolado de la Oración
Azángaro 451, Lima





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¡Felicidades P. José Ramón Martínez Galdeano, S.J.!








El 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, nuestro Director del blog, el P. José Ramón Martínez Galdeano, S.J. cumplió 50 años de vida sacerdotal.

El P. José Ramón nació el 7 de setiembre de 1928, ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de setiembre de 1945 y fue ordenado el 31 de julio de 1961.

Queremos felicitar al P. José Ramón por cumplir este significativo aniversario de servicio a Dios y a la Iglesia y, asimismo agradecer a Dios por el don que significa esta vida de servicio y constante apostolado, buscando permanentemente la difusión del Evangelio y la formación cristiana de los laicos.

Actualmente el P. José Ramón se encuentra en la enfermería de Fátima, en reposo médico, por lo que aprovechamos para unirnos en oración para pedir a Dios por su mejoría y pronto regreso a su actividad sacerdotal.

Lima, julio 2011

Equipo Editor

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¿En qué consiste sustancialmente el mensaje cristiano?

P. Gonzalo Aranda


Consiste en el anuncio de Jesucristo. Él es la buena noticia (evangelio) que proclamaban desde el principio los apóstoles, como escribe San Pablo: “Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os prediqué, que recibisteis, en el que os mantenéis firmes, y por el cual sois salvados... Porque os transmití en primer lugar lo mismo que yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y después a los doce” (1 Cor 15,1-5). Ese mensaje se refiere directamente a la muerte y resurrección de Jesús por nuestra salvación e incluye que Jesús es el Mesías (Cristo) enviado por Dios tal como había sido prometido a Israel. El anuncio de Jesucristo abarca por tanto la fe en Dios único, creador del mundo y del hombre, y protagonista principal de la historia de la salvación.

El mensaje cristiano anuncia que con Jesucristo se ha realizado en plenitud la revelación de Dios al hombre: “al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal 4,4-5). Jesús revela quien es Dios de una manera nueva y más profunda que la que tenía el pueblo de Israel; revela a Dios como su Padre de forma única hasta llegar a decir: “El Padre y yo somos uno” (Jn 10,30). Apoyándose en las enseñanzas de los Apóstoles la Iglesia anuncia a Jesucristo como Hijo de Dios y verdadero Dios de la misma naturaleza que el Padre.

Jesús actuó durante su vida en la tierra con el poder de Dios y del Espíritu de Dios que estaba en Él (Lc 4,18-21), y además prometió enviar el Espíritu después de su resurrección y glorificación junto al Padre (Jn 14,16; et.). Cuando los Apóstoles recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés comprendieron que Jesús había cumplido su promesa desde el cielo, y experimentaron su fuerza transformadora. El Espíritu Santo continúa vivificando a la Iglesia como su alma. El mensaje cristiano incluye por tanto al Espíritu Santo, verdadero Dios y la tercera Persona de la Santísima Trinidad.

El mensaje cristiano anuncia también lo que anunciaba Jesucristo: el Reino de Dios (Mc 1,15). Jesús llenó de contenido esa expresión simbólica indicando con ella la presencia de Dios en la historia humana y al final de la misma, y la unión de Dios con el hombre. Jesús anunciaba el Reino de Dios como ya iniciado por su presencia entre los hombres y sus acciones liberadoras del poder del demonio y del mal (Mt 12,28). Es esa presencia y acción de Jesucristo la que continúa en la Iglesia por la fuerza del Espíritu Santo. La Iglesia es en la historia humana como el germen y la semilla de ese Reino, que culminará gloriosamente con la segunda venida de Cristo al final de los tiempos misma. Entretanto en ella adquiere el hombre, mediante el Bautismo, una nueva relación con Dios, la de hijo de Dios unido a Jesucristo, que culminará también la tras la muerte y en la resurrección final. Cristo sigue estando realmente presente en la Iglesia en la Eucaristía, y actuando también en los demás Sacramentos, signos eficaces de su gracia. Mediante la acción de los cristianos, si viven la caridad, se va manifestando el amor de Dios a todos los hombres. Todo ello entra en el mensaje cristiano.

Bibliografía: Catecismo de la Iglesia Católica.


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Tomado de:

http://www.opusdei.es/art.php?p=15375

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Espiritualidad Matrimonial - 1º Parte


P. Vicente Gallo, S.J.


“Fundada por el Creador y gozando de sus propias leyes, la intimidad conyugal de vida y de amor se establece sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cuál los esposos se dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina. Este vínculo sagrado, en atención tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no depende de la decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor del Matrimonio, al cuál ha dotado con bienes y fines varios... El marido y la mujer, que por el pacto conyugal ‘ya no son dos, sino una sola carne’ (Mt 19, 6), con la unión íntima de sus personas y actividades se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad, y la logran cada vez más plenamente... Cristo nuestro Señor bendijo abundantemente este amor, nacido de la fuente divina de la caridad y que está formado a semejanza de su unión con la Iglesia. Porque así como Dios antiguamente se adelantó a unirse a su Pueblo con una Alianza de amor y de fidelidad, así ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos cristianos por medio del sacramento del Matrimonio. Igualmente permanece con ellos, para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad como El mismo amó a su Iglesia y se entregó por ella. El genuino amor conyugal es asumido por el amor divino, y se rige y enriquece por la obra redentora de Cristo y la acción salvífica de la Iglesia, para conducir eficazmente a los cónyuges a Dios y ayudarlos y fortalecerlos en la sublime misión de la paternidad y la maternidad. Por ello, los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortalecidos y consagrados por un Sacramento, con cuyo vigor, al cumplir con su misión conyugal y familiar, imbuidos del Espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación, y, por tanto, conjuntamente, a la glorificación de Dios” (GS 48).



1. Hacer Oración no basta

“Un día estaba Jesús orando en cierto lugar, y al terminar su oración se le acercó uno de sus Discípulos y le pidió: Señor, enséñanos a orar, así como Juan se lo enseñó a sus Discípulos” (Lc 11, 1). Se lo piden así porque los fariseos oraban en el Templo (Lc 18, 10-11) y en las plazas (Mt 6, 5), y enseñaban a sus discípulos a orar. También Juan el Bautista oraba y enseñaba a sus discípulos a hacerlo (Lc 11, 1). Los Discípulos de Jesús querían igualmente aprender a orar como Jesús oraba.

A Jesús, en efecto, le vemos orando con frecuencia: al ser bautizado (Lc 3, 21), antes de elegir a los Doce (Lc 6, 12), antes de preguntar a esos Doce reunidos quién es él (Lc 9, 18), en la transfiguración en el Tabor (Lc 9, 28-29), en el Huerto al ver que va a ser entregado (Mt 26, 36-40), y clavado en la Cruz (Mt 46). Oraba en el silencio de la noche o retirado en la soledad (Mt 14, 23; Mc 1, 35; Lc 5,16); al dar gracias en las comidas (Mt 14, 19; 15, 36; 26, 26s) así como al hacer algún milagro (Jn 11,41s). Reza por sus verdugos (Lc 23, 34), por Pedro que le va a fallar (Lc 22, 32), por los discípulos que tiene y por los que le seguirán (Jn 17, 9-24); y también por sí mismo (Mt 26, 39; Jn 17, 1-5; Hbr 5, 7).

Jesús mantenía comunicación permanente con el Padre (Mt 11, 25-27); sabía que el Padre nunca le abandonaba (Jn 8, 29) y que le escucha siempre (Jn 11, 42). Con su ejemplo y su misma enseñanza inculca a los suyos la necesidad y el modo de orar (Mt 6, 5). Y él rezaba muy frecuentemente. Ahora, estando ya en su gloria con el Padre, continúa intercediendo por nosotros (Rm 8, 34; Hb 7, 25) como se lo prometió en vida a los suyos (Jn 14, 16); principalmente cuando pecamos (1Jn 2, 1-2).

Sin embargo, no llevaba a los suyos a orar con él, ni les obligaba a hacerlo; se lo suplicó, y nada más, en un caso extremo (Mt 26, 41). Les enseñaba a orar, eso sí, con su ejemplo. Pero eran ellos quienes tenían que sentir la necesidad de orar, como la sentía Jesús. Les decía, eso sí, que tenían que orar confiados e insistentes (Lc 11, 9-13), pidiendo al Padre aunque El ya supiese lo que necesitamos (Mt 6, 8), pidiendo hasta por quienes los persiguieran (Mt 5, 44), y también para no caer en la tentación (Lc 22, 40 y 46). Así tenemos que orar quienes nos llamamos “discípulos” de ese “Maestro”: sintiendo la necesidad de hacerlo al ver nuestra impotencia (Mt 8, 25). Como oraba también su Iglesia desde los comienzos (Hch 1, 14; 4, 24ss; 6, 4; 12, 5; etc)

En los diversos Movimientos de Apostolado, y concretamente del matrimonio o de la familia, no es raro sentir la impresión de que se afanan por hacer, pero que les falta “espiritualidad”. Sin embargo, cuando se ve a alguno que tiene espiritualidad fuerte, se le tiene, quizás, santa envidia; a veces, neciamente, “nos merece menosprecio”. Porque se encuentran personas y Movimientos que ponen su espiritualidad no en hacer, sino en imponerse numerosos rezos, y tampoco eso convence a nadie, ni a quienes sienten faltarles espiritualidad porque oran poco.

Por otra parte, todos los que ahora pertenecen a un Movimiento Apostólico, aun los que piensan que les falta espiritualidad, reconocen, o deben reconocer, que son mucho más de veras cristianos y que oran mucho más que antes, desde que están metidos en ese Movimiento. Deber suyo tiene que ser encontrar los elementos de espiritualidad verdadera que tienen en su Movimiento, para valorarlos y cultivarlos fielmente; y ver qué elementos de espiritualidad echa en falta, para copiarlos de quienes los tienen más abundantes o mejores.

Es cierto, de todas las maneras, que a todos los Movimientos Apostólicos y a quienes los integran les falta más espiritualidad, una vida espiritual más auténtica y más profunda. Todos necesitan más y mejor oración, para que su trabajo sea eficaz y de veras en nombre de Cristo. Pero todos deben entender que sólo el hacer oración no absorbe toda la espiritualidad que ellos y la Iglesia deben tener y cultivar. Es fácil estar de acuerdo en esta primera conclusión.



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Agradecemos al P. Vicente Gallo, S.J. por su colaboración.

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Carta a los Romanos - 1º Parte


P. Fernando Martínez S.J.


Esta carta fue escrita por Pablo, desde Corinto, en un ambiente de tranquilidad y pasada ya la tormenta desatada en aquella comunidad. Esto acontecía durante el invierno del 57 al 58. Añoraba el apóstol por llegar hasta los confines del mundo, hasta España (finis terrae), para proclamar allí el evangelio de Jesucristo; y en ese viaje que estaba proyectando con tanta ilusión, se detendría en Roma para así poder visitar aquella comunidad tan vigorosa y ejemplar en la fe. “Se habla con admiración de vuestra fe” (1,8). Pero antes de este proyectado largo viaje, tenía que acercarse a Jerusalén para hacer entrega de la ayuda económica recolectada en las iglesias de Macedonia y Acaya (Rm 15,25-28).

Estos eran sus planes y proyectos. Lo que Pablo no sabía era que, efectivamente, haría un viaje a la capital del Imperio, pero no enseguida, sino dos años más tarde, después de sufrir la amenaza de los judíos, la prisión en Cesaréa, para embarcar luego encadenado y vigilado por haber apelado a la justicia del César.

La ciudad de Roma tenía entonces cerca de un millón de habitantes, y la comunidad numerosa de origen judío gozaba de bastantes influencias. Algunos de sus miembros se habían hecho cristianos y habían entrado en conflicto con sus hermanos de raza. Es probable que por este motivo de división, el emperador Claudio decretara la expulsión de la ciudad por bien de paz a todos los residentes judíos (Hch 18,2). Pero este edicto de expulsión dejó pronto de tener vigor (año 54) y un buen número de los expulsados judíos, cristianos y no cristianos regresaron a Roma.

Pablo conocía sin duda a varios de ellos. Pero la iglesia cristiana de Roma, aquella a la que se dirige Pablo, cuenta ya con no pocos miembros de origen no judío. Es a esta comunidad, quizás más culta, a la que Pablo desea hacerle llegar “la esencia” de lo que él predica y proclama como “evangelio” con la esperanza de que los cristianos logren tener un solo corazón y un solo sentir en Cristo. “Se trataría de animarnos mutuamente con esa fe de la que tanto vosotros como yo participamos” (1,12).

GUÍA DE LA CARTA A LOS ROMANOS


1,1-15

Saludo efusivo – Acción de gracias – Tengo muchas ganas de visitaros.

1,16-32

Tema central: Dios nos ofrece su amistad por medio de una fe en continuo crecimiento – Partiendo de la creación, la razón humana puede llegar a descubrir las perfecciones invisibles de Dios – En su idolatría los hombres se hacen esclavos de sus pasiones.

2,1-29

Gloria, honor y paz, para los que hacen el bien, tanto si son judíos como si no lo son. La ley se lleva escrita en el corazón, conforme a la propia conciencia. - ¿Y qué decir de ti, judío, que presumes de la ley y no la cumples? – La genuina circuncisión es la interior.

3,1-20

¿Son en algo superiores los judíos? – A ellos, Dios les confió sus promesas – Y Dios es fiel a su promesa – Pero, tanto judíos como no-judíos están sometidos al dominio del pecado – La misión de la ley era hacernos conscientes del pecado.

3,21-31

Pero ahora se ha manifestado la fuerza salvadora de Dios – De la entrega y muerte de Cristo, Dios ha hecho para el que cree, instrumento de perdón – No se salva uno porque cumpla la ley, sino en razón de la fe.

4,1-25

Veamos el caso de Abraham, padre de nuestra raza – La fe le valió el que Dios le concediera su amistad – La circuncisión es posterior – Abraham creyó en la promesa divina de que tendría una descendencia numerosa – Y no vaciló en su fe, a pesar de su edad y de la esterilidad de Sara – Reconoció así la grandeza de Dios – Es un ejemplo para nosotros.

5,1-11

Jesucristo nos mantiene en paz con Dios - ¡Hasta las dificultades nos llenan de alegría! – Cristo murió por nosotros: ¿puede haber mayor prueba del amor que Dios nos tiene? – La muerte de Cristo nos abre el camino de la fe.

5,12-21

Adán es figura de aquel que había de venir – Si la desobediencia de uno trajo consecuencias en todos, también la obediencia de uno ha traído la amistad de Dios – Cuanto más creció el pecado, más abundante fue la gracia de Dios.

6,1-23

Resucitados a una vida nueva – Si hemos muerto con Cristo, debemos confiar en que también viviremos con él – Sois muertos que habéis vuelto a la vida – Estamos bajo la acción de la gracia – Estamos al servicio del bien.

7,1-6

Una persona sólo está bajo la ley durante la vida – Al estar injertados en Cristo es como si hubiéramos muerto al pecado – Libres y abiertos a la nueva vida del Espíritu.

7,7-25

Pero, ¡la ley no es pecado! – Los mandamientos son santos, justos y buenos – Pero la ley deja al descubierto la perversidad del pecado – No soy más que un pobre hombre vendido como esclavo al pecado – Hago el mal que detesto – Mis desordenadas apetencias me tiene esclavizado.

8,1-17

Bajo la acción del Espíritu estamos en condiciones de realizar el ideal que entraña la ley – El sentir conforme al Espíritu conduce a la vida y a la paz – Habéis recibido un Espíritu que nos transforma en hijos y que nos permite exclamar: ¡Padre nuestro!

8,18-39

Los sufrimientos presentes no son comparables a la gloria que nos espera – Salvados ya lo estamos, aunque sólo en esperanza – Somos débiles pero el Espíritu viene en ayuda nuestra – Todo se encamina hacia el bien de quienes aman a Dios – Nada ni nadie puede arrebatarnos el amor de Dios que nos ha mostrado en Jesucristo.

9,1-33

Como judío, Pablo siente el drama de Israel – Los verdaderos descendientes de Abraham son los que nacen en virtud de la promesa – Dios tiene sus preferencias - ¿Es Dios acaso injusto? – Pero ¿quién eres tú, pobre hombre para exigir cuentas a Dios? – Por su misericordia los no-judíos han encontrado su amistad – Y para los judíos sus propias acciones han sido su piedra de tropiezo.

10,1-21

Soy testigo de que los judíos buscan a Dios, pero a ciegas – Se precisa la fe interior del corazón y su pública manifestación – La fe se despierta por la proclamación del mensaje y el mensaje es Cristo - ¿Es que no entienden el mensaje?

11,1-36

Dios ha escogido libremente un resto de Israel – Su fracaso al menos ha servido para que los gentiles se abran al evangelio – Y no presumáis los no-judíos, pues Dios es bueno siempre que vuestra vida responda a esa bondad – Pienso que al final, la salvación alcanzará también a Israel - ¿Y quién puede pretender conocer las ideas del Señor en esto?

12,1-13,14

Hacerse ofrenda viva y santa a Dios. Este es el auténtico culto – Pero vosotros dejaos transformar; renovad vuestro interior – Que cada uno se estime en lo justo – La nueva vida en Cristo – Venced el mal a fuerza de bien – Dad a cada uno lo que le corresponda – El que ama no hace mal al prójimo – Revestidos de Jesucristo y no fomentéis las desordenadas apetencias de la humana naturaleza.

14,1-15,13

Hay quienes tiene una fe poco formada – Actúe cada uno conforme a su propia conciencia – En vida o en muerte, del Señor somos – El es el único juez – Convivencia en paz y armonía entre los cristianos. ¿Dichoso el que puede tomar una decisión sin angustias de conciencia! – Procuremos agradar a los demás, buscando su bien y su crecimiento en la fe.

15,14-32

Pablo está contento con la tarea realizada y expresa una vez más su deseo de ir a Roma, de paso para España – Ahora viaja a Jerusalén y manifiesta su temor.

16,1-27

Recomendaciones, saludos y final solemne.




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Agradecemos al P. Fernando Martínez Galdeano, S.J. por su colaboración.


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